― Estoy muy nerviosa Eloísa ― respondía Selena tronándose un poco los dedos, la verdad estaba nerviosa más porque no sabía cuánto tiempo le quedaba de vida. ― Tranquila, hoy es el gran día, te casarás con un hombre maravilloso ― contestaba Eloísa sonriendo, era verdad ella se casaba con un hombre maravilloso llamado Enrique, por lo que Selena sonreía levemente haciendo que su amiga le arreglara el peinado el maquillaje por lo que después saca el vestido de novia y los zapatos que eran hermosos a simple vista por lo que le ayuda a ponerse el vestido subiéndole el cierre y también ayudándole a ponerse los zapatos. Las horas habían pasado, Enrique fue el primero en llegar a la iglesia en compañía de su hermano, quien estaba a su lado bajándole los nervios, viendo a Alberto quien estaba sentado decidiendo acercarse a él. ― Hola Alberto ― respondía Leo saludándolo por lo que Alberto lo miraba con cierto recelo. ― Leo ― decía Alberto un poco enojado. ― ¿Podemos hablar? ― contestaba Leo
Enrique manejaba esa carretera Selena lo miraba con ternura pensaba que no merecía tanto amor que él le tenía, pero también pensaba en su enfermedad que era inevitable escapar de ella por lo que se recarga en su hombro mientras que el, le daba un beso en la cabeza manejando hasta llegar a una cabaña donde sería la noche de bodas de ambos. Por lo que bajan del auto viendo la cabaña sonriendo al ver lo hermosa que era por lo que Selena se sienta en el sillón que había justo en la entrada mientras que Enrique fue por papel y cerillos para prender aquella chimenea por lo que Selena lo sigue y se sienta en el suelo viendo al gran amor de su vida quería grabarse su rostro quería grabarse su manera de caminar todo quería grabarse antes de que ella ya no le quedara más tiempo de vida. Puesto que Enrique la besa suavemente acariciando su cintura pero también acariciando su mejilla el beso se tornaba apasionado haciendo el amor en el suelo para el Selena era su bella guarda faro ese lucero qu
Mientras que Alberto estaba fumando tocando su guitarra, aún estaba triste por como Miranda lo había tratado y gritado que no lo amaba, lloraba en silencio ante el rechazo que recibió de parte de Miranda, pero él, la seguía queriendo ese corazón tan terco y loco que no sé daba por vencido él toma el teléfono y llama al departamento de ella quien se encontraba sola en estos momentos tomando una taza de vino contestando aquel teléfono. ― ¿Bueno? ― respondió Miranda dejando la taza de vino. ― Miranda ― decía Alberto sonriendo, por lo que Miranda rueda los ojos fastidiados. ― Que es lo que haces … ― respondía Miranda en un tono de fastidio. ― Llamándote ― respondía Alberto de vuelta, por lo que ella bufaba molesta. ― ¿Para qué? ― preguntaba Miranda enojada. ― Para decirte que te amo, para decirte que no puedo vivir sin ti Miranda ¿Tan difícil de creer es? ― preguntaba Alberto desesperado por lo que Miranda reía maliciosamente. ― No tan difícil de creer, no es difícil ¡¡Es que no te
Para Enrique fue como balde de agua fría, no sabía que su esposa estaba a punto de morir mucho menos que tenía cáncer. ― Hicimos lo que pudimos, pero ella no se salvará, en estos momentos está despierta, entren para despedirse de ella ― respondía el doctor yéndose a atender a otros pacientes, mientras que Enrique estaba se cubría la cara llorando por su esposa, puesto que Ramiro fue con él y le dice: ― Hijo, entra tú a ver a mi hija ― respondía Ramiro con la voz demasiado apagada, mientras que Enrique se quitaba las lágrimas que rodaban por sus mejillas. Puesto que Enrique asiente; sin embargo, Eloísa trataba de no llorar por su amiga, quien estaba muriendo, sin embargo, era difícil haciendo que lágrimas rodaran por sus mejillas, por otro lado, él vio a Selena tan frágil, tan pálida que parecía que estaba por quebrarse para él era una muñeca de porcelana se acerca con cuidado haciendo que ella abriera los ojos lentamente viendo a su ahora esposo. ― Mi amor ― respondía Selena con l
Por lo que Enrique se queda acostado susurrando el nombre de su amada Selena.― Selena, mi amada esposa, dónde estás por qué no vuelves a despertarme de esta horrible pesadilla… Me quiero morir mi amor, llévame a tu lado, ya no quiero vivir ― respondía Enrique mientras abrazaba con fuerza su almohada Leo decide entrar y ve a su hermano Enrique destrozado, tirado en el suelo, llorando y abrazando su almohada, Leo se agacha y le toca el hombro a su hermano.― Ven levántate ― respondía Leo de vuelta.― Déjame solo, Leo no quiero ver a nadie ― contestaba Enrique de vuelta.― Te hará mal ven ― decía Leo tratando de quedarse al lado de su hermano.― Eh dicho que me dejes solo ― respondía Enrique furioso, abrazando a su almohada.― Te hará mal, ven ― respondía Leo de vuelta, por lo que Enrique lo empuja haciendo que él se alcanzara a agarrar en un mueble.― ¡¡Eh dicho que me dejes no entiendes!! ¡¡No quiero nada!! ¡¡Solo quiero morir!! ¡¡Lárgate, Leo, lárgate!! ― respondía Enrique gritando f
― ¡Necesito que me traigas algún calmante, me estoy volviendo loca! ― gritaba Miranda por teléfono, estaba totalmente desesperada y fuera de control. ― ¿Tú la que según tenías todo bajo control? ― comentaba Marcos en forma de sarcasmo. ― ¡¡¡Déjate de estupideces y traume algo para los malditos nervios¡¡¡¡¡¿Me has escuchado?!! ― gritaba Miranda desesperada a punto de volverse loca. ― Tranquila, tengo algo que te hará sentir en la gloria, confía en mí ― respondía Marcos sonriendo al otro lado de la línea. ― ¿Y se puede saber qué es lo que me hará sentir en la gloria? ― preguntaba Miranda un tanto dudosa, ya que no sabía que era lo que la haría sentir en la Gloria. ― Unos polvitos mágicos que te levantará el ánimo ― respondía Marcos sacando el sobre de droga. ― No me digas ― respondía Miranda sonriendo maliciosamente. ― ¿Quieres que te los lleve? ― preguntaba Marcos al otro lado de la línea viendo los sobres de droga que tenía en sus manos. ― ¿Seguro que me harán sentir bien? ― p
― Mañana a primera hora, pero necesito un favor ― respondía Leo sonando un tanto serio, por lo que ella lo miraba un tanto extrañada.― ¿Cuál? ― preguntaba Eloísa un tanto confundida.― Que te quedes tú y Logan en mi casa a vigilar a Enrique en lo que estoy de viaje ¿Aceptas? ― preguntaba Leo tomando las manos de Eloísa, quien se queda callada ante esa propuesta que él, le había hecho, estaba por hablar cuando Logan escucha lo que Leo había dicho por lo que decide interrumpir.― Rosas ― respondía Logan haciendo que Leo volteara.― Cuando te vas a Bolivia ― respondía Logan mirándolo fijamente.― Mañana a primera hora ― contestaba Leo de vuelta.― Vete tranquilo, estaremos al pendiente de tu hermano ― dijo Logan extendiendo su mano, por lo que Eloísa se queda sorprendida al ver que su hermano había aceptado ayudar a Leonardo, ya que ellos dos no se llevaban nada bien.― Ve tranquilo Leo, estaremos al pendiente de mi hermano ― decía Logan haciendo que Leo suspirara aliviado.― Gracias, L
― Ven a mi casa, necesito que alguien se quede con Enrique ― decía Leo un tanto desesperado y algo nervioso, por lo que Alberto se queda pensando si aceptar esa propuesta, sabía lo que había ocurrido con su novia sabia también que él necesitaba ayuda en estos momentos comprendió que Leo amaba a Eloísa con todas las fuerzas de su alma por lo que accede ayudar a su amigo por lo que cuelga la llamada por lo que Eloísa sigue a su novio a preparar las maletas.Eloísa sabía que Leo estaba nervioso, no sabía cómo reaccionaría al saber de sus padres, después de todo merecía saber quién eran sus padres y por qué los habían dejado, por lo que lo toma del brazo dándole un abrazo y un beso despidiéndose para después acompañarlo al carro por lo que al subir se despide de su amada.― Todo saldrá bien, ya lo verás mi amor ― respondía Eloísa sonriendo haciendo que él asintiera.― Eso espero mi Eloísa ― decía Leo asintiendo por lo que Eloísa le da un beso.― Confía en Dios mi amor ― respondía Eloísa s