Capítulo 4: Un Día Diferente
Hoy es el día. Me despierto con el corazón latiendo con fuerza, una mezcla de ansiedad y emoción recorriendo mi cuerpo. Es mi primera salida con los chicos del pueblo, y no tengo idea de qué ponerme. Mientras me cepillo el cabello frente al espejo, me doy cuenta de que mi ropa habitual no será suficiente. Necesito ayuda, y solo hay una persona en la que puedo pensar: Giulia. Giulia es una de las pocas personas que me ha hecho sentir bienvenida en este nuevo entorno. Con su sonrisa cálida y su actitud despreocupada, se ha convertido en una amiga en quien puedo confiar. Me dirijo a su casa, esperando que tenga alguna idea de cómo transformarme en alguien que no parezca recién salida del bosque. —¡Giulia! —llamo desde la puerta, golpeando suavemente. Ella abre la puerta con una sonrisa amplia, sus ojos brillando con curiosidad. —¡Aurora! ¿Lista para tu gran día? —pregunta, moviéndose hacia un lado para dejarme entrar. Asiento, mordiéndome el labio inferior. —Sí, pero... no sé qué ponerme. Nunca he salido así antes. Giulia me toma de la mano y me lleva a su habitación, donde saca una serie de vestidos y ropa que parecen sacados de un cuento de hadas. Me muestra varias opciones, y finalmente elijo un vestido azul claro que realza mis ojos y contrasta con mi piel pálida y mi cabello oscuro. —Esto es perfecto —dice Giulia, ayudándome a ponérmelo—. Ahora, vamos a arreglarte un poco. Me siento frente a su espejo mientras ella trabaja en mi cabello, peinándolo en ondas suaves que caen sobre mis hombros. Luego, saca una pequeña caja de maquillaje y empieza a aplicar colores suaves en mis ojos y labios. Miro mi reflejo, sorprendida por la transformación. Parezco una persona diferente, alguien que realmente pertenece a este mundo. —Giulia, gracias —susurro, sintiendo un nudo en la garganta. Ella sonríe, orgullosa de su trabajo. —¡No hay de qué! Ahora, estás lista para deslumbrar a todos. Salimos de su casa y nos dirigimos al punto de encuentro. Cuando llegamos, veo a los chicos esperando. Sus miradas se dirigen a mí y puedo ver la sorpresa en sus rostros. Pero es Lorenzo quien capta mi atención. Sus ojos se encuentran con los míos y siento una conexión instantánea. Su mirada, intensa y profunda, me hace sentir nerviosa y emocionada a la vez. —¡Wow, Aurora! Te ves increíble —dice uno de los chicos, rompiendo el silencio. Sonrío tímidamente, agradecida por el cumplido. Giulia se acerca y me pregunta en voz baja: —Aurora, ¿qué es esa marca en tu espalda? Parece un tatuaje, pero no estoy segura. Mi corazón se acelera. La marca en mi espalda siempre ha sido un secreto, algo que Octavio y Berenice me han enseñado a mantener oculto. No puedo arriesgarme a que alguien más la vea. —Es solo un tatuaje —miento, tratando de sonar casual—. Algo que me hice hace mucho tiempo. Giulia asiente, aceptando mi explicación. Rápidamente, me pongo una chaqueta para cubrir la marca, asegurándome de que nadie más la vea. —Vamos, chicos —dice uno de los amigos de Lorenzo—. Tenemos un gran día por delante. Comenzamos a caminar por las calles del pueblo, explorando lugares que nunca antes había visto. Los chicos son amables y me hacen sentir parte del grupo, pero no puedo dejar de pensar en Lorenzo. Cada vez que nuestras miradas se cruzan, siento una extraña sensación en mi pecho, como si hubiera algo más profundo entre nosotros. A lo largo del día, noto cómo Lorenzo me observa, como si intentara descifrar un misterio oculto. Y cada vez que lo miro, siento una extraña certeza: hay algo en él que me necesita, algo que va más allá de la simple amistad. Mi corazón me dice que él es diferente, que hay una conexión entre nosotros que aun no entiendo. El día avanza y, al caer la tarde, nos dirigimos a un mirador que ofrece una vista espectacular del pueblo y los alrededores. Nos sentamos en el césped, riendo y compartiendo historias. Siento que, por primera vez, estoy experimentando lo que es tener amigos, pertenecer a un grupo. Mientras el sol se pone, Lorenzo se sienta a mi lado. Ambos miramos el horizonte en silencio, disfrutando de la paz del momento. —Es hermoso, ¿verdad? —digo, rompiendo el silencio. —Sí, lo es —responde Lorenzo, pero noto que sus ojos no están en el paisaje, sino en mí. Nuestros ojos se encuentran nuevamente, y siento una chispa, una conexión inexplicable. Sé que hay algo especial en él, algo que debo descubrir. Pero por ahora, disfruto del momento, agradecida por esta nueva experiencia y por las personas que han entrado en mi vida. Mientras regresamos al pueblo, Giulia camina a mi lado, sonriendo. —Fue un día increíble, ¿verdad? —pregunta. Asiento, sintiendo una paz que no había conocido antes. —Sí, lo fue. Gracias por todo, Giulia. No podría haberlo hecho sin ti. - ¿de qué hablas? Si esto apenas comienza, recuerda que te invitamos a una disco, así que la pasaremos increíble, sé que nunca has ido a una, y quiero que disfrutes todo al máximo. -Seria increíble, pero no tengo edad para entrar a un lugar de esos. -No te preocupes, estas con Lorenzo, él es prácticamente el dueño de todo este pueblo –explica Giulia con una sonrisa. Nos dirigimos hacia la disco, Lorenzo me mira tan fijamente, que estoy muy nerviosa, él no ha parado de hacerlo en todo el día, y ya estoy empezando a sentirme incomoda, yo no estoy acostumbrada a nada de esto y el solo con su mirada lo hace más difícil. Me acerco a él y decido decirle. -Lorenzo, sé que soy la chica nueva del pueblo, y más del grupo, pero tu mirada es muy penetrante, tanto que me siento intimidada con ella, no quiero que Giulia se sienta celosa o piense mal. -No entiendo el por qué lo haría, Giulia y yo solo somos amigos, además es solo que tú me causas mucha curiosidad, me gustaría que me contaras más cosas de ti, de tu familia. Al escucharlo decir eso no sé qué hacer. Giulia se acerca a nosotros Ella me abraza y, por un momento, siento que estoy donde debo estar. Pero también sé que hay muchas preguntas sin respuesta, muchos secretos por descubrir. Y mientras el sol se pone y la noche se acerca, sé que mi viaje apenas está comenzando.Capítulo 5: La Maldición de LorenzoEl sol apenas empezaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y rosados, cuando Lorenzo Salvatore se sentó en su habitación, recordando los eventos que cambiaron su vida para siempre. Cerró los ojos, dejándose llevar por los recuerdos que, aunque dolorosos, eran parte esencial de su existencia.Todo comenzó hace veinte años, mucho antes de que él naciera. La historia de su maldición tenía sus raíces en un amor traicionado y una venganza oscura. Su madre, Luciana, había sido una mujer hermosa y ambiciosa. Se enamoró de Bruno Salvatore, un hombre de gran poder y riqueza. Pero Bruno no estaba solo; su corazón pertenecía a otra mujer, Morgana, una hechicera de gran poder y belleza.Morgana y Bruno eran inseparables, unidos no solo por el amor, sino también por la magia. Pero Luciana, consumida por los celos, decidió intervenir. Utilizó todas sus artimañas para seducir a Bruno, y finalmente, logró separarlo de Morgana. Bruno,
Capítulo 6POV LorenzoCamino desesperado de un lado a otro, como un animal enjaulado, incapaz de encontrar consuelo. La sola idea de que mi padre esté decidido a encontrar a esa mujer, la única que puede poner fin a todo este maldito sufrimiento, me tiene al borde de la locura. ¿Cómo puedo mantener la calma cuando una chispa de esperanza se ha encendido en la oscuridad en la que vivo?Soy un maldito asesino, un monstruo que se alimenta de la desesperación y el dolor de mujeres inocentes. Cada vez que la maldición se apodera de mí, pierdo la consciencia de lo que hago, y cuando despierto, los recuerdos se desvanecen como una niebla, dejando tras de sí el rastro de una tragedia inevitable. Pero esta vez... esta vez fue diferente. Hubo una mujer, una sola, a la que no pude lastimar, una a la que no quise dañar. Durante un breve momento, mi humanidad luchó por salir a la superficie, incluso mientras estaba transformado en ese ser maldito.Aurora. Su nombre resuena en mi mente como una me
POV NARRADOR…Hace 21 años...En la quietud de la noche, la luna brillaba intensamente sobre Tivoli, Italia, iluminando con su luz plateada los muros antiguos y los oscuros callejones. Morgana, una joven hechicera de gran poder, caminaba con paso firme hacia su destino. Su corazón latía con fuerza, no por temor, sino por la emoción de ver a Bruno, el hombre que había conquistado su alma.Morgana había pasado años ocultando la verdad sobre su naturaleza, manteniendo sus habilidades en secreto para protegerse de la crueldad del mundo. Solo dos personas conocían su verdad: su mejor amiga, Luciana, y Bruno, el hombre al que había confiado sus más profundos secretos. Bruno la había escuchado con atención, aceptando su realidad con una ternura que solo fortaleció su amor por él. Llevaban meses juntos, y cada día que pasaba, Morgana se sentía más segura de que Bruno era el hombre con el que quería pasar el resto de su vida.Pero, en el corazón de su amiga Luciana, se gestaba una traición. Lu
POV AURORAMe siento agotada, frustrada. No he podido memorizar nada de lo que quieren enseñarme. Siento que la hechicería no es lo mío, que no nací para esto. Aunque mi madre sea una poderosa hechicera, yo desearía ser una chica ordinaria, llevar una vida normal, lejos de los peligros y responsabilidades que parecen caer sobre mí sin cesar.—Basta, Ester. No quiero continuar más con esto. Por más que te esfuerces, no puedo. No quiero seguir con esto —digo, dejando caer el libro de hechizos sobre la mesa, como si con ese gesto pudiera liberarme del peso que siento en el pecho.Ester me mira con una mezcla de preocupación y firmeza. Sus ojos, que suelen ser cálidos, ahora reflejan una cierta dureza que no había visto antes.—No digas eso, Aurora. Debes aprender para protegerte del peligro. Cada vez estás más sola, tus padres adoptivos ya se han ido lejos. Lo hicieron para despistar a quienes te buscan. No puedes tirar su sacrificio a la basura —me responde Ester, con un tono que deja e
CAPITULO 9POV AURORAMi conversación con Giulia aún me atormenta. Han pasado varios días y no he podido olvidar lo que hablamos. Siento que había más en su curiosidad, como si ella supiera algo que no quería decirme. Me pregunto qué podría ser.La culpa por haberle mentido a la única persona que me ha tendido la mano desde que nos conocimos, sin esperar nada a cambio, me carcome por dentro. Giulia ha sido como una hermana para mí en estos últimos meses, y sentir que he traicionado su confianza me duele más de lo que esperaba.En estos días tampoco he podido volver a ver a mi padre en mis sueños, como antes solía ocurrir. Ahora, más que nunca, necesito hablar con él. Hay tantas preguntas que quiero hacerle, tantas dudas que me atormentan y que no me atrevo a compartir con Ester. Aunque sé que ella es buena y que realmente quiere lo mejor para mí, no confío en ella completamente, especialmente cuando se trata de asuntos tan personales.De los chicos, no he vuelto a saber nada. Lo últim
POV AURORANo sé qué pasó, por qué se acercó de esa manera a mí, pero sentí mi pecho estallar. Mi corazón latía tan fuerte que parecía detenerse al mismo tiempo.Estos sentimientos, estas sensaciones, son nuevas para mí. Nunca había experimentado algo así. No entiendo por qué mi corazón reacciona de esta manera solo con Lorenzo. Cuando estoy cerca de los otros chicos, me siento normal. Esto es algo que mi cerebro no logra comprender.Llego a casa más confundida de lo que estaba antes. Mi vida está patas arriba, mi cabeza da vueltas, y siento mi cuerpo arder. Me recuesto en la cama a descansar. Cierro los ojos durante más de media hora y, a lo lejos, escucho a Ester llamarme, gritando mi nombre. Pero es como si estuviera en un trance, como si no pudiera abrir los ojos y despertar.Camino por un sendero hermoso, lleno de flores. Estoy deleitada con el lugar. Escucho la voz de mi padre, lo busco, pero no lo encuentro. Sigo el camino hasta el final, con la esperanza de verlo, de hallarlo.
CAPÍTULO 11POV LORENZOLas noches se han vuelto insoportables. Cada vez que cierro los ojos, aparece ella: una mujer de cabellos oscuros y ojos penetrantes que me observa con una sonrisa fría y calculadora. No sé quién es, pero siento que su mera presencia en mis sueños saca lo peor de mí. Hay algo en su voz, en la forma en que pronuncia mi nombre, que despierta en mí una rabia incontrolable, una necesidad de destruir todo a mi alrededor.Desde que estos sueños comenzaron, la maldición se ha alterado. Me estoy convirtiendo en ese demonio con más frecuencia. Antes solo ocurría pocas veces, pero ahora sucede tres veces por semana, a veces incluso más. Es como si una fuerza oscura dentro de mí respondiera a su llamado, como si ella estuviera aquí para asegurarse de que la oscuridad en mi interior se libere completamente.Anoche fue uno de esos episodios. Me desperté en el bosque, con mis manos cubiertas de tierra hojas y sangre, sangre de alguna chica inocente de la cual me sentiré culp
Capítulo 1: La Noche del EncuentroLa noche había caído sobre Tivoli, Italia, como un manto de terciopelo negro, salpicado de estrellas que apenas podían ser vistas a través de las nubes que avanzaban lentamente. Un viento frío recorría las calles desiertas, susurrando secretos antiguos y llenando el aire de una inquietud palpable. Las lámparas de gas parpadeaban débilmente, arrojando sombras danzantes en los adoquines desgastados.Aurora corría desesperada por las calles del pueblo. El sonido de sus pasos resonaba en la quietud de la noche, cada latido de su corazón se sincronizaba con su alocada carrera. Sentía que alguien la perseguía, que estaba en peligro. El miedo la impulsaba a seguir adelante, aunque sus fuerzas comenzaban a flaquear.Vi esos ojos resplandecer, ese color amarillo en ese ser no es normal. No pude ver su figura claramente, pero la sombra era de un hombre. La oscuridad de la noche no me ayuda, las calles están desiertas. Pensé que este sería el mejor día de mi vi