capítulo 5

L.A

16:37

Voy a la sala y veo que Joane ya había puesto el almuerzo, llamo a Max para que almuerce conmigo. No era bueno que fuéramos al casino sin al menos comer algo. Después de comer volvemos al casino, hoy gano dinero y me olvido del problema vulgo Angel. Llego y voy directo a mi oficina, paso solo dos horas en mi oficina. Llega Max y me llama para que baje. Las mujeres se mueven al ritmo de la música

-¡Oye loco, vamos a la taberna! -me dice riéndose.

- Hoy no se como me voy a ir a casa Max, no quiero volcar mi rabia sobre ella y asustar a la chica, ¡¿entiendes?! -le digo haciendo un poco de plática.

- ¿Así que administraste que sentías algo diferente por la chica? - Aunque vivimos fuera del país Max y yo tuvimos mucha experiencia en el casino de Río de Janeiro. Aquí la música es bailable y muy sensual.

- ¡no imbécil! - me tomo un vaso de cerveza de una vez

- relajate ella esta bien -dijo y yo me acordé y no le dije a nadie que le diera comida. Cojo el móvil y marco el número de mi asistenta.

LLAMAR

- Joane, ¿dónde está Ángel? - Pregunte lo obvio bien, la deje encerrada.

- No la he visto desde que llegaste, ¿está bien? - preguntó preocupada y yo me limité a decir un "hurrum".

- Se me olvidó por completo, ve a mi habitación, coge la llave de repuesto de su habitación y tráele algo de comida, pero bajo ningún concepto la dejes salir. ¿Me entiendes, Joane? - le digo secamente y ella no contesta. - Se lo pregunto una vez más. - Ahora contesta con miedo.

- Sí, señor. Entendido. -dice asustada.

Vuelvo mi atención a Max que me mira con cara de muerte.

- ¿Qué pasa Max? - digo ya sabiéndolo. Este chico siente algo por ella, eso seguro. Pero también podría ser cariño ya que perdió a sus padres tan joven y su sueño era tener una hermanita. Prefiero pensar que es afecto entre hermanos.

- En absoluto -dijo secamente, sin dejar de mirarme-. No sé cómo se lo ha ganado a él y a Joane, la chica es aburrida y sosa. Me arrepiento de haberla aceptado como pago.

Dos rubias con un cuerpo precioso se acercan a nosotros, las llamo para que se sienten con nosotros. Max me sigue mirando pero, qué le voy a hacer, no tengo nada que ver con sus tonterías. La rubia empieza a agarrarme y a querer besarme y yo le digo.

- No quiero besarte, es inútil. - No sé dónde tenía la boca.

- Muy bien, ¿qué quieres hacer entonces? - me dice con cara traviesa, casi sobre mi regazo. Me levanto y la llevo a mi habitación, pero antes voy a por Max.

- Voy a mi habitación, ¡ahora vuelvo! Mira todo lo que hay para mi. - Dije yéndome pero el me jala y me dice.

- Joder Rafael, respeta a la chica que está ahí, que es muy responsable y tú vas recogiendo putas por ahí. - Dije nervioso.

- Ella es mi pago, no mi mujer. -dije seriamente.

- No quiero decirte lo que tienes que hacer ni nada pero, lo que dices, ni siquiera has hablado con ella todavía, solo la tratas mal desde que la viste. -dije defendiendo a Ángel

- Yo no tengo nada que ver con esta charla, no me vengas con esas, Max, ¡ya lo sé! Llámate y aléjate de ella, no sabes nada y no quiero que lo sepas.

- Lo sé amigo, ¿pero te gustaría que fuera al revés?

- Nadie se acercará a ella, ¿entendido? Mataré a quien se lleve mi muñeca, porque me costó mucho. ¡ME VOY! - He dicho que te vayas, el tío se parece a mi mujer. ¡Que te jodan!

ANGELINE

Es tarde en la noche y no está Rafael ni Max, deben estar todavía en el casino. Aprovecho e intento marcharme, si cree que me voy a quedar aquí está muy equivocado. Me acerco a la ventana para observar el exterior de la casa y no hay nadie, voy a uno de los cajones y cojo cualquier trapo y lo enrollo en mi mano. Antes de romper la ventana me aseguro de que Joane sigue despierta.

- Espero unos minutos más y la vuelvo a llamar pero no oigo respuesta así que rompo la ventana y espero a ver si aparece alguien, no aparece nadie así que salto. Pierdo el equilibrio y caigo al suelo pero pronto me levanto y corro lejos. Sigo corriendo por las calles sin tener idea de como voy a salir de este enorme condominio, después de unos minutos llego a la puerta y no hay guardia, debe ser un cambio de turno. Salgo de ahí y sigo corriendo no se donde estoy ni a donde voy, aun corriendo llego frente a una casa no tan lujosa como la de Rafael pero aun así es hermosa. Llamo a la puerta.

- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? - digo esperando que alguien me responda.

- ¡Ya voy! - grita un hombre desde dentro abriendo la puerta. Al abrir la puerta me encuentro cara a cara con un hombre muy guapo. Lleva unos pantalones cortos blancos, debajo de la axila hay unos tatuajes en forma de estrella que llegan hasta el final de su abdomen maravillosamente definido. - ¡TIERRA LLAMANDO! - chasquea los dedos haciéndome salir de mi ensoñación.

- hola, puedes dejarme entrar, estoy huyendo de alguien que me ha secuestrado te juro que saldré al amanecer. - digo esperanzada

- Tranquila cariño, pasa. - dijo dándome paso para entrar.

- gracias - Dije entrando.

- Bueno... siéntate. me llamo Lionel pero puedes llamarme León, ¿y tú? - dijo sonriendo.

- gracias. Yo me llamo Ángel. - dijo avergonzado.

- Cuéntame que ha pasado para que pueda ayudarte. - Dijo sentándose en un sofá al lado del que yo estaba sentada.

- No soy de aquí, un hombre me secuestró y me escapé cuando nadie miraba, encontré tu casa y vine a pedir ayuda. - Encontré tu casa y vine a pedir ayuda", dije mintiendo pero sin mentir realmente.

- ok, puedes quedarte el tiempo que quieras, te mostrare una habitacion donde puedes quedarte. - dijo levantándose y mostrándome el camino.

- tu casa es muy bonita - dije intentando entablar conversación.

- Gracias, no me quedaré mucho, he venido a la ciudad por negocios. - No me quedaré mucho tiempo, he venido a la ciudad por negocios", dijo, y eso me produjo un escalofrío, no sé por qué. Nos detuvimos frente a una puerta metálica y me quedé helada en el mismo instante. De repente León me cogió del brazo y me metió dentro de la habitación donde sólo había una cama y un baño minúsculo, una habitación pequeña con sólo una ventanita en la parte superior de la pared.

- ¿Qué estás haciendo? - me puso la mano en la cara.

- Sé una niña y no intentes nada por favor, no quiero hacerle daño a la muñeca de Rafael.

- ¿Le conoces? - le pregunto. Me sujeta contra la pared, sus ojos están fijos en los míos. Su cálido aliento a menta me hace cerrar los ojos, él permanece en la misma posición. Abro los ojos y me encuentro con su sonrisa sarcástica. Se acerca a mi boca mientras intento mantener las piernas firmes.

- Por supuesto que lo hace. - Digo cerrando la enorme puerta.

LIONEL

Cuando me llegó la noticia de que el muy cabrón estaba con una chica en su casa no me lo creí y vine a verlo con mis propios ojos. Me instalé en una casa cerca del condominio donde vive, he estado aquí unos días observando su casa y realmente el desgraciado está con una chica allí pero ¿por qué no sale de esa habitación? Si quiero atraerla y comenzar mi venganza contra él, tendré que secuestrarla. Fue mas facil de lo que pense ya que ella vino a mi. despues de encerrarla en la habitacion termino arrepintiendome de haberlo hecho y abro la puerta de nuevo. La chica es más atractiva de lo que imaginaba.

- Salgo. - Ella me mira confundida, se levanta torpemente marchándose. - Tú no tienes la culpa de nuestros problemas, odio admitirlo. - Le doy permiso para irse.

- ¿Quién eres realmente, León? - me pregunta, sentándose en el sofá con inquietud.

- Lionel Torricheli. Soy medio hermano de ese hijo de puta. - respiro hondo - el viejo sólo me registró y me dio los gastos, pero nunca estuvo presente en mi vida. - ella parece entender - si se lo dices a alguien te mato. - Le enseño una pistola

- esta bien - Ella levanta las manos en señal de rendición. - Nunca diré nada sobre este tema.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo