"Por última vez, no tengo ni idea de cómo llegó a sus manos... Lo dejé aquí mismo esta mañana". Leila da unos golpecitos en su tocador, mirando con rabia a Tatum.Simplemente, dejó marchar a Carmela; sin investigar, sin nada. A pesar de lo mucho que ella intentó convencerlo de la verdad, él se negó a escucharla y exigió que regresaran a casa mientras sus guerreros se encargaban de todo.¿Realmente cree que ella contrataría a un asesino? "Te creo, Leila", responde Tatum, sentándose en la cama y masajeándose las sienes, con las arrugas del estrés dibujando las líneas de su frente."Pero no crees que Carmela lo haya hecho, ¿verdad?". Leila pone las manos en la cintura, con una sonrisa amarga en los labios, seguida de una suave mueca de incredulidad mientras mira fijamente a su marido."No, Leila, no lo creo", responde fríamente Tatum. "Sé que no te agrada Carmela, pero no puedes acusarla sin más de algo tan malvado como esto. Eres la Luna, tus palabras tienen peso, no puedes conde
"Tatum, yo-".Tatum sacude la cabeza."No me importa por qué lo haces, de verdad que no quiero saberlo".Le importa, le importa demasiado. Le importa y le duele más allá de las palabras ver a la única mujer a la que ha amado, su esposa, su Luna, escabullirse detrás de él y seguir en contacto con el único hombre con el que le ha dicho en repetidas ocasiones que no quiere que tenga nada.Incluso le obligó a salvar la vida de ese hombre. Un dolor abrasador quema el corazón de Tatum y le sonríe amargamente a Leila, pero no dice nada y ambos se miran fijamente.Ojos que contienen emociones encontradas y poderosas.Irónicamente, el otro hombre resulta ser la pareja predestinada de su esposa y está ahí fuera, ahora mismo, preparando la cura para ella, con el fin de tener motivos legales para arrebatarle a Leila, y él no puede hacer otra cosa que cruzarse de brazos y mirar.El dolor que siente no es algo que toda una biblioteca de enciclopedias pueda explicar, todas las palabras en to
"La Luna está aquí", le dice uno de los hombres de Clayton, haciendo una leve reverencia."Que pase", gruñe Clayton mientras un profundo ceño se dibuja en su rostro.Tatum ya le ha comunicado por enlace mental la intención de Leila de unirse a él en las investigaciones. Si fuera por él, preferiría no hacerlo con ella, pero es su derecho como Luna y una orden directa de su Alfa; no puede desobedecerla."Cualquier plan que tengas para sabotear el proceso de esta investigación no funcionará. Deberías saberlo", le dice fríamente Clayton a Leila en cuanto entra en su despacho."Te aseguro, guerrero jefe, que no tengo planes de sabotear nada. Lo único que quiero es que se sepa la verdad", responde Leila en tono suave y le dedica a Clayton su característica sonrisa cortés antes de tomar asiento.Clayton la observa calculadoramente mientras se sienta. Su aura es tranquila, pero apesta a autoridad. No se parece en nada a la mujer que vino a su despacho hace unas semanas.Hay algo muy dife
Leila observa con incredulidad el resultado de su prueba y sus oídos zumban de repente cuando la voz de Amanda le llega como si estuviera saliendo del agua… “Enhorabuena, Luna. El heredero de la manada Roble de Sangre tiene cinco semanas. En perfectas condiciones. Vas a ser mamá”. Lo único que se le pasa por la cabeza a Leila es: ‘menos mal que su ginecóloga también es su mejor amiga, si no, no tendría ni siquiera la oportunidad de mantenerlo en secreto’. Tiene que mantenerlo en secreto, al menos hasta que lo tenga todo bajo control. ¿Cómo puede estar embarazada? El Alfa no quiere que lo esté y ha tomado todas las precauciones posibles. Entonces, ¿cómo puede estar embarazada? Leila ni siquiera puede precisar con exactitud qué momento salió mal porque últimamente ha ocurrido muchas más veces de lo habitual. Pero eso ya no importa. La pregunta que Leila necesita responder ahora es: qué decirle a Alfa Tatum. ¿Siquiera le dirá? Si se ocupa ella misma del aborto, él no tiene po
Los doctores no encontraron nada malo en Carmela, salvo algunos moratones, pero Tatum insistió en que la hospitalizaran para que recibiera los mejores cuidados con un chequeo corporal completo. Leila pasa todo el tiempo que puede visitando a Carmela.Los rumores sobre ella se han hecho más fuertes que nunca ahora que Carmela ha regresado, y todo el mundo se pregunta cuándo hará Alfa Tatum de Carmela su Luna.La pregunta no es si lo hará, sino cuándo lo hará. Todos en la manada están seguros de ello. En cuanto a Leila, ella finge no oír esos cotilleos e intenta no pensar en ello. Solo está contenta de que su mejor amiga, que la salvó hace mucho tiempo, haya vuelto, pero la felicidad no es plena. Leila conoce la verdad en su corazón y es el dolor que viene con ella lo que la hace seguir viviendo en la negación.Alfa Tatum ha pasado incansablemente los últimos dos años buscando a su amor perdido y ahora que la encontró, es solo cuestión de tiempo que ella reciba el golpe del rechaz
Sin embargo, no dice nada y simplemente se da la vuelta. No va a permitir que estas amargadas se interpongan entre ella y su mejor amiga. Son amigas de Carmela y se meten con ella a propósito porque Carmela se sacrificó por ella.No puede defenderse.Mientras se dirige al baño a buscar un trapeador, Edna grita detrás de ella: “¡¿A quién le estás dejando este desastre?! Primero recoge los fragmentos. Podría lastimar a alguien, ¡caray!”.Leila asiente y se arrodilla para recoger los más grandes con sus manos temblorosas. Justo en ese momento, la puerta se abre tras un breve golpe. Leila levanta la vista con los fragmentos ahuecados en la palma de la mano, sólo para encontrarse con los fríos ojos del Alfa.“¿Qué estás haciendo?”. Se da cuenta de la presencia de Leila y frunce el ceño al instante.“¡Alfa!”.Carmela salta de la cama y corre hacia el Alfa, rodeando su cuello con los brazos como cuando eran niños. “¿Puedo por favor, por favor salir del hospital ahora? Por favooooor”.S
Leila da vueltas en la cama sobre las sábanas blancas de su mullido colchón y sus ojos rojos e hinchados se posan en la lámpara de araña que baila al son del fuerte viento que entra por la ventana abierta. Sonríe amargamente al adorno que se balancea sobre ella, pues le recuerda a sí misma. Ella no tiene el control y solo baila al son de la terrible música que toca su miserable vida. Hace dos años, era una chica normal y corriente que esperaba encontrar a su pareja predestinada, vivir una vida sencilla con él y criar hijos hermosos, pero la vida la tiene ahora como una Luna odiada y una esposa despechada. Tatum prometió volver a casa después de dejar a Carmela, pero han pasado horas y él sigue con ella, probablemente recordando el amor que solían compartir antes de que Carmela desapareciera. Parpadea y se le salen las lágrimas mientras se le oprime el pecho de dolor al pensarlo. No son pareja. Lo había olvidado. No debería haber dejado que su bondad la empañara. Fue su úl
Tatum está sentado en la cama de Carmela en la oscuridad, con ella sobre sus piernas y su cabeza descansando tranquilamente sobre su pecho, con uno de sus brazos alrededor de su cintura mientras el otro recorre lentamente su pelo arriba y abajo.Como su actual Luna y portadora de su marca, el enlace mental le da a Leila acceso a todos los sentidos físicos de Tatum, pero lo que ve en su visión le paraliza el corazón, obligándola a que las lágrimas que ha estado conteniendo corran por la comisura de sus ojos.Cualquier esperanza que tuviera de significar algo para él se hace añicos al instante y un dolor insoportable la atraviesa.Una sonrisa de dolor se curva en los labios de Leila y está a punto de cortar el enlace mental cuando la voz de Tatum irrumpe en su cabeza.‘¿Qué pasa?’.La frialdad de su voz la hiere aún más que la imagen de su visión. Es como si este hombre no sintiera absolutamente nada más que irritación hacia ella desde que Carmela regresó.Antes de que Leila pueda