CAPÍTULO 39. Ya era casi de noche cuando los dos despertaron, la noche anterior Amara cuido de él hasta la madrugada y el medicamento para el dolor que Elliot había recibido lo hizo dormir más de lo normal. Amara fue quien despertó primero, movió su cuerpo y encontró una pierna fuerte y musculosa
Elliot sintió la ferocidad de su beso y se colocó sobre ella cubriendo su delicioso cuerpo. Por un momento, se tensó encima de ella, conteniendo su desesperada necesidad. ―Dime que no lo deseas… ―murmuro suavemente dejándole la elección ―Dime que no deseas que te haga mía. Amara no podía decir tal
CAPÍTULO 40 Cuando Amara despertó de nuevo ya estaba oscuro afuera. Ella movió su cuerpo adolorido y vio a cierto hombre cuya mano estaba descansando en uno de sus pechos, su cara estaba enterrada en su cuello y parecía dormir profundamente. Amara apartó suavemente la cabeza, pero después de solo
Ella sonrió dejando que las palabras de Elliot hicieran su trabajo. ―Bueno, si comes toda tu cena… ―lo beso de nuevo ―Tal vez deje probar el postre. Elliot la cargo de repente y Amara soltó un grito emocionado. ―¿Qué vas a hacer? ―Voy a comer mi cena y luego voy a disfrutar mi postre. Ambos sab
CAPÍTULO 41Elliot llevo a Amara a recorrer toda la ciudad de Florencia. Almorzaron en el Indian Palace y luego recorrieron todas las tiendas de diseñador. Se comportaron como una pareja de recién casados, y a decir verdad Amara estaba totalmente sorprendida de que su marido tuviera un lado tan romá
Amara, por su parte, le dio una sonrisa coqueta y bajo lentamente los tirantes de su vestido, para luego dejarlo caer formando un círculo en sus pies. A Elliot se le secó la garganta de solo verla. ―¡Demonios, me vuelves loco, amor! ―exclamo y rodeo su cintura para atrayéndola a su cuerpo. ―Esto va
CAPÍTULO 42 Elliot esperaba a Amara en la sala principal, vestido con un traje de tres piezas color negro hecho a medida, tenía la mano en el bolsillo de su pantalón y en la otra un vaso de jugo de zanahoria. En otro momento hubiera sido whisky, pero desde que su esposa se hizo cargo de su cuidado
Elliot siguió saludando y presentando a Amara y todo lo hizo en un perfecto italiano, que por supuesto Amara entendía. Ella sonrió. ―Suenas lindo cuando hablas así. ―¿Lindo? ― Elliot frunció las cejas sin comprender y Amara apretó los labios para ocultar su diversión. ―¿Qué tal sexi? ¿Mejor así?