Se que no es lo usual, pero no todos los villanos tienen que morir, y hay casos de casos, donde al final, recapacitan. Aunque yo no estaría muy segura en este caso. Ja, ja, ja, ja.
CAPÍTULO 67 En la casa ancestral de la familia Montgomery, Stella revisaba la información de la clínica donde acababa de recluir a su madre. Aunque había querido ir con ella, Cristian le aconsejo que no viajara por el momento, prometiéndole que la visitarían cuando estuviera más recuperada. De rep
―Digamos que es un don. ―Bien, pero te tengo malas noticias, papi ―dijo con sarcasmo ―Para tu mala suerte, existen pruebas y esas pruebas te comprometen. A pesar de que se puso nervioso, no lo demostró. En cambio, sonrió como si no le importara. ―¿No me crees? ―Stella metió la mano en su bolsillo
CAPITULO 68 Oficina principal, Kingston Company. ―¡No voy a aceptar que pases por encima de mis órdenes, Elliot! Si tan solo hubieras tenido un buen matrimonio con Amara, otra cosa seria. ¿Pero qué has hecho? ¿Eh? ¡Desfilar con cuanta mujer se te atraviesa y humillar el nombre de nuestra familia!
―¡¿Comprándome una esposa?! ―¡Los salve a ambos! Tanto tú, como Amara, tenían destinos lamentables. ―Sí, claro, el magnánimo. Por qué mejor no aceptas que te estás acostando con ella, ¿Crees que no veo cómo la miras? A veces siento asco de los dos. El padre acortó la distancia y lo abofeteo. ―No
CAPÍTULO 69 Los vestidos eran impresionantes, la pequeña y elegante asistente llamada Sharon, sonrió apenas los vio, era la encargada de atender a Stella en el salón nupcial Vera Wang. Extendió su mano y mostró los estantes ―¡Santo cielo! ―fue todo lo que Stella pudo decir. Eran los únicos cliente
………………………………………. ―¡Waoo! ―Mariana saco el vestido rojo y largo y sin tirantes ―Esto vale casi un mes de trabajo. ―Es precioso, ¿verdad? ―dijo Stella mientras sacaba un par de sandalias Jimmy Choo ―¿Crees que te quede? ―Por supuesto que sí, y si no, pues no comeré hasta el día de la boda ―Mariana
CAPÍTULO 70 Para cuando eran la una de la mañana, Cristian estaba totalmente borracho. Se levantó tambaleándose y trato de dar un paso, pero se derrumbó en el sofá, llamando el nombre de Stella. ―Cristian, estás como una cuba ―Mason lo ayudo a acomodarse, al ver que tenía los ojos cerrados, supuso
Parpadeo un par de veces, creyendo que su mente aún estaba bajo los efectos del alcohol, pero cuando cayó en cuenta de que en realidad se trataba de ella, se bajó con rapidez y se cubrió con la colcha. ―¡¿Qué está pasando?! ¡¿Por qué estoy aquí?! Al escuchar la voz de Cristian, Kendra abrió los oj