Capítulo 215
¡El mundo era un pañuelo!

Ese fue el primer pensamiento que me vino a la mente al darme vuelta y ver la figura prominente de Mateo.

Enzo también lo miró, frunciendo ligeramente el ceño: —¿Señor Vargas, también vive aquí?

Esa fue también mi pregunta.

Con su fortuna, podría haber elegido cualquier zona residencial lujosa. ¿Por qué viviría en un lugar tan común?

Mateo sonrió despreocupadamente: —Estoy aquí para acompañarlo a estudiar.

¿Qué?

No estaba buscando desesperadamente una pareja. ¿Cómo era que ya tenía un niño?

En las familias adineradas siempre había cosas así.

Enzo sonrió, intercambió unas palabras corteses y luego comenzó a trasladar las maletas del vestíbulo a la casa.

Noté que aún quería ayudar con la mudanza, así que le hice un gesto para que se detuviera. —Hermano, no hace falta. Olaia llegará pronto; con ella es suficiente. Ocúpate de tus asuntos.

Él acababa de regresar a la familia Jiménez y, con Marina interfiriendo, debía estar bastante ocupado.

—Está bien.

Enzo miró la
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