capítulo 2

La semana siguiente...

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Cancún

7:00 PM

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ANGELINE

Ha sido una semana muy ajetreada y estoy destrozada. El fin de semana pasado no pude ir a visitar a mi madre, lo que me disgustó mucho. Tomo un taxi directo a su casa. Por el camino aprovecho para contestar algunos mensajes, algunos correos electrónicos. Cuando llego a casa de mi madre noto un extraño movimiento de dos hombres delante de la casa.

- ¿Necesitas algo? - los dos brutos me miran como si fuera una hormiguita. - Estoy esperando. ¿Puedo ayudarle? ¿Qué hacen aquí, en mi casa? - Paso junto a ellos molesta. Mi madre está en el salón con un hombre. Ella llora mientras él bebe un trago de whisky.

- Yo... perdóname... no pude conseguirlo -entro en la habitación haciendo que se sobresalte- ¿Angel? ¿Qué haces aquí? - El hombre se gira para mirarme. Alto... pelo castaño, ojos oscuros, pecho fuerte y bien formado, sonrisa encantadora. ¿Quién es este hombre? No puede ser su novio. Debe tener unos 15 años menos que ella.

- ¿Ángel? - camina hacia mí metiendo las manos en los bolsillos. - Encantado de conocerte, Rafael Torricheli - extiende sus manos hacia mí mirándome de pies a cabeza.

- Voy a preparar café... - desaparece rápidamente dirigiéndose a la cocina.

- ¿quién eres y qué haces aquí? - me mira fijamente

- He venido a recoger lo que es mío por derecho. - Me siento en el sofá a su lado.

- ¿de qué estás hablando? Aquí no hay nada tuyo, que yo sepa. Entonces, por favor, te pido que te vayas de mi casa. Ahora.

Cancún

8:00 PM

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RAFAEL

Ahora mismo no me veo volviendo a Los Ángeles, la música mexicana me molesta. Me deslizo dentro del coche, pidiendo al bordillo que me lleve por el camino más rápido a casa de Megan. Mi móvil vibra haciéndome poner los ojos en blanco, es Erika enviándome una foto en langerie.

- Si me permite la pregunta, ¿qué estamos haciendo aquí exactamente señor? - pregunta Freire mirando por el retrovisor

- cobrando una deuda. Un listillo que pensaba que yéndose a otro país se libraría de mí. - Mi móvil vuelve a vibrar, pero ya no es Erica, es Max. Mi mejor amigo.

LLAMAR

- habla chico, ¿dónde estás? - Somos amigos desde que éramos niños. Lo considero un hermano. - Estoy en tu casa, tío. Vamos al casino a follarnos a unas zorras.

- Estoy en Cancún. - una risa escandalosa me hace poner los ojos en blanco

Max: No puedo creer que fueras detrás de una mujer que conociste aquí. Eres un adicto. Deberías consultar a los B.A. -me detengo un momento tratando de entender lo que acaba de decir- boce/tas Anónimos.

- No seas ridículo. Vengo a comprar una deuda de casi un millón - Freire aparca el coche. - Me tengo que ir. - Cuelgo el teléfono. - Pide a Vargas y Navarro que hagan la seguridad aquí. -Freire acepta. Su casa es muy bonita. El jardín está bien cuidado y la casa es grande, aunque no vale ni la mitad de lo que debe. La mujer está en el salón viendo una película. Entro sin que nadie se dé cuenta. - Vaya, vaya... si es Megan -se atraganta con su zumo-.

- ¿Cómo has entrado aquí? Esto es allanamiento de morada. Voy a llamar a la policía.

- Llámalos y veremos quién sale esposado. - Ella traga saliva y me mira con aprensión.

Empiezo a preguntarle dónde está mi dinero mientras ella me pide perdón. Me ofreció la casa y el coche como pago, lo que no sirvió de mucho ya que yo iba detrás de mi dinero. El trato era mi dinero o su vida, ya no me gusta México, creo que he estado aquí demasiado tiempo. Se disculpa de nuevo hasta que es interrumpida por un ángel que entra por la puerta haciéndola voltear hacia ella sobresaltada. Escucho que me llama por el nombre "Ángel" su nombre me suena como una melodía que inmediatamente repito y me dirijo a ese ángel que sigue parado en la puerta y me presento.

- Un placer, Rafael Torricheli - le tiendo la mano mirándola de pies a cabeza.

- Voy a preparar café - dice Megan dejándonos solos en la habitación.

- ¿quién eres y qué haces aquí? - me pregunta con curiosidad mientras la miro fijamente.

- He venido a recoger lo que es mío por derecho. - digo secamente sentándome en el sofá y entonces ella se sienta a mi lado.

- ¿De qué estás hablando? Aquí no hay nada tuyo, que yo sepa. Así que, por favor, te pido que salgas de mi casa. ¡Ahora mismo! - dice como si estuviera al mando de algo. La miro profundamente conteniéndome para no pegarle un tiro en la frente también, y entonces por fin su madre reaparece de la cocina con el café.

- Megan, ¿dónde está mi dinero? - digo levantándome.

- ¿De qué dinero está hablando? ¿Qué está pasando aquí?

- ¿No se lo has dicho Megan? - Me río - así que mi querido Angel, tu mami aquí me debe 800 de los grandes y si no me paga ahora la voy a matar. Entonces, ¿dónde está mi puto dinero? - Hablo ahora ya estresado.

- Lo siento, todavía no lo tengo. Angeline querida, lo siento. - dice ella ya llorando, entonces yo ya furioso saco mi pistola y la amenazo una vez mas sin importarme ese angel en la habitacion que ya esta abrazado con su madre que llora junto con ella.

-VETE A LA M****A MEGAN, SOLO DAME MI DINERO. ESTOY CANSADO DE TU CARA, ¡MALDITA SEA! - Digo desbloqueando el arma apuntando a su cabeza hasta que escucho algo que no esperaba. Angel se tira al medio y grita

- ¡NO LE HAGAS NADA, POR FAVOR! ¡LLÉVAME CONTIGO! - dice entre lágrimas. - HARE LO QUE SEA POR TI PARA SALVAR LA VIDA DE MI MADRE. ¡POR FAVOR! - estoy en estado de shock, ¿qué voy a hacer? Nunca he sido de los que aceptan tratos así a cambio de una vida. Negam me debía mucho dinero, su hija estaba dispuesta a pagar. Tragué en seco y decidí que perdonaría la vida a esta mujer, pero le daría una buena paliza para que aprendiera. Solté a la mujer y me enfrenté a la chica en mi

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