Llegamos a casa y en un rápido movimiento Dante me carga como una princesa mientras yo le comienzo a besar el cuello. Dante abre la puerta de la habitación de una patada y luego me deja en el piso. Tomo su traje y comienzo a quitárselo, y luego él hace lo mismo con mi ropa. -¿Me deseas? – le pregunto con un tono seductor. -Mucho, demasiado, mi amor – cuando dice “mi amor” siento como todo se me mueve dentro de mí, es como si el corazón quisiera salir de su lugar de la emoción que siente al escuchar esa palabra. -¿Ya no estás enojado? – beso su cuello arrancándole gemidos. -No, no puedo durar mucho tiempo enojado contigo. Eres mi debilidad – me tira a la cama luego de estar los dos desnudos, y él se posiciona encima de mí, pero yo en un rápido movimiento lo dejo abajo. -Yo controlo – este me sonríe y me toma de las caderas ayudándome a levantarme, para luego dejarme caer encima de su miembro arrancándonos un gemido de puro placer y éxtasis. -Muevete, nena, me estás matando – comie
Despierto al sentir los molestos rayos del sol. Abro mis ojos lentamente y siento como toda la habitación da vueltas. Lo otro que percibo es un dolor en mi pecho cuando levanto la mano y noto que está vendado, como cuando me operaron del corazón. Escucho unos pasos y al voltear veo a Dante que se acerca casi corriendo. —Mi amor, ya despertaste —acaricia mi mejilla y es imposible no regalarle una sonrisa—. ¿Cómo te sientes? —Un poco mareada y adolorida en el pecho. Lo que no entiendo es por qué está vendado —veo cómo se pone pálido, pero antes de que diga algo entra el médico. —Qué bueno que ya estás despierta, señora Giordiano. ¿Cómo se siente? —Algo mareada. —Bien, te vamos a aplicar un medicamento que te ayudará con eso, pero ahora vamos a revisarte —veo que Dante le lanza una mirada al doctor y este solo asiente con disimulo—. Pone su estetoscopio en mi corazón y comienza a palpar en diferentes lugares—. Bien, todo está en orden. —Pero si mi corazón está mal... —Ya viene la e
Me despierto al sentir un fuerte dolor de cabeza. Veo a mi alrededor y me doy cuenta de que dormí en otra habitación. Después de lo que pasó ayer, no podía dormir junto a Dante y justo hoy me reintegro a la empresa. Mi día no puede ser peor. Con mala gana, me levanto y me doy una ducha rápida. Busco qué ponerme y luego me peino.Bajo rápidamente para salir y no encontrarme con Dante, pero mala suerte, ahí está él parado en toda la puerta, así que decido ignorarlo.- Lucas, ¿con quién me puedo ir? - Este mira a Dante sin saber qué hacer y Dante me mira a mí con enojo.- Eres mi esposa, debes venir conmigo - cuando dice eso, pongo los ojos en blanco, camino hacia la camioneta y, sin decir una sola palabra, me monto. Luego, él se monta y el auto arranca.- Te cuesta decir buenos días - dice algo fastidiado.- Buenos días - le respondo seca.- ¿Vas a seguir con esa actitud, Val? - Respira, Val, respira. Pronto acabarás con esto. Lo volteo a mirar y le dedico la mejor sonrisa que tengo.- B
Cuando Dante me presenta como su esposa, la cara de Agustín cambia y se pone algo serio. -No sabía que te habías casado - se queda algo pensativo - pero te felicito. Te casaste con una hermosa mujer - esta vez me mira a mí y siento cómo Dante me aprieta un poco más. -¿Y a qué debo tu visita, Agustín? -Me quedaré un tiempo aquí en Italia, entonces quería estar cerca de ti y de mi madre, ya que casi no los veo -Después de tantos años vienes así, como si nada. ¿Sabes cuánto sufrió mi madre cuando te fuiste? -Veo cómo la respiración de Dante se empieza a acelerar y eso no es nada bueno. -Dante, cálmate, estamos en la empresa y todos nos están viendo -Sí, Dante, hazle caso a tu bella esposa. Mira, Dante, sé que estás enojado conmigo, eso lo entiendo, pero tú no sabes el motivo por el que me fui, entonces no deberías juzgar sin saber -Sí, y no me interesa saberlo ya. Lo importante es que mi madre me perdonó, así que te espero esta noche con Valerie en la casa de mi madre para una ce
Cuando Dante salió, comencé a romper todo lo que había en la habitación, gritando como una loca. - ¡TE ODIO! – Miré la foto de nuestro matrimonio, la tomé y con toda la fuerza que tenía, la estrellé contra la pared. Tiré al suelo las lociones, el maquillaje y toda la ropa, dejando que toda la rabia y el dolor salieran a flote. Pero por más daños que hiciera, no lograba quitar este dolor que sentía. Me enamoré de un hombre que no vale la pena y lo peor de todo es que estoy casada con él. - ¿Por qué me haces esto, Dante?... ¿Por qué? – Me senté en el suelo a llorar como una niña mientras abrazaba su almohada impregnada con su olor. Escuché toques en la puerta, pero no deseaba ver a nadie. - Señora, soy Lucas. ¿Está bien? – dijo Lucas. - Sí, estoy bien – dije con la voz quebrada. - Señora, ábrame, por favor. - ¡CARAJO, ESTOY BIEN, DEJEN DE JODER! – Me sentí mal tratando así a Lucas, ya que él no tiene la culpa de lo que está pasando, pero no quería ver a nadie y tampoco quería que m
Veo que Dante camina de un lugar a otro tocándose el cabello mientras yo me siento en un sillón tratando de controlar la ira que tengo. -¡Mira, Dante! Por el hecho de que esté casada contigo no significa que puedas mandar en las decisiones que tomo en mi vida. -¿Por qué quieres renunciar? ¿Acaso no te gusta trabajar conmigo? -No es eso, Dante. Solo que nuestro matrimonio va en picada y el día que te canses de mí, tampoco me vas a querer tener aquí. Entonces, si eso llegara a pasar, prefiero tener ya un empleo estable.- Veo cómo se le transforma la cara. -¿Piensas que voy a terminar nuestro matrimonio? -Si las cosas siguen así, alguno de los dos terminará pidiendo el divorcio. -¿Serías capaz de hacerlo?-Si llega el punto en el que esto es insostenible, lo haré - Dante pone una cara de dolido pero toma aire y luego me mira. -Está bien, Valerie, haz lo que quieras. De todas formas, nunca me tienes en cuenta para nada. -¡El que nunca me tiene en cuenta eres tú! Lo único que haces
DANTE Estoy en la oficina intentando concentrarme, pero después de todo lo que ha pasado con Val no he podido hacerlo. No entiendo por qué renunció y se fue a trabajar con ese amiguito que ni conozco, aunque bueno, sé que en parte todo lo que está pasando es culpa mía. Pero ella debe entender que Lorena es mi socia y no puedo romper vínculos con ella. -Hola, Dante - Lorena entra con un vestido rojo y un escote bastante revelador. Antes me hubiera parecido la mujer más sexy del mundo, pero ahora mis ojos solo pueden apreciar a mi bella esposa. -Hola, Lorena, pasa - esta se sienta y se cruza las piernas, revelando un poco más. -Dante, necesitamos revisar unos costos para la junta que viene con los socios. -Sí, claro - le pido a Sofía que traiga los documentos que hay que revisar. -Señor, aquí tiene. -Gracias, Sofía, puedes retirarte - Lorena y yo comenzamos a trabajar, pero ella saca el tema de Val. -¿Y cómo va tu matrimonio? -Esas son cosas que a ti no deben importarte, Lorena
Llevo ya dos semanas fuera del hospital, afortunadamente mis heridas sanaron bien y hoy por fin iré a mi trabajo. Me pongo mi ropa y me maquillo un poco. Bajo a desayunar y ahí me encuentro a Dante, que cuando me ve, me mira algo confundido. - ¿A dónde vas? - me siento a su lado y doy un bocado a mi fruta. - A trabajar al hotel. - Aún no estás recuperada. - El doctor ya me dio de alta para retomar mis actividades. - Val, no quiero que trabajes en ese hotel. Vuelve a la oficina - doy un suspiro y lo miro cansada. - No, no pienso volver, es lo mejor. - Está bien, pero mis hombres van contigo. - Ok - desayunamos y luego cada uno toma su rumbo. Al llegar al hotel, Max me recibe con un abrazo. - Me alegra tenerte aquí. - A mí me alegra poder trabajar, gracias por esta oportunidad. - No hay de qué, ven, yo te muestro tu oficina - me muestra una hermosa oficina con una vista maravillosa - ¿Te gusta? - ¡Me encanta! - Bueno, te dejo para que te instales y más tarde te mandaré tu p