Despierto y estoy en una cama, enseguida miro a todos con gesto asustadizo. Confundida me incorporo mirándolos con recelo, entonces voy mirando a cada uno, la enfermera, los escoltas y él. Julián. Muestran cara de alivio y la enfermera revisa mis pulsaciones y mi presión. Miro mis manos y cierro mis ojos con fuerza. Lo último que quería era que lo hicieran venir a él. —Veo que te gusta llamar la atención Laura. ¿Qué hacías husmeando por los alrededores y de noche? ¿ En verdad creíste que te traje de vacaciones a este lugar? Tu maldito deber es cuidar tu embarazo, el doctor Philip dijo que no podías salir de cama un tiempo más. —Lo siento Julián. Yo quería ver el lugar, pero algo extraño me pasó. Tengo miedo, no quiero quedarme en este lugar, creo que he visto un fantasma— digo nerviosa. Él empuja una silla cerca de mi y se sienta, mirándome serio y de brazos cruzados, me dice que hable. —¿ Qué es lo que tanto te asusta ? Dímelo… ¿Qué esperas?— dice ante mi silencio. Entonces se ríe
Salgo con determinación a exigir que se respete mi posición de esposa, entonces me encuentro con un recibidor vacío. Enojada y decepcionada voy enseguida a su habitación imaginando que irían a terminar su escena allí. Pero antes de llegar a la habitación oigo los ruidos de las hélices del helicóptero. Me asomo por la ventana rápidamente. Entonces miro a Julián caminando hasta la plataforma de abordaje acompañado de dos de sus hombres. Respiro hondo sintiendo tanta impotencia. Entonces salgo de la casa y camino con prontitud evadiendo a los vigilantes y gritando: —¡ Julián! — Lo miro detenerse y apresuro el paso aunque el frío parecieran dagas cortando mi piel. Ni siquiera pensé en colocarme un abrigo pues estoy muy agitada . Subo por la escalinata de piedra y llego hasta él. El helicóptero produce un viento fuerte. Él camina hasta mí con gesto furioso. —¡ Estás loca, Laura! Pudiste resbalar viniendo hasta acá. Vuelve a la cabaña de inmediato — Lo miro con ojos acusadores. —No finja
Me sentí un poco mal luego de la cena y Melany me mide la presión y me da algo de beber para relajar los nervios. Mi presión está bien, lo que tengo es una gran decepción y frustración. Ella me aconseja tratar de dormir. Ojalá fuera tan fácil. Comienzo a pensar en el modo de librarme de Julián y escapar de él. Me tiene muy vigilada. He podido notar que hay muchos hombres apostados en la entrada y en otros puntos de la cabaña. Pienso también en porque el quería hablar con esa mujer. Que cosa tendría que decirle. Ni siquiera quiso escucharme. Empiezo a llorar enojada. Al otro día me levanto más tranquila. Debo ser fuerte y darme a respetar. Así que no les demostraré a ninguna de las dos que me han hecho sentir mal. Después de arreglarme bajo a desayunar. Saludo a todos con una espléndida sonrisa. Una que ensayé un poco. La idea es no darles el gusto de verme afectada por sus malas intenciones. Mientras espero mi desayuno mis tripas suenan con fuerza. Estoy muy hambrienta. Entonces mir
Permanezco en la habitación el resto de la tarde. Mientras guardaba mi ropa limpia fantaseaba con la posibilidad de que esta noche cenaramos Julián y yo solamente. A la luz de las velas en un ambiente bonito y relajado. Sonrío con mis imaginaciones. Pero solo son eso, imaginaciones. Hace dos meses que estoy sin verlo. Aunque él no quiera, hablaré con él. Quiero que me permita ver a papá. No he sabido nada de él ni de mis hermanos en mucho tiempo. Miro mi reloj de pulsera y de inmediato voy a darme un baño. Son casi las seis de la tarde. Me doy un baño tibio y luego salgo envuelta en una toalla. Busco entre toda la ropa algo apropiado para esta noche. No consigo nada con lo que pueda sentirme bonita. Entonces termino poniéndome un enterizo color blanco, un suéter color miel y unas zapatillas de leopardo. Fue lo más bonito que encontré. Peino mi cabello y lo dejo suelto y me maquillo un poco. Cositas que tuve que pedir por teléfono y que me las han ido trayendo en cada antojo. Al men
Narrador. — Hasta ahora aún no descubro en dónde está, Julián es bastante cuidadoso y no es posible seguirlo. Pero, si van a la corte una vez más podrían convencer al juez de que se realice el juicio. Tenemos pruebas suficientes, la policía no encontró falla en los frenos ni nada de lo que según Julián, su esposa alega haber recordado— dice Lucrecia una vez más, insistiendo en llevar a Laura a la cárcel.—El juez Jackson nos ha citado para esta tarde , sabes Lucrecia, creo que nos dará una buena noticia y por fin se hará un juicio condenatorio en contra de esa criminal. Ni Julián ni nadie podrá liberarla esta vez de pagar su crimen— dice Beth, la madre de Britney , mientras Germán habla al teléfono. —Vaya, es la mejor de las noticias Beth. ¿Por qué no me habían contado antes?— dice Lucrecia con evidente felicidad. Un brillo se instala en su mirada. —Queriamos darte la sorpresa, sabemos cuánto querías a mi hija y que te haría feliz saber que muy pronto se hará justicia — dice Ger
Julián. —Franck, mejor vuelve a tu casa, no tengo tiempo para perderlo contigo— digo y él se abalanza sobre mí. Mis escoltas se mantienen al margen por mi orden de hacerlo. —Me llamó hoy, Laura me llamó hoy, estaba triste. Te vas a arrepentir Graham de todo lo que estás haciendo. Ella es inocente de todo lo que la acusan— dice sosteniendo el cuello de mi camisa. Tomo sus muñecas con brusquedad y quito sus manos de encima. —No me vuelvas a tocar. ¿Inocente dices?— río con ironía mientras acomodo el cuello de mi camisa. —Los informes no dicen eso. Los informes más bien dicen que…—¡ Me importa un bledo lo que digan los informes, yo le creo a Laura! ¡Y tú deberías hacer lo mismo!— dice. Entonces se muestra muy afectado. De pronto se cuelga de mi brazo cambiando su actitud. —Por favor Graham, hazlo por esos bebés, mis nietos, tus hijos. Ten compasión de ella y déjala ir. Estará mejor conmigo , soy lo único que tiene—Me súplica. Mis escoltas intentan apartarlo de mi. Les hago señas pa
Laura. — Ya basta, no deseo ir a ningún lado, ¿Que sucede?— Le pregunto deteniendome a mitad del camino. —Vamos, hay una plaza cerca, podremos sentarnos y hablar más tranquilos Laura —dice. Hago una negación y me devuelvo. No deseo estar mucho tiempo junto a él. Su cercanía me lastima. Tenerlo cerca y no recibir de él más que desprecio y no poderlo abrazar como muchas veces soñé es un martirio para mí. — Vamos, no seas terca—dice siguiéndome. —No quiero estar junto a ti Julián me hace daño solo verte— digo mirándolo con tristeza. —¿ Crees que para mí en divertido? Sino fuera tan importante creeme que te ahorraría el disgusto— respiro hondo y decido continuar para ver qué otra cosa tiene que decirme. Llegamos y como él me indica me siento en una de las banquetas y lo miro absorta.—¿Por qué Laura? Cuando amanecimos en aquel hotel aquella primera vez parecías tan buena, inocente. Tenía problemas con Britney y creía que estar contigo sería un nuevo comienzo. Parecias la ideal.— Pe
Mientras todos están consternados preguntándose que ha sucedido y Julián pone a todos a correr de aquí para allá tratando de detenerme y frustrar mi huida, yo estoy a bordo del auto de Michael a cientos de kilómetros. Mi respiración está muy agitada al igual que la de Michael. Puedo ver las gotas de sudor resbalando por su frente a través del retrovisor. Los latidos de mi corazón se aceleran al compás de las ruedas del auto mientras nos alejamos rápidamente del lugar. Respiro con fuerza buscando aliento debido a la adrenalina del escape. Aún no lo puedo creer. No sé cómo debo sentirme y el arrepentimiento comienza a invadir mi pecho. Tal vez será peor ahora. Veo como Michael me mira un instante. —¿ Estás bien?—pregunta con voz preocupada mientras la velocidad del auto me hace tomarme con precaución del asiento. Asiento sintiendo un nudo en la garganta. —Gracias por salvarme, Michael. No sé cómo agradecerte—susurro sintiendo una mezcla de miedo y alivio. Él continúa conduciendo