—Pido que llame usted al estrado a un último testigo —dice finalmente Julián. El juez mira su reloj y luego accede. Un hombre de unos cincuenta años entra a dar una declaración. Mi corazón brinca y siento mareos. Estoy fría como hielo. Seguramente me va a condenar con su declaración. Julián nunca me creyó. ¿Por qué habría de hacerlo ahora?. Miro a la abuela Leonor aterrada, y de pronto miro entrar a papá. Mis lágrimas ruedan al verlo. Quiero ir y abrazarlo. Sentirme protegida en sus brazos. Papá me mira y puedo ver como un nudo se forma en su garganta. Entonces oímos su declaración. —Una mujer fue a verme a mi casa, tengo familia señor juez y ella lo sabía, yo sabía que ella sería capaz de todo para callarme— Enseguida supongo que habla de mi y la desesperación me invade. —Es mentira, nunca hice tal cosa, no lo conozco — susurro llorosa. Mi abogado me pide que no me alarme. Que no sabemos que es lo que dirá. —Yo lo ví todo señor juez, en las cámaras de grabación, Vi a una mujer po
Después del juicio a Lucrecia, se le encontró culpable y fue sentenciada a cadena perpetua al ser hallada culpable de todos los cargos. Por fin mi nombre fue limpiando , tanto los diarios, como la radio y la televisión hablaban del caso y quedó claro ante todos que tanto Britney como yo fuimos víctimas de una trepadora sin sentimientos. Ella convenció a Britney de que Julián y yo íbamos en ese auto que escapariamos de la ciudad huyendo de ella y que lo mejor era vengarse. Todo lo manejó con una frialdad horrible. No tuvo corazón para acabar con la vida de su supuestamente mejor amiga, ella la puso en esa situación así que la muerte de Britney se le atribuye. Estoy sentada frente a la chimenea, mis escoltas tienen orden explícita de no dejar entrar a Julián. Han pasado varios meses y no he vuelto a verlo. Pero él insiste en que le permita la oportunidad de hablar. —Señora, es del señor Julián —Me dice la mucama. Mi corazón se agita como cada vez que oígi su nombre. Es una carta. —
—Oh, señora, Pero ¿ Cómo? ¿ Ya nacieron los bebés?— dicen mientras camino con cuidado hasta mí habitación. —Laura ¿ Por qué no dijiste nada?— Papá se acerca. Oigo voces detrás de él es Leonor. Respiro hondo. Ella corre hasta mi y me abraza. —Oh, por Dios cariño. ¿ Por qué no me dijiste? Pude ir y estar contigo y…—No quería que Julián lo supiera abuela. Por eso no dije nada, a nadie — digo. Ella me mira comprensiva. —Mi nieto está muy arrepentido Laura, no le niegues por favor la oportunidad de verlos y estar con ellos. Está muy pendiente, cree que aun faltan dos semanas. —Vamos Laura, debes descansar— Me dice Michael. La miro cariñosa, pero no respondo. Michael me acompaña hasta el ascensor y subimos al segundo piso. Él me hace acostarme y deja a los bebés en las cunas . La abuela y papá entran poco después y se muestran muy entusiasmados. La abuela no para de verlos y papá se acerca a mi. Hablamos en susurros , él entiende que hubiera preferido tener a mis hijos en secreto. Lo
Meses después. La vida en Europa ha sido una experiencia completamente distinta a todo lo que conocía. Cada día me despierto maravillada por la belleza de los paisajes que me rodean y la riqueza cultural que impregna cada rincón de este continente.El clima, aunque variable, me ha sorprendido con sus encantos. Los veranos cálidos y luminosos contrastan con los inviernos nevados y mágicos. Cada estación trae consigo una nueva paleta de colores y sensaciones que me cautivan y me hacen apreciar la diversidad de la naturaleza. Amo el arte en todas sus expresiones y venir aquí me dió la fuerte motivación de dedicarme más a una carrera que tenía olvidada, reservada para algún tiempo futuro. Los estudios de las artes. Así que sentada frente a mi computador reacciono con una honda emoción cuando veo que a mi correo llegó una oportunidad de trabajo espléndida. Miro a Dayanna que juega en la alfombra con los niños, Jayden y Jordan. Están muy grandes. Empiezan a gatear y ella reacciona divertida
Enseguida subo las escaleras con los bebés en brazos. Dayanna me sigue de cerca, me siento muy confundida ante el timbre del teléfono que no para de sonar no sé por qué rayos me busca fuí lo suficientemente clara con él. —No pretenderás contestarle, Laura, ¿ o sí? recuerda todo lo que te hizo vivir. Por favor, no retrocedas ahora, mira todo lo que has logrado—dice detrás de mí Dayanna. Me detengo y la miro con gesto inquieto. Ella respira hondo, toma los niños, los lleva a su habitación y me deja sola con el teléfono en mi mano. Camino perpleja a mi habitación enseguida, mi corazón parece querer salirse de mi pecho. Mis manos tiemblan con fuerza y miles de recuerdos desagradables me invaden, pero por alguna fuerza superior, esta vez atiendo la llamada.«No entiendo para que me llamas ¿no puedes entender que no deseo hablar contigo?» digo fingiendo indiferencia cuando la realidad es que al escuchar su respiración mi coraza se desmorona.«Laura, por favor, por favor , te ruego q
Tomo el paraguas con gesto agradecido y aún sorprendida por la coincidencia de encontrarme aquí con este hombre. Como si este continente fuera demasiado pequeño. — Gracias, es muy amable de su parte, soy Laura. —Claro. Soy German, estabas ese día mostrando tu prueba por el puesto de perita en obras de arte antiguas. Puedo observar que eres buena— Creo ruborizar ante su halago como tonta quinceañera. — Si, me parece haberlo visto también a usted en ese lugar— sonríe cortés y se va. Según tiene algo que atender. Sigo leyendo a los niños y pronto ambos se duermen. Miro con disimulo a unas mesas más allá y puedo observar a ese hombre acompañado de una mujer con aspecto encumbrado. ¿Estará en una entrevista o algo asi? Tal vez busca empleo. Espero también pueda conseguir algo. Me distraigo leyendo para mí un poco y entonces me doy cuenta de que la lluvia ha cesado. Aprovecho de ir y tomar un taxi. Aunque no estoy lejos, si llueve de nuevo mis bebés corren riesgo de mojarse y enfermar.
El día siguiente aproveché de pasarlo con mis niños. Estaba ansiosa y muy emocionada por ir a esa subasta tan importante dónde tendría la oportunidad de destacar aún más mis conocimientos sobre el tema. Me encanta, me apasiona describir cada detalle de una obra de arte como lo que es, maravillosa obra digna de destacar y de elogiar. Al llegar la noche estoy lista esperando a que mi jefe pase por mí cómo dijo qué haria. Decidí darle el día libre a Marie ya que Dayanna estara en casa durante las noche. Ella insistió en quedarse con los bebés. De pronto el timbre suena, me levanto enseguida para abrir y ahí está él. el señor Germán muy elegante y con esa mirada de arrojo y de éxito brillando en sus pupilas. Me mira sin disimulo como barriendo mi silueta. Entonces muestra una sonrisa de satisfacción. Me he colocado un vestido ceñido al cuerpo en color azul cielo con escote en v y unos zapatos elegantes a juego con mi cartera. Dayanna me ayudó con el peinado y el maquillaje, al
Estamos a punto de detenernos y así enfrentar su atrevimiento, pero una patrulla de la policía hace su trabajo. Detiene su auto que nos seguía a alta velocidad. Respiro hondo y mi jefe me mira. Entonces aprovecha de perderlo de vista. —¿Eso que fue Laura? Te vas sin avisar y ni siquiera tienes la cortesía de despedirte de los clientes, entonces te veo en medio de la calle discutiendo con un hombre. ¿Sabes cómo deja eso a mi empresa? — reclama mi jefe cuando nos bajamos del auto mientras su chófer aguarda al volante. Bajo la mirada muy avergonzada. Entonces respiro hondo. Cuando miro su mano veo en su dedo una argolla. Está casado. Pienso y elevo mi mirada a sus ojos. — Le suplico señor Morris que me perdone. Le aseguro que esto no volverá a suceder. —Eso espero Laura, no seré demasiado condencendiente la próxima vez— asiento muy afectada. No esperé encontrarme con mi ex esposo en este lugar tan lejano. Creí que aquí jamás me encontraría. Él sonríe luego un poco más relajado. —Ve y