Jay tomó la mano de Rose y caminó hacia el centro de la pista de baile.

El salón anteriormente ruidoso se calmó repentinamente. La atención de todos estaba en el centro de la pista de baile.

Rose era como una marioneta siendo manipulada mientras temblaba y miraba a Jay. Cuando comenzó la música, ella todavía estaba un poco sorprendida y permaneció inmóvil.

Jay frunció el ceño. La tomó con rudeza en sus brazos y colocó sus labios junto a sus oídos. Amenazó en voz baja, "Rose, está bien si quieres avergonzarte, pero no me impliques a mí".

Rose recuperó rápidamente sus pensamientos. Él era una figura pública. Cada movimiento y palabra que decía estaba bajo el microscopio del público. Si se avergonzaban, él podría aparecer en las noticias durante varios días.

Para un hombre como él que nunca había perdido ni un día en su vida, ¿le perdonaría a ella si ella le dejara en el ridículo?

Rose intentó concentrarse. Con la música familiar y el compañero de baile perfecto, pudo ponerse rápida