Comenzó la fiesta.

En el medio del salón, las luces eran coloridas. Parecían perlas y diamantes. En el lugar de baile, los apuestos jóvenes y sus bellas damas bailaban elegantemente.

Fuera de la pista de baile, Jay estaba tomando el vino y hablaba con los invitados. La forma de que él bebía era moderada pero dominante. También se veía sexi y elegante. Todo su cuerpo emitía el aire de un noble príncipe. Cualquiera se quedaría hipnotizado por él. Innumerables personas de la alta sociedad lo rodeaban. Ellos llevaban vestidos caros y joyas de edición limitada que los hacía verse extremadamente llamativos.

Rose estaba sentada en una esquina. Ella parecía un poco nerviosa. A pesar de sus mejores esfuerzos por esconderse en la oscuridad, ese día estaba vestida demasiado hermosa. Además, su encanto destacaba entre la multitud. Ella era sumamente deslumbrante como una estrella brillante en la oscuridad.

De vez en cuando, los hombres se le acercaban y la invitaban con entusiasmo. “Señorita,