Capitulo 02
POV:Amanda. El sol se colaba por mi ventana, dándome de lleno en el rostro. No hacía mucho que me había quedado dormida. O eso pensaba… Me levanté harta de aquello. Al salir de la cama, me di en un dedo del pie, y mi grito se escuchó en toda la cuadra. Fui hasta el baño, molesta, y aún no eran las siete de la mañana. Al regresar al cuarto me di cuenta de que la cortina de mi ventana se había caído. El sol era inclemente y me lastimaba los ojos. —Por lo menos puedo volver a dormir —comento hacia la habitación vacía. Poco después escuché la alarma de mi teléfono. Al tocar la cama, abrí los ojos asustada. Yo había pensado que era sábado, pero no era así. Debía estar en la corte en media hora. Tenía un caso sobre un chico que había robado un auto, pero nunca antes había tenido ningún otro delito. Salí de la cama tan rápido como pude. ¿Cómo era posible que fuese yo tan tonta y olvidadiza? Me bañé en menos de un minuto, me embutí en el primer traje de chaqueta y falda que me encontré, y salí corriendo de mi apartamento. Mi auto tardó en encender, y mi paciencia se estaba agotando. Golpeé frustrada el volante, y por desgracia me vi en el espejo retrovisor. Algunas personas decían que yo era hermosa, pero yo no lo veía. Y menos en esos momentos, pues mi cabello era un desastre, y el poco maquillaje que me había aplicado estaba por todas partes, menos en los lugares correctos. Hice una mueca y me encogí de hombros. Aún estaba yo pensando en el desastre que había dejado en el baño. Eso me angustiaba más que cualquier maquillaje mal hecho; soy compulsiva con la limpieza. Sé que algunos por esto me llaman loca, pero, ¿qué me importa? No tenía tiempo de bajarme del auto y limpiar. Debía irme. Las manos comenzaron a temblarme; quise bajarme, pero era imposible. Respiré profundo y manejé. Durante todo el camino pensé en el desastre, sin embargo, al llegar a la corte, aquello se me olvidó un poco. Iba tarde; mi cliente podía perder el caso. Me lo habían asignado, pero yo siempre defendía a mis clientes por igual, sin importar si eran de la firma o me los habían asignado. —Licenciada Castillo, llega tarde. Es posible que no pueda llegar a un acuerdo —me dijo otra licenciada que trabaja para otra firma contraria. Ella tenía una gran sonrisa en su rostro. La ignoré y corrí. No tenía tiempo para ella. . A mis espaldas escuché que dijo: —Vaya pinta la que carga, parece más un payaso. Ja, ja. Ignoré su comentario. Ya me encargaría de ella luego. Entré, y lo primero que vi fue a mi cliente asustado, mirándome con cara de súplica. Lo tranquilicé, y el otro abogado comenzó su litigio. Yo no me había fijado en él. Esa mañana había sido un desastre desde el inicio. Traté de arreglar mi cabello con los dedos y me preparé para escuchar lo que tenía que decir. Sin embargo, la jueza habló primero. —Buenos días, licenciados. ¿Seguro que este caso no lo pueden arreglar fuera? ¿No pueden llegar a un acuerdo? —Sí, señoría, el caso es sencillo, pero el acusado agravó a mi cliente. No solo robó su auto, sino que… El abogado que hablaba era un hombre realmente atractivo. Dejé de preocuparme del desastre en mi baño y miré su complexión. Tenía facciones finas, pero a la vez varoniles. Su cuerpo se podía ver a pesar de su traje, y pensé: "Este hombre sí que está bueno". Pero pronto sus palabras me sacaron de mi ensoñación. Podía estar muy bueno, pero era un idiota. Aunque aún no sabía yo hasta qué grado. —Sí, señoría, es el primer delito de mi cliente. Él nunca había hecho algo así, la desesperación lo llevó a… traté de explicar —¿Y eso justifica el robar? Vaya… —me interrumpió el abogado. Me estaba sacando de mis casillas, y a la vez me costaba trabajo concentrarme. No podía pensar en hombres en un momento como ese. De repente, pensé en que no había tenido una cita en mucho tiempo. Lo miré de nuevo y sentí un particular calor en mi nuca. “Ya basta”, pensé molesta. Él ni siquiera me había visto a la cara. Esto tenía sentido, estábamos trabajando. Traté de calmar mi ímpetu y lo logré a tiempo para escuchar a la jueza, quien nos siguió instando a tratar el asunto fuera. Salimos, y en los pasillos conversamos. Era un hombre guapo, pero no me dejé impresionar con eso. Su nombre era Andy. Vi que tenía la nariz un poco sucia, y tuve que mirar hacia otro lado. Suponía yo que era tierra, la mancha abarcaba la punta de su nariz. Él me interrogó con la mirada. Me vi obligada a decirle. Ya tenía suficiente con mi baño sucio. —Tiene usted sucia la nariz —dije sin más. Esto me permitió mirarlo con más detalle. Oh, era un hombre realmente guapo. Mi cliente me esperaba más allá, en uno de los banquillos. El hombre se puso rojo como un tomate. Se limpió, y me pidió que dijera lo que tenía que decir. —Está bien, dos meses de cárcel, y libertad condicional… un año… —ofrecí, y él hizo una mueca burlona. —Un año de cárcel, dos de libertad condicional. Es lo mínimo que puedo hacer. Era su contraoferta, la cual me molestó muchísimo. —¿Pero qué es lo que le pasa? ¿Es en serio, no ve que sólo es un ñino? ¿casó es usted de piedra? —le pregunté y. Me miró como si yo hubiera dicho una grosería. —No puedo hacer mucho más, mi cliente salió lastimada psicológicamente —aclaró él. —Cinco meses de cárcel, y dos años de libertad condicional. Creo que es lo justo —era mi oferta final, y me la estaba jugando con mi cliente, que era un buen chico solo que cometió un error. Él dudó, pero aceptó al final y se fue sin despedirse ese hombre era guapo. pero muy antipático y molesto desde mi punto de vista. Me olvidé de él y fui a darle las buenas noticias a mi cliente. Él se asustó por pasar ese tiempo en la cárcel, pero dadas las circunstancias era lo mejor que podía hacer por él. Después de la corte, fui directo a casa y recogí el baño, pero al verlo así todo sucio y desprolijo, casi me da un ataque supremo de ansiedad. Era mediodía, y debía almorzar con unos clientes de la firma en la que trabajo. Sin embargo, estaba más tranquila. El desastre ya no existía. Me arreglé mejor y salí. Durante el almuerzo sería la primera vez esa mañana que me detendría, y sin embargo, debía trabajar. El día solo había llegado a la mitad, pero yo estaba muy lejos de terminar. En el camino al restaurante, me froté los ojos muy fuerte. Luego me vi en el espejo, y casi me desmayo de la impresión. A veces olvidaba que traía maquillaje. Arreglé el problema; esos clientes eran importantes. El almuerzo salió muy bien. Ahora eran oficialmente mis clientes. Se trataba de una pareja que peleaba por una herencia. Casos típicos que simplemente me parecían muy fáciles. No obstante, ellos no estaban exentos de relevancia por ese motivo. Finalmente, pude llegar a mi oficina. Los pies me estaban matando. No bien puse un pie en la oficina, las secretarías me abordaron. Yo tenía buena relación con algunas, y me contaban cosas. —Amanda, ¿viste que llegó un licenciado nuevo? Dicen que quería ser fiscal… es guapo. Gloria me tomó del brazo y caminó conmigo mientras me contaba.Capitulo 03 POV: Amanda. “Ah, ¿sí? ¿Cómo se llama?” Pregunté por hacerlo, pues no me importaba una m****a. Solo quería encerrarme en mi oficina con el aire acondicionado pues me estaba muriendo de calor y sentía que empezaba sudar como cerdo. “Me dijeron, pero no escuché bien. Voy a informarme.” Dicho eso, Gloria salió disparada hacia las demás secretarias. Le simpatizaba a casi todas las secretarias, menos a la mía. Ella no llegaba a odiarme, pero su trato era muy frío hacia mí. Yo tenía la teoría de que en algún punto se hartó de mi extraña personalidad. “Linda, otra vez dejaste restos de comida sobre tu escritorio… no es el mío, pero me molesta. Disculpa.” Sí, ella me odiaba por eso y más. La vi rodarme sus ojos antes de entregarme mis recados. Sin más preámbulos, comencé a trabajar en el nuevo caso. Encendí mi laptop, y puse manos a la obra. Investigaba sobre casos similares e iba anotando todo conforme me iba informando. Mi secretaria Linda vino a entregarme lo que le h
Capitulo 04 POV: Amanda.Mi mundo casi se derrumbó. Esa perra iba a hacer todo lo posible por joderme. Ella era peor que Andy. Se empeñaba hasta que mi caso se veía tan afectado que no era posible volver a arreglarlo. Delante del juez, y con mis clientes a mi lado, me quedé paralizada de la rabia. Cuando me molestaba de esa manera, me costaba enfocar la vista, agache la cabeza , estando sentada sobre la mesa, y cerré los puños. Podía sentir la mirada burlona de Elena en mi nuca. Esa mujer era insufrible. No sabía yo por qué las cosas Me afectaban tanto, ¿por qué tenía que darle el gusto a la estúpida esa? sus acciones me indicaban que ella llevaba algo personal contra mi aunque no entiendo porque. Levanté la cabeza, y mis clientes me miraron preocupados. La ansiedad se había apoderado de mí, pero no iba a rendirme sin dar pelea. Eso nunca. Mis clientes merecían esa herencia. La otra parte solo era una aparecida que decía ser hija de la difunta, pero no
Capitulo 05 POV Amanda.Al llegar, toqué la corneta para hacerla salir.“Por amor a Cristo, Amanda… ¿por qué la impaciencia? ¿Alguien murió? ¿Es esa mujer insoportable llamada Elena?” preguntaba con sarcasmo, pues casi siempre que estaba irritada el motivo llevaba el nombre de esa perra, mi amiga.“Súbete, vamos a un café a hablar. Después de todo, son las tres de la tarde”, repliqué.Durante todo el camino, ella trató de averiguar más; aún así, yo me mantuve en mis trece y no dije nada. Ella había nombrado a Elena, y no había estado muy alejada de la realidad. Todo residía en que yo deseaba simplemente hablar, no necesariamente de lo que había ocurrido.Fuimos hasta nuestra cafetería favorita. Ordené varios pastelitos y varias tazas de café. Carolina me miraba con la boca abierta, con la taza de café suspendida en el aire.“Es obvio que no estás bien, pero aun así lo preguntaré: ¿estás bien?”, inquirió ella.“Sí… es decir, no… Sin embargo, no quiero hablar de eso, es la segunda vez
Capitulo 06 POV Amanda. —Claro que te buscaba. Se ha presentado una gran oportunidad para esta firma. Una empresa importante quiere trabajar con nosotros. Verás, quien tome ese puesto y haga un buen trabajo, nos beneficiará mucho —mientras el socio hablaba, yo miraba a Andy. Este estaba sentado con las manos entrelazadas sobre el regazo. Miraba un punto situado encima de mi cabeza, como si no quisiera verme. —Y esa persona, por supuesto, debo ser yo. Fuera de toda discusión —dije de forma tajante y miré a Andy. Este no me devolvió la mirada. Como si alguien hubiera sacado todo el oxígeno de la oficina, todos dejaron de respirar. El socio no me miraba, y hasta se había puesto incómodo. Él era el jefe, y estaba incómodo ante mis ojos escrutadores. —Verá, licenciada Castillo. Andy es un elemento importante en la firma y... —¿Disculpe? ¿Un elemento importante? ¡Acaba de entrar a trabajar aquí! ¿Le dará el trabajo a él? ¿Esto es en serio? Yo he trabajado aquí durante años, ¿y m
Capítulo 07 POV Andy “Pero… él… ¡estaba desesperado y podría tener problemas para conseguir un buen empleo en el futuro! En fin, esto no lleva a ninguna parte. Trabajaré contigo, pero solo porque no me queda otra opción. De poder elegir, tú no estarías aquí. Ya nos las arreglaremos." Estoy tan molesta, que ni siquiera tengo ganas de pelear en estos momentos. “Ahí está la puerta, puedes irte, idiota,” —terminó de hablar ella. Me encogí de hombros, sin responder, lo cual la hizo molestar más y me corrió de su oficina con más ímpetu. Algo bueno se había sacado de esa visita a la oficina de Amanda. Ya sabía mejor por qué ese odio hacia mí. Nunca pensé que ella se interesara tanto por sus clientes. Aquello me agradó, pues era una mujer con integridad. No me fue posible no ver su trasero cuando salí de la oficina. Ella era atractiva, aunque estaba seguro de que no tenía ni la menor idea de eso. Fui a casa, me preparé un sándwich, y me senté a ver un juego de béisbol. Durante to
Capitulo 08POV: ANDYElla se veía dura. Estuve pensando, y hasta había olvidado dónde estaba. David llamó mi atención y desperté de mi distracción.—Si tienes que pensarlo tanto, entonces no lo es —dijo él más para sí mismo.—¿Qué? Sí, lo es. Es muy bella, pero no creo que yo le guste. Me odia. Me llamó pelmazo, idiota, imbécil, y hasta malparido, ¿puedes creer? —le conté.—Está en negación. ¿No conoces a las mujeres? Es todo. Vámonos a una discoteca, hermano. No hacemos nada aquí. No somos mujeres como para conversar de sentimientos y este lugar es muy aburrido —dijo David.Dejé de escuchar sus frases machistas y sus quejas; me concentré en lo que había dicho antes. ¿Yo le gustaba a Amanda? Imposible. A pesar de llegar a esa conclusión, no dejé de pensar en eso en todo el fin de semana. Me estaba taladrando el cerebro, por lo que el lunes me comporté extraño delante de ella. Esto hizo que Amanda me preguntara si tenía un retraso mental. Esa mujer no se guardaba nada.—¿Siempre tien
Capítulo 09 POV: ANDY Estuvimos discutiendo todo el camino. Ella estaba acostumbrada a que nadie le respondiera. Y allí estaba yo, defendiendo mi posición, pero a la vez, no dejaba de ver sus senos proporcionales que subían y bajaban. Ella estaba tan molesta que no notó ese detalle y gracias adiós sino también pensaría mucho peor de mí ella. Gritaba como desquiciada, me señaló, y patinamos en una calle. En ese instante, ella se detuvo, de golpe su pecho se notaba visiblemente agitado. No hablé más para no empeorar la situación porque yo también estaba molesto. La miré, y fui consciente de que estaba a punto de llorar, pero ella no lo dejaba salir. Decidí dar mi brazo a torcer. ―Tranquila, si quieres, yo puedo manejar. Disculpa, estoy seguro de que podemos encontrar una mejor dinámica que nos funcione a ambos ―dije por fin, y ella seguía con la vista fija, mirando al frente. Por suerte, no venía ningún coche cerca. Ella no me miraba para nada. De repente dijo: ―No dej
Capítulo 10: POV Amanda ¿Qué estaba pasando? ¿Andy y yo nos estábamos besando? ¿Cómo llegamos a esto? Traté de recordar, y no pude. Solo sabía que en este momento su lengua recorría mi boca con saña. Su mano se había posado sobre mi pierna, pero pronto él la fue subiendo hasta mi muslo. Mi interior era un torbellino de emociones mi mente estaba nublada. No pensaba, solo sentía. Andy acercó más su cuerpo al mío. Sentí su calor, y se me escapó un leve gemido, me aferré a su nuca como un salvavidas y el beso se profundizó. La situación estaba avanzando a pasos agigantados. De repente, caí en cuenta de lo que pasaba. Aunque al hacerlo, me pesó en el alma, pues me había gustado muchísimo. Lo empujé y me levanté a toda prisa con la respiración entrecortada. —¿Qué coño se supone que haces? —grité. Andy me miró sin comprender. Era evidente su confusión, pero yo no di tregua. A pesar de que había dejado que el beso continuara, yo... no sabía qué sentía. Entretanto, la pagué con And