―Hormonas. Estoy de mal humor. Las facciones de la mujer se suavizaron y sonrió. ―Entiendo, pero, Sra. Montgomery. Me gustaría sugerirle que le permita a su esposo todas las oportunidades de ser parte de este embarazo. Un rubor frenético tiño las mejillas de Stella. ―Acuéstese aquí, por favor. ―l
CAPITULO 51 A pesar de que quería divorciarse. En el fondo estaba feliz de que Cristian quisiera ser parte del embarazo y también quisiera ser el padre apropiado de su hijo. Ella lo miro y, por primera vez en mucho tiempo, vio una emoción abierta y honesta en su atractivo rostro. En este momento, p
CAPÍTULO 52 Después de la primera consulta, Stella regreso a la mansión del abuelo y cuando finalmente pudo darle la noticia, se sorprendió cuando el anciano, no mostró la reacción esperada. ―Finalmente, decidiste decírselo a este pobre viejo, ¿eh? ―Pero… ―Stella parpadeo atónita ―¿Ya lo, sabías?
CAPÍTULO 53―Stella, ¿puedes venir a la empresa? Hay un asunto del que quiero hablarte. ―ella inmediatamente se tensó, supuso que Connor quería preguntarle por qué había desaparecido anoche. ―Está bien, estaré allí en media hora ―luego de terminar de hablar, Connor colgó rápidamente, dejando comple
Al ver su molestia, Connor se maldijo a sí mismo y camino para sentarse a su lado. ―Lo siento, lo siento. Tienes razón, es que… ―sus ojos ahora se volvieron agraviados ―No tienes idea de lo preocupado que estaba. Además, no contestaste mis llamadas, fue hoy que finalmente lo hiciste. ―Necesitaba e
CAPÍTULO 54Connor la miro con emociones complicadas y su terquedad y determinación lo hicieron claudicar. ―Está bien, pero, iremos juntos. No dejaré que te enfrentes a él tu sola. Ella no tuvo más remedio que aceptar. Media hora después de que llegaran a la empresa de Cristian, tuvieron que espe
El rostro de Connor estaba lleno de contusiones y había sangre saliendo de su labio. Cristian no estaba en mejor estado. Siendo agarrado por su secretario, forcejo para soltarse. Stella camino hacia Cristian y se paró frente a él, sin que nadie lo esperara, levanto su mano y lo abofeteo. ―¡¿Estás
―Una semana. ―dijo. ―¿Una semana? ―Sí. ―asintió y de repente sus brazos la rodearon. La abrazo como si quisiera impregnarla en su piel, luego la aparto para acunar su cara y mirarla a los ojos. ―Dame una semana para demostrarte como será tu nueva vida a mi lado, si en todo ese tiempo no logro conv