Por lo que Enrique se queda acostado susurrando el nombre de su amada Selena.― Selena, mi amada esposa, dónde estás por qué no vuelves a despertarme de esta horrible pesadilla… Me quiero morir mi amor, llévame a tu lado, ya no quiero vivir ― respondía Enrique mientras abrazaba con fuerza su almohada Leo decide entrar y ve a su hermano Enrique destrozado, tirado en el suelo, llorando y abrazando su almohada, Leo se agacha y le toca el hombro a su hermano.― Ven levántate ― respondía Leo de vuelta.― Déjame solo, Leo no quiero ver a nadie ― contestaba Enrique de vuelta.― Te hará mal ven ― decía Leo tratando de quedarse al lado de su hermano.― Eh dicho que me dejes solo ― respondía Enrique furioso, abrazando a su almohada.― Te hará mal, ven ― respondía Leo de vuelta, por lo que Enrique lo empuja haciendo que él se alcanzara a agarrar en un mueble.― ¡¡Eh dicho que me dejes no entiendes!! ¡¡No quiero nada!! ¡¡Solo quiero morir!! ¡¡Lárgate, Leo, lárgate!! ― respondía Enrique gritando f
― ¡Necesito que me traigas algún calmante, me estoy volviendo loca! ― gritaba Miranda por teléfono, estaba totalmente desesperada y fuera de control. ― ¿Tú la que según tenías todo bajo control? ― comentaba Marcos en forma de sarcasmo. ― ¡¡¡Déjate de estupideces y traume algo para los malditos nervios¡¡¡¡¡¿Me has escuchado?!! ― gritaba Miranda desesperada a punto de volverse loca. ― Tranquila, tengo algo que te hará sentir en la gloria, confía en mí ― respondía Marcos sonriendo al otro lado de la línea. ― ¿Y se puede saber qué es lo que me hará sentir en la gloria? ― preguntaba Miranda un tanto dudosa, ya que no sabía que era lo que la haría sentir en la Gloria. ― Unos polvitos mágicos que te levantará el ánimo ― respondía Marcos sacando el sobre de droga. ― No me digas ― respondía Miranda sonriendo maliciosamente. ― ¿Quieres que te los lleve? ― preguntaba Marcos al otro lado de la línea viendo los sobres de droga que tenía en sus manos. ― ¿Seguro que me harán sentir bien? ― p
― Mañana a primera hora, pero necesito un favor ― respondía Leo sonando un tanto serio, por lo que ella lo miraba un tanto extrañada.― ¿Cuál? ― preguntaba Eloísa un tanto confundida.― Que te quedes tú y Logan en mi casa a vigilar a Enrique en lo que estoy de viaje ¿Aceptas? ― preguntaba Leo tomando las manos de Eloísa, quien se queda callada ante esa propuesta que él, le había hecho, estaba por hablar cuando Logan escucha lo que Leo había dicho por lo que decide interrumpir.― Rosas ― respondía Logan haciendo que Leo volteara.― Cuando te vas a Bolivia ― respondía Logan mirándolo fijamente.― Mañana a primera hora ― contestaba Leo de vuelta.― Vete tranquilo, estaremos al pendiente de tu hermano ― dijo Logan extendiendo su mano, por lo que Eloísa se queda sorprendida al ver que su hermano había aceptado ayudar a Leonardo, ya que ellos dos no se llevaban nada bien.― Ve tranquilo Leo, estaremos al pendiente de mi hermano ― decía Logan haciendo que Leo suspirara aliviado.― Gracias, L
― Ven a mi casa, necesito que alguien se quede con Enrique ― decía Leo un tanto desesperado y algo nervioso, por lo que Alberto se queda pensando si aceptar esa propuesta, sabía lo que había ocurrido con su novia sabia también que él necesitaba ayuda en estos momentos comprendió que Leo amaba a Eloísa con todas las fuerzas de su alma por lo que accede ayudar a su amigo por lo que cuelga la llamada por lo que Eloísa sigue a su novio a preparar las maletas.Eloísa sabía que Leo estaba nervioso, no sabía cómo reaccionaría al saber de sus padres, después de todo merecía saber quién eran sus padres y por qué los habían dejado, por lo que lo toma del brazo dándole un abrazo y un beso despidiéndose para después acompañarlo al carro por lo que al subir se despide de su amada.― Todo saldrá bien, ya lo verás mi amor ― respondía Eloísa sonriendo haciendo que él asintiera.― Eso espero mi Eloísa ― decía Leo asintiendo por lo que Eloísa le da un beso.― Confía en Dios mi amor ― respondía Eloísa s
― ¡¡Eso es algo que no te importa Vete y déjame en paz!! ― gritaba Enrique furioso al ver que Alberto se encontraba en su habitación. ― Claro, gritando vas a lograr que te dejen en paz ― decía Enrique en forma de sarcasmo. ― ¿Ya terminaste? ¡¡Ahora lárgate!! ― decía Enrique furioso, lo único que él quería era que se largara de una vez por todas. ― ¿Qué estás haciendo con tu vida? ― preguntaba Alberto haciendo que Enrique se ponía un cojín en la cara empezando a gritar. ― ¡¡Que te largues no sabes nada de mi vida!! ¡¡Lárgate de aquí!! ― gritaba Enrique parándose de la cama, acercándose a Alberto peligrosamente. ― Ya estás bastante grande como para comportarte, de esa manera ― decía Alberto negando con la cabeza, por lo que Enrique se para enojado de la cama, tanto era su enojo que lo agarra de la camisa a Alberto. ― ¡¡Y a ti que carajos que importa si yo me estoy hundiendo o no!! ¡¡Tú no sabes el dolor que yo estoy pasando!! ¡¡Tú no sabes el perder al amor de tu vida!! ¡¡Y perder
Por lo que Eloísa asiente, pero aún temía la preocupación presente no quería que su hermano tuviera un ataque al corazón Logan lo nota y va con ella tratando de calmarla acompañándola a la cocina para preparar algo de comer; sin embargo, Enrique ve las fotos de Selena se martirizaba pensando que era su culpa, pero no sabía que ella tenía esa cruel enfermedad culpaba a la vida a la suerte por haberle arrebatado al gran amor de su vida buscaba una luz y un consuelo, pero nada encontraba para él solo veían unas flores marchitas que dejo sobre su ser sin su presencia parte de él se perdió moría con ella también veía la foto llorando sobre ella abrazándola como si con eso volviera a la vida y sin darse cuenta empezaba a cantar una canción. «Quiero gritar quiero implorar y ya no puedo tanto sufrir tanto llorar por ti siento latir tu corazón cerca del mío. Oigo tu voz y tú no estas, dime por qué al escuchar tu dulce voz renace mi alma vuelvo a creer que existe amor y tú quiero seguir soñan
Quería pegarle más, por lo que Enrique y Logan las detiene para evitar que ambas pelearan. ― Miranda ya vete de aquí no eres bien recibida ― contestaba Enrique defendiendo a Eloísa. ― Hay mira quien habla, el viudo pobrecito te dejó solito qué bueno que Selena haya muerto, así no que tiene que soportar ― contestaba Miranda sonriendo burlándose de lo que le acababa pasar a Enrique. ― ¿Terminaste de tus burlas? ― preguntaba Enrique furioso. ― Hay pobrecito Enrique el viudo, ahora que harás hacerte la víctima y llorar y llorar ― respondía Miranda burlándose a más no poder, por lo que Enrique la toma del brazo sacándola de la casa. ― ¡¡Ya lárgate y deja de hacer daño a los demás!! ¡¡Solo te diré una cosa a Leo, no le interesas!! Ya deja de escupir tanto veneno ― decía Eloísa gritando furiosa. ― Leo será mío, cueste lo que cueste una maldita gata, como Eloísa no me lo quitará ― volvía a decir Miranda gritando desesperada por lo que Eloísa sale de la casa. ― ¡Aquí la única que es una
Veía al techo mientras comenzaba a reír como loca y maldecía a Eloísa en cada momento pensando en la venganza que pronto haría en contra de ella Una semana después Leo ayudaba a Julissa con las maletas, pues regresaran a México para ayudar a su hermano Enrique, quien todavía no salía de su depresión, al menos eso creía Leo, pues no había recibido cartas ni nada, solo esperaba que su hermano estuviera más tranquilo, puesto que salen de la casa de su tía tomando un taxi yendo así al aeropuerto. Por otro lado, Enrique estaba en el jardín, había estado en el cuarto, seguía en la depresión, tomaba y fumaba, ahora se estaba yendo por ese camino y al mismo tiempo escribió un poema, que describe perfectamente lo que siente Enrique cuando nadie lo ve y está solo en su habitación, pues él no olvidaba cuando ella se había enterado de la enfermedad terminal que ella padecía. «Quiero gritar, quiero implorar y ya no puedo tanto sufrir tanta llora por ti. Siento latir tu corazón cerca del mío, o