Al ver su molestia, Connor se maldijo a sí mismo y camino para sentarse a su lado. ―Lo siento, lo siento. Tienes razón, es que… ―sus ojos ahora se volvieron agraviados ―No tienes idea de lo preocupado que estaba. Además, no contestaste mis llamadas, fue hoy que finalmente lo hiciste. ―Necesitaba e
CAPÍTULO 54Connor la miro con emociones complicadas y su terquedad y determinación lo hicieron claudicar. ―Está bien, pero, iremos juntos. No dejaré que te enfrentes a él tu sola. Ella no tuvo más remedio que aceptar. Media hora después de que llegaran a la empresa de Cristian, tuvieron que espe
El rostro de Connor estaba lleno de contusiones y había sangre saliendo de su labio. Cristian no estaba en mejor estado. Siendo agarrado por su secretario, forcejo para soltarse. Stella camino hacia Cristian y se paró frente a él, sin que nadie lo esperara, levanto su mano y lo abofeteo. ―¡¿Estás
―Una semana. ―dijo. ―¿Una semana? ―Sí. ―asintió y de repente sus brazos la rodearon. La abrazo como si quisiera impregnarla en su piel, luego la aparto para acunar su cara y mirarla a los ojos. ―Dame una semana para demostrarte como será tu nueva vida a mi lado, si en todo ese tiempo no logro conv
CAPÍTULO 55 Cuando Stella salió del auto, se quedó anonadada de la belleza del lugar. Cristian también bajo y saco las dos pequeñas maletas. ―¿Te gusta? ―Es… hermoso ―susurro sin quitar la mirada de los frondosos pinos. ―Se siente mucha paz. ―Por eso te traje aquí, no quiero que nada nos interru
‘Fui por algunas cosas, no tardaré. Espero te guste lo que prepare para ti’ Luego miro el sencillo, pero nutritivo desayuno y fue inevitable que su corazón latiera emocionado y que una sonrisa se plasmara en sus labios. Era la primera vez que Cristian cocinaba para ella. Fue al baño a prepararse y
CAPÍTULO 56 ―Cristian, tenemos que hablar. ―Hablemos mientras preparamos la comida. Estoy hambriento ―dijo con un toque sensual. En la cocina él preparaba el salmón escalfado y vegetales al vapor, mientras que Stella cortaba en trozos pequeños los ingredientes para el aderezo. ―Lamento lo que di
Por primera vez, ella se quedó sin palabras. Este no era el frío e inalcanzable Cristian. Volvió a pinchar un trozo de salmón cuando dijo. ―Está bien, vivamos un día a la vez. Veamos si te conviertes en un marido potencial antes de que nazca nuestro bebe. ―Lo haré. Estoy mirando hacia nuestro futur