—Mio, cariño —Sonó en un tono de voz que no había imaginado que saldría de sus labios.
— ¿Qué demonios Hitóry? —Espetó Mio con enojo— ¿Qué hace Ai aquí?
— ¿Ai? —levantó una ceja ¿De verdad no sabía mi nombre? No lo culpaba, yo tampoco sabía el suyo.
— ¿Por qué tardaste tanto? Te envié el mensaje ayer diciéndote que estaba en peligro junto a la locación—Reclamaba frustrada — Además ¿De dónde se conocen ustedes? ¿Es un cliente tuyo? —Esa era una opción bastante probable ya que él era un criminal y ella una abogada.
—Fue hace un rato que vi el mensaje —No podía creerlo, le había advertido que algo pasaría, que un día me hallarían en una zanja y ella nunca lo sab
—Oh—Fue lo único que pude decir, sintiéndome algo rara, no esperaba que este tipo estuviera en esa clase de relación y mucho menos cogérsela casi al frente de la persona que tenía secuestrada, pero ahora tomó sentido que se enojara cuando me quejé sobre eso. Era tan incomodo que no sabía bien que hacer— Ai, la rehén, un gusto, supongo—Miré a los lados y remojé mis labios, tomé mi plato en la mano—Bueno, los dejo—Me despedí saliendo de la cocina, no estaba para nada en fachas ni con el ánimo para quedarme ahí.Ella era verdaderamente hermosa, quitando la grotesca imagen que tenia del día anterior, podía decir que parecía un ángel, tenía el pelo corto y ondulado, un blush natural en las mejillas y una sonrisa que haría caer a cualquiera si no la forzaba como lo había hecho conmigo, pero tamp
Suspiré buscando calma, lo menos que quería era que despertara y me encontrara escapando, pero tenía mala suerte y solo hice moverme un poco hacía afuera para que sus brazos me atraparan en la oscuridad, demonios, dije ya en voz alta, estaba jodida.Dentro de todo cabía la posibilidad de que el infeliz de Hitóry me hubiera prestado a ese tipo para que me utilice como quisiera y de la nada me sacara un arma y me la pusiera en la boca, para obligarme a quien sabe cuántas cosas. Era muy joven para saborear un cañón de una pistola, ya había sentido uno en los labios y no fue para nada una buena experiencia.Pude escurrirme lo suficiente para por lo menos poder encontrar mis bragas y me las puse con sumo cuidado, pero él se movía demasiado y hacía que mi escape fuera al nivel de misión imposible, a la verga.—Oye—Llamé en voz alta—Ei—Repet&
Ya le había tomado el hilo a esto de que Mio conociera a esas personas que anduvieran rondando estos lares y esperaba fielmente que un día me hablara de ello, ella de por si era muy cerrada con sus asuntos sentimentales y si de verdad yo necesitara saber algo me lo diría, así era ella. No dejaba de molestarme estar en el aire, pero no tenía de otra— ¿Mio? —Nombró Kai con el mismo tono perplejo que Mio llevaba en el rostro.—Hice una pregunta ¿Cuál de los dos la responderá? —Insistí esperando que alguien me dijera algo, pero nada, ni siquiera podían mirarse entre sí, y conociendo lo suficiente de mi amiga sabía que no daría un solo paso dentro de la habitación.—Ai, mejor me iré—Eso fue todo lo que dijo, ya no parecía nerviosa o impactada, solo lucia sombría y un poco molesta, por lo que no
Desperté sintiendo la cabeza estallar ¿Qué había pasado? Todo estaba oscuro y abrir los ojos me era insoportable, no escuchaba nada, estaba mareada y mucho menos podía sentir partes de mí cuerpo. Una luz se mesclaba por las esquinas de mis ojos y solo podía percibir dos figuras discutiendo al frente de mí, no entendía lo que decían, era como ruiditos indescriptibles y estaba demasiado cansada y atontada, cerré los ojos nuevamente.La segunda vez que desperté fue igual, como salir de un sueño de miles de años, abrió los ojos y me vi sentada en una cama ¿Dónde estaba? Fue lo primero que me pregunté. Intenté moverme, pero no podía, estaba atada y subí la mirada en busca de mis manos para darme cuenta de que estaba amarrada al espaldar de la cama, bajé la cabeza de golpe, el vértigo podía conmigo.Respir&eac
Capítulo 9— ¿Qué? —Pregunté desconcertada ¿A qué venia todo eso?— Mierda ¿Hermano? Ya he dormido con ella—Reveló Kai poniéndose las manos detrás de la cabeza.—Lo sé—Hitóry disimuló su incomodidad con el tema—Es por eso por lo que no pasará de nuevo, bajo ninguna circunstancia—Me miró como una amenaza—Tuvo que haber sido horrible despertar con Gremlin a tu lado.—Para nada —Dijo con una amplia sonrisa de niño que me engrandeció el corazón, pero que fue de inmediato incinerada con una mirada color azul—No es que hubiera querido dormir con tu chica y como dije no hicimos nada más allá.—No es mi chica — Contesto rápidamente con una expresión que sin problemas podría borrarle con mi puño&mda
Los días junto a Hitóry y su loca familia criminal incluyendo a Mio, marchaban sobre ruedas, poco a poco había olvidado que era una prisionera allí y era más parte de la familia, aunque Hitóry y yo teníamos roces al momento de demostrar quien estaba sobre quién, pero él me ganaba con ventaja.Un día había intentado irme por otro camino de regreso a casa y de inmediato dos tipos que no eran ni Miguel ni Rodrigo aparecieron delante de mí ofreciéndome escoltarme de vuelta a casa, lo que me recordaba de golpe como eran realmente las cosas.Kai era un amor, era el hermano mayor que siempre quise, el ken para barbie, ese amigo gay que no había logrado conseguir. Pasábamos el día juntos cuando estaba en la fortaleza, e ir al cine unas cuantas veces, llegamos hasta jugar “yo nunca, nunca” junto a algunos hombres de Hitóry que habían afianzad
—Ai, pero no has perdido el tiempo —Comentó Mio tras un sorbo de la bebida que tenía en la mano, con un tono pícaro meciéndose en una mecedora en el pórtico de la cabaña.—Ni una sola palabra, ratas—Gruñí enojada, pues ya mi buen ánimo se había ido junto al rubio de revista.Mio resopló y siguió leyendo el libro que tenía y antes de que Kai fuera a decir algo o Hitóry que igualmente leía tirado en el mueble, lo fulminé con la mirada y seguí a la cocina.Mierda la cabaña era genial, pero mi enojo evitó que la apreciara como merecía. Tomé de la nevera un poco más de hielo y le tomé el celular a mi supuesta mejor amiga— ¿No que me irían a buscar en seguida? —No puede aguantar y lo solté justo antes de ir a la playa—Cuando crucé por
Nadie debía saber sobre lo ocurrido en la playa después del almuerzo y si para eso tenía que usar ese traje de sirvienta lo haría. El primer día que lo llevé puesto me di cuenta de que no sería para nada una tortura, era hermoso, era coqueto y tenía cretona. Era como si estuviera mandado a hacer para mi o sacado de algún catálogo de lolitas, así que usarlo no me importaba para nada en cambio me sentía relinda.Mio poco a poco pasaba más tiempo a mi lado, venia por lo menos tres veces a la semana sin importar que Kai estuviera aquí, y la relación de ellos había mejorado bastante, de hecho, bromeaban y ella le hacía bullyn sin que hubiera rencores, ahora más que nunca lucían como amigos normales y no volvían la habitación donde estaba tensa y fría.Iba a la universidad como si nada del secuestro hubiera pasado, incluso