¡Feliz día mamas y mamacitas! Estamos en la recta final de esta historia, denle mucho amor.
CAPÍTULO 70 Para cuando eran la una de la mañana, Cristian estaba totalmente borracho. Se levantó tambaleándose y trato de dar un paso, pero se derrumbó en el sofá, llamando el nombre de Stella. ―Cristian, estás como una cuba ―Mason lo ayudo a acomodarse, al ver que tenía los ojos cerrados, supuso
Parpadeo un par de veces, creyendo que su mente aún estaba bajo los efectos del alcohol, pero cuando cayó en cuenta de que en realidad se trataba de ella, se bajó con rapidez y se cubrió con la colcha. ―¡¿Qué está pasando?! ¡¿Por qué estoy aquí?! Al escuchar la voz de Cristian, Kendra abrió los oj
CAPÍTULO 71 En el auto Cristian golpeo el volante con fuerza una y otra vez. La única frase que no dejaba de repetirse en su cabeza era que Stella no podía enterarse de lo que paso. «Si ella lo supiese… No, no puede» Busco su teléfono celular y marco el número de David. ―¿Necesitas analgésicos?
―¿Te sucede algo? Él se tensó de inmediato y sonrió. ―No, no, es solo dolor de cabeza. Mezcle muchas bebidas anoche. ―Ujunm. ¿Qué necesidad? Pero bueno, tomate algo y, ya me encargaré más tarde de consentirte. ―fue juguetona en sus palabras. Ella estaba a punto de colgar cuando Cristian dijo. ―
CAPÍTULO 72 ―Es Cristian, ya llego. Stella se despidió de Mariana y tomo su bolso para salir rápidamente. En el auto, Cristian miraba hacia la puerta principal del edificio con ansiedad, no sabía cómo comportarse y si tendría el valor de mirarla a la cara. En cuanto la vio, su pecho se encogió de
CAPÍTULO 73 Temprano en la mañana del día siguiente, cuando el primer rayo del sol, golpeo la costa de Seattle, el salón de fiestas del Hotel Hilton ya estaba completamente decorado y todo estaba terminado para la ceremonia. En la casa ancestral, Stella terminaba de dar los últimos detalles a su v
CAPÍTULO 74 Stella frunció las cejas y luego se apartó acunando su rostro y formo una sonrisa en sus labios. ―Bebe, somos nosotras las que lloramos ―seco sus lágrimas y lo beso de nuevo. Sin embargo, el motivo de las lágrimas de Cristian no era de felicidad, se trataban de vergüenza. En el que se
Los ojos de Cristian se brillaron dispuestos. ―¿Supones que eso la detendrá? Esa mujer está obsesionada contigo. ―Jonathan resoplo ―Mira que usar el viejo truco de hacerte creer que tuvieron sexo. ―¿Y si de verdad paso? ¿Y si me acosté con ella? Jonathan no sabía cómo ayudar a su amigo, entendía