Capítulo 201
Justo cuando terminé de comer, dejé los cubiertos y le pregunté:

—¿Logró convencerte a verlo?

—Sí.

Me ayudó a recoger las cajitas de comida.

—Días antes actuó de una manera muy inmadura, ni entendió lo que le dije. Y ahora hay cosas que no logro explicarme bien por llamadas. Mejor nos vemos otra vez y resolvemos los problemas de una vez.

Expresé mi apoyo:

—Te respaldo.

—¿Me acompañas?

—¡Claro!

Sonreí y bromeé:

—Si no voy, ¿y si te secuestra y te vende?

Quedaron de verse en el mismo club privado de antes.

Olaia me guio con confianza al entrar, y al llegar a la puerta del privado, le dije:

—Entra tú misma, tal vez hay cosas que no se atreven a decir si estoy yo presente. Si necesitas algo, llámame y entro de inmediato.

—Está bien.

Olaia asintió y entró.

Afuera, vi a los meseros ir y venir con bandejas de frutas y platillos. Me sentí fuera de lugar, así que fui caminando con calma hacia el jardín elevado.

Era invierno, y las noches eran frías y húmedas.

Pero este club había hecho una
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