Miro el pacífico rostro dormido, la luz de la luna brillaba en su suave piel y la hacía ver más hermosa y delicada. No pudo evitar extender su mano para tocarla, pero tan pronto como sus dedos rozaron su mejilla, Stella se despertó. ―¡¿Qué estás haciendo?! Ella abrió los ojos y vio al hombre frent
CAPÍTULO 28 Kendra en este momento deseaba poder destrozar la cara de Stella. Lo que más lamenta en su vida es haberse casado con Rhys. Si no hubiera tomado la decisión equivocada, en estos momentos sería la mujer de Cristian y la dueña de toda la fortuna de la familia. «¿Cómo se atreve esta perra
Cristian y Jonathan escucharon el grito y se apresuraron. ―¡Kendra! ―los dos hombres la sujetaron, uno a la izquierda y el otro a la derecha, y la ayudaron a levantarse. ―¿Qué está pasando? ¿Estás herida? Ya había lágrimas cayendo por sus mejillas. Conoce a Cristian desde hace tiempo y también est
―¡Basta! ¡Elliot, te dije que te callaras! ―luego miro a Stella ―¡Y tú, discúlpate con Kendra! ―su tomo de voz era incuestionable. ―¿Quieres que me disculpe? ―ella sonrió a medias. ―Stella, por favor terminemos con esto. Discutían y la empujaste, ¿Qué otra explicación hay?―cerro los ojos y los abr
CAPÍTULO 29 ―Abuelo, Elliot vino a verte. ―Cristian dijo suavemente. El anciano asintió y no dijo nada. Luego todos fueron al comedor y desayunaron juntos. Después de la comida, Elliot recibió una llamada y se marchó. Stella miro que hacía un día soleado, y no tenía intenciones de seguir viendo
También era la primera vez que los dos aparecían en público, por lo que llamaron mucho la atención. En el pasado, Cristian ni siquiera pensaría en ir de compras y mucho menos vacacionar. Ahora ella únicamente lo encuentra irónico. No había mucha gente en el centro comercial y el empleado de una tie
CAPÍTULO 30 ―¡Cristian, suéltame! ―No quieres salir conmigo, pero sí con este, ¿verdad? Sin embargo, estás olvidando una cosa. ¡Todavía eres mi esposa! ―Suéltame… ―Stella hacia todo por liberarse, pero Cristian no le dio ninguna oportunidad y la arrastro hacia el café. Connor hizo un movimiento
CAPÍTULO 31.De repente Stella estallo de risa, y Cristian la miro sin comprender. ―Perdón, perdón, pero es lo más gracioso que he escuchado. ― extendió su mano y tomo el vaso con agua, después de beber un sorbo, se calmó y respiro profundo. ― ¿Hablas de una oportunidad, correcto? ―Sí. Stella, cre