Capítulo 154
Y ahora Eliot también insinuaba que él sentía algo especial…

¿Qué había hecho Fernando para que todos sacaran esa conclusión?

Daisy se echó a reír, pero sin alegría.

—No quiero volver a recoger un paraguas roto, gracias.

—… —Eliot se quedó sin palabras.

***

En la mansión de la familia Ortega…

Apenas puso un pie en la residencia, Daisy percibió los murmullos de la gente. Rumores sobre cómo «se acercó intencionalmente a los Ortega» u otras suposiciones. Pero no dejó que eso la afectara y avanzó con paso firme. Antes de reunirse con Fausto, fue a ver a don Erik.

Lo primero que hizo al entrar a su habitación fue liberarlo de la hipnosis que le había impuesto. Luego le contó la verdad de lo sucedido. Independientemente de que Fausto estuviera o no involucrado en lo ocurrido hace años, don Erik era inocente, y Daisy sintió que le debía una disculpa.

—Don Erik, lo siento mucho… lo utilicé para mis propósitos.

Para su sorpresa, él no se enojó. Al contrario, la miró con una ternura que a Daisy
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