― ¡¡Eso es algo que no te importa Vete y déjame en paz!! ― gritaba Enrique furioso al ver que Alberto se encontraba en su habitación. ― Claro, gritando vas a lograr que te dejen en paz ― decía Enrique en forma de sarcasmo. ― ¿Ya terminaste? ¡¡Ahora lárgate!! ― decía Enrique furioso, lo único que él quería era que se largara de una vez por todas. ― ¿Qué estás haciendo con tu vida? ― preguntaba Alberto haciendo que Enrique se ponía un cojín en la cara empezando a gritar. ― ¡¡Que te largues no sabes nada de mi vida!! ¡¡Lárgate de aquí!! ― gritaba Enrique parándose de la cama, acercándose a Alberto peligrosamente. ― Ya estás bastante grande como para comportarte, de esa manera ― decía Alberto negando con la cabeza, por lo que Enrique se para enojado de la cama, tanto era su enojo que lo agarra de la camisa a Alberto. ― ¡¡Y a ti que carajos que importa si yo me estoy hundiendo o no!! ¡¡Tú no sabes el dolor que yo estoy pasando!! ¡¡Tú no sabes el perder al amor de tu vida!! ¡¡Y perder
Por lo que Eloísa asiente, pero aún temía la preocupación presente no quería que su hermano tuviera un ataque al corazón Logan lo nota y va con ella tratando de calmarla acompañándola a la cocina para preparar algo de comer; sin embargo, Enrique ve las fotos de Selena se martirizaba pensando que era su culpa, pero no sabía que ella tenía esa cruel enfermedad culpaba a la vida a la suerte por haberle arrebatado al gran amor de su vida buscaba una luz y un consuelo, pero nada encontraba para él solo veían unas flores marchitas que dejo sobre su ser sin su presencia parte de él se perdió moría con ella también veía la foto llorando sobre ella abrazándola como si con eso volviera a la vida y sin darse cuenta empezaba a cantar una canción. «Quiero gritar quiero implorar y ya no puedo tanto sufrir tanto llorar por ti siento latir tu corazón cerca del mío. Oigo tu voz y tú no estas, dime por qué al escuchar tu dulce voz renace mi alma vuelvo a creer que existe amor y tú quiero seguir soñan
Quería pegarle más, por lo que Enrique y Logan las detiene para evitar que ambas pelearan. ― Miranda ya vete de aquí no eres bien recibida ― contestaba Enrique defendiendo a Eloísa. ― Hay mira quien habla, el viudo pobrecito te dejó solito qué bueno que Selena haya muerto, así no que tiene que soportar ― contestaba Miranda sonriendo burlándose de lo que le acababa pasar a Enrique. ― ¿Terminaste de tus burlas? ― preguntaba Enrique furioso. ― Hay pobrecito Enrique el viudo, ahora que harás hacerte la víctima y llorar y llorar ― respondía Miranda burlándose a más no poder, por lo que Enrique la toma del brazo sacándola de la casa. ― ¡¡Ya lárgate y deja de hacer daño a los demás!! ¡¡Solo te diré una cosa a Leo, no le interesas!! Ya deja de escupir tanto veneno ― decía Eloísa gritando furiosa. ― Leo será mío, cueste lo que cueste una maldita gata, como Eloísa no me lo quitará ― volvía a decir Miranda gritando desesperada por lo que Eloísa sale de la casa. ― ¡Aquí la única que es una
Veía al techo mientras comenzaba a reír como loca y maldecía a Eloísa en cada momento pensando en la venganza que pronto haría en contra de ella Una semana después Leo ayudaba a Julissa con las maletas, pues regresaran a México para ayudar a su hermano Enrique, quien todavía no salía de su depresión, al menos eso creía Leo, pues no había recibido cartas ni nada, solo esperaba que su hermano estuviera más tranquilo, puesto que salen de la casa de su tía tomando un taxi yendo así al aeropuerto. Por otro lado, Enrique estaba en el jardín, había estado en el cuarto, seguía en la depresión, tomaba y fumaba, ahora se estaba yendo por ese camino y al mismo tiempo escribió un poema, que describe perfectamente lo que siente Enrique cuando nadie lo ve y está solo en su habitación, pues él no olvidaba cuando ella se había enterado de la enfermedad terminal que ella padecía. «Quiero gritar, quiero implorar y ya no puedo tanto sufrir tanta llora por ti. Siento latir tu corazón cerca del mío, o
― ¿Qué es lo que quiere? ― pregunta Ana furiosa. ― Siéntese y le diré ― respondía Marcos sonriendo burlonamente. ― Estoy trabajando y no puedo ― decía Ana molesta, por lo que Marcos no la deja de hablar jalándola del brazo sentándola del golpe. ― ¡¡Que no oyó que se siente!! ― gritaba Marcos haciendo que ella se sentara asustada viendo sus ojos que estaban inyectados de sangre dado por la droga que él había aspirado. ― ¿Qué es lo que quiere? ― preguntaba Ana un tanto intimidada. ― Una simple cosa quiero, ya que Logan no me hace casó, tú me podrías ayudar ― decía Marcos acercándose a ella. ― ¿Ayudar en qué? ― pregunto Ana desconcertada y un tanto asustada. ― Tranquila, solo quiero que convenzas de que Eloísa se case conmigo o de lo contrario ― respondía Marcos haciendo que Ana se quedara sorprendida. ― ¿De lo contrario qué? ― preguntaba Ana de vuelta tragando un poco de saliva. ― Me desharé de Logan, así que tú decides Muñequito o haces que Logan de la mano de Eloísa para casa
Ana solo quería esconder su mirada, por lo que decide agacharse, pero Logan levanta su mirada, esa mirada que a él le había enamorado viendo sus ojos verdes llorosos, por lo que el despacio se acerca más a él para besar sus mejillas bebiendo así sus lágrimas abrazándola tiernamente dándole el calor que ella tanto necesitaba. ― Mi amor que tienes ― le dijo Logan tratando de calmarla, por lo que Ana no hablaba, no quería hablar, no quería que su vida corriera peligro. ― ¿Me dirás qué tienes mi amor? ¿Por qué lloras? ― le pregunta Logan de nuevo tratando de saber que era lo que tenía, pero ella solo lo abraza llorando amargamente escondiendo la verdadera razón por la que lloraba. ― Tengo miedo ― murmuraba Ana tratando de no llorar confundiendo un poco a Logan que la miraba un tanto confundido. ― ¿Miedo de que mi amor? ― pregunto Logan acariciando el cabello de Ana. ― Miedo a perderte miedo a que te pase algo Logan si algo te pasa yo me muero ― respondió Ana abrazando a Logan por lo q
Más tarde Eloísa levanta a Leo para llevarlo a la cama, se veía como un niño que necesitaba tanto a su madre que ahora estaba en un mejor lugar por lo que se queda dormido después de tanto llorar por saber esa dolorosa verdad después de tener el valor de descubrir su pasado… Se quedaba viendo a Leo quien estaba durmiendo después de que él supo toda la verdad, por lo que Eloísa levanta la carta y la foto que estaba en el suelo al verla entiende por qué se puso de esa manera entendió el porqué le dolía tanto hablar de su pasado y sobre todo esconder de los periodistas había regresado de ese viaje mostrando a un Leonardo diferente esta vez mostró sus sentimientos sin esconderlos como tantas veces trataba de esconderlos. ― Yo se van a superar pronto la verdad ― le murmuraba Eloísa acariciando el cabello de Leo, por lo que su hermano Enrique entra a la habitación. ― Supongo que está cansado del viaje mi hermano ― respondió Enrique en la puerta, por lo que Eloísa esconde la carta, creía
Al fin estaba mostrando sus sentimientos, Eloísa miraba como aquellos dos hermanos se abrazaban, se sentía orgullosa de Leonardo, ella sabía que él no era mala persona, solo hacía falta que lo comprendieran y le dieran un poco de amor. ― Gracias por ser mi hermano, te prometo que saldré adelante, que seré fuerte ― le dijo Enrique haciendo que Leo solo sonriera un poco. ― Yo te prometo que estaré ahí para ti ― le contesto Leo sonriendo quitándose ambos las lágrimas que caían por sus mejillas. Más tarde, Leo toma de la mano a Eloísa para presentarle a Julissa, la religiosa que cuido de ellos en el orfanato. ― Ven Eloísa te presentaré con Julissa, ella nos cuidó cuando estábamos en el orfanato ― confeso Leo sonriendo un poco lo único bueno que había pasado, este había conocido a esa señora que amaba. ― Julissa ― le hablo Leo a la religiosa que había traído de Bolivia. ― Dime mi niño ¿Qué sucede? ― preguntaba Julissa sonando como una madre, ya que ella los quería como si fuera su hij