Capítulo 212
Su voz seguía siendo la misma de siempre, pero Estrella parecía tenerle algo de miedo a Enzo.

Su expresión altiva desapareció por completo y, con un puchero, dijo con voz afligida: —¡Enzo, ¿por qué me miras así? Solo vine a decirle unas palabras a la señorita Lamberto, ¿acaso está mal?

Enzo levantó una ceja: —¿Ya terminaste de hablar?

—Sí, ya terminé.

Estrella, respondiendo con nerviosismo, se enfureció al ver que Enzo seguía sin cambiar su expresión y dijo en tono enojado: —¡Eres igual de idiota que Mateo, todos me están molestando! Cuando lleguen mis padres en unos días, verán si aún me tienen miedo.

Después de lanzar esta amenaza, se fue con pasos fuertes y ruidosos en sus tacones altos.

Cuando ella desapareció de vista, Enzo observó la sangre en la entrada de la casa, sacó su celular y llamó a la empresa de limpieza para que enviaran a alguien a limpiar.

Luego, con una mirada resignada, se dirigió a mí: —¿Te asustó?

—Para ser sincera, al principio sí un poco.

Sonreí y me aparté par
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