Capítulo 27
¿Realmente quieres que agradecerme? —preguntó él.

Llegando al auto, Enzo empujó a Izan al asiento trasero, se recargó en el auto y me miró con una sonrisa.

Asentí:

—Claro.

—Entonces prométeme que no digas “gracias” todo el tiempo conmigo.

Estas palabras parecían tener un tono inusual, y antes de que pudiera pensarlo más, él agregó con una sonrisa:

—Suena demasiado distante.

Sonreí ligeramente:

—Está bien, lo entiendo.

Justo a tiempo, llegó el conductor de reemplazo. Él le entregó las llaves al conductor y me dijo con una mirada cálida:

—Ya me voy, tú sube rápido.

Cuando subí, la sala de estar ya estaba vacía. Marc tampoco no estaba ahí. Sentí como si se hubiera vaciado algo dentro de mí. Pero solo fue por un momento, aunque sabía que, irse sin decir nada no fue su estilo. Debió haber surgido una emergencia en el lado de Ania…

Regresé al dormitorio y sacudí suavemente a Olaia

—Despierta, voy a cambiarte la pijama para que duermas más cómoda, ¿de acuerdo?

—Mmm… —respondió Olaia entreab
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