Canadá. Laura. —¿Qué está sucediendo papá? ¿Por qué el personal está alborotado? ¿Cómo es eso de que nos acusan de robo?— pregunto entrando a su oficina donde conversaba con sus abogados. —Es una vil mentira Laura. ¿Cómo demonios tú que eres mi hija vas a creer una cosa así?— Lo miro con gesto inquieto y siento como todo mi ser tiembla. Acabo de llegar a la empresa y miro a todos los empleados alborotados y murmurando. Doy vueltas pensativa mientras los abogados siguen revisando algunos documentos. La gente afuera está dividida, hay algunos empleados que meterian sus manos al fuego por nosotros pero otros se han unido al cobarde de Gerard acusándonos de fraudulentos. —Tenemos que probar que estos balances son falsos señor. Pero por ahora son suficientes para enviarlo a prisión— dice nuestro abogado con sinceridad. Lo miro con semblante aterrado. —¿Que estás diciendo Simons? Mi padre no es ningún criminal. Nunca en su vida ha robado a nadie. No pienso permitir que le hagan esto—
Antes de entrar al apartamento respiro hondo. Intento relajarme para que Evans no me mire tan afectada. Me miro al espejo y retoco mi polvo compacto. Especialmente en las ojeras. Se nota que estuve llorando. Pero poco después me siento preparada, y entro. Evans me dió unas copias y yo accedí a usarlas pues a veces está tan débil que sencillamente no puede levantarse. Entro con cuidado y lo oigo toser. Toco la puerta de su recamara y después de un silencio me hace pasar. Lo miro acostado. Camino hasta él y sonrío. —¿Cómo estás?— pregunto sentándome a su lado. — Estoy mejor. ¿Y tú?— pregunta y vuelve a toser. —¿Bien?. No pareces bien, toses mucho— Lo cubro un poco con la sábana y acomodo su almohada. —Solo son los medicamentos, resecan mi garganta, nada más , no te preocupes — dice y sonrío aliviada. —Bueno entonces yo estoy bien, tampoco tienes que preocuparte por mi— digo. — No me mientas. ¿Cómo está Peter? ¿Por fin pudo salir en libertad? ¿Necesitas que haga algo?— sonrío trist
Cuando llegué a casa, pude sentir la tensión en el ambiente incluso antes de entrar. Al abrir la puerta, vi a Andrés y a mi padre, sentados en la sala, discutiendo acaloradamente del tema. Me acerqué a ellos y los saludé con preocupación. —¿Qué está pasando? ¿Hay algún problema?— pensaba que discutían entre ellos. Andrés me miró con frustración. —Laura, nos acusan de robo y fraude en la empresa. Todo parece ser una trampa de Gerard para sacarnos dinero— miro los documentos todos regados sobre la mesa de cristal. Suspiro con evidente inquietud. Asentí con la cabeza ante la afirmación de Andrés, sabiendo muy bien de lo que hablaban. Ese hombre me había amenazado hace unas horas, cosa que aún no les cuento para no empeorar la situación.—¿Han pensado en cómo podemos probar nuestra inocencia?—pregunté, sentándome junto a ellos. Mi padre suspiró. —Hemos estado tratando de encontrar una solución, pero todo parece tan complicado. Gerard ha logrado enredar todo de una manera muy astuta—F
Me coloqué algo apropiado y dudé un poco en si debía ir. Me avergüenza tener que admitir frente a Julián que estamos en un problema tan grave y asumir que nuestra reputación es un asco. Se que mi padre es un hombre honrado, pero durante mucho tiempo el nombre de nuestras empresas y nuestro apellido estuvo envuelto en escándalos gracias a las acciones corruptas de Luciano. Así que ¿Por qué habría Julián de creernos inocentes?me juzgará. Lo sé. No quería envolverlo en mis asuntos familiares, Pero debí suponer que Leonor no dudaría en contarle todo. Doy vueltas por la habitación pensando en todas estas cosas hasta que por fin abro la puerta. Debo encararlo de una vez. Al bajar la escalera lo veo de pie, parece mirar por la ventana a través de la cortina. Lo observo un instante aprovechando que no se percata de mi presencia. Un remolino de emociones encontradas se apodera de mí. Muerdo mi labio pensando en muchas cosas que pasaron entre nosotros. Afortunadamente puedo sentir que ese dolo
Julián.La vi allí, con las lágrimas rodando por sus mejillas, y mi corazón se partió en pedazos. Saber que había perdido a Laura para siempre era la peor tortura que podía imaginar. Aunque entiendo que es el resultado de mi odio y mis acciones hacia ella. Aún así , pese a su rechazo que me hace sentir un desgraciado, al mismo tiempo, verla tan vulnerable me hace querer protegerla, consolarla, incluso si ya no será mía.—Lloro por ti, Julián, y por mí. Por todo lo que pudimos haber tenido y que ahora ya no puede ser —confesó entre sollozos.Cada una de sus palabras son como un puñal clavándose en mi pecho. Quise abrazarla, decirle que aún había esperanza, que podíamos volver a intentarlo. Pero sabía que eso sería en vano.Lentamente, levanté mi mano y acaricié su mejilla, secando suavemente sus lágrimas. —Lo sé, Laura. Sé que lo has elegido a él y que yo he perdido mi oportunidad. —Exhalé con tristeza—. Pero eso no cambia el hecho de que te amo. Y si aún puedo estar a tu lado, apoy
Días después. Unos días después, recibí una llamada de Laura pidiéndome que nos reuniéramos para discutir los avances de mi investigación. « Nuestros abogados parecen tener buenas noticias, me gustaría saber que tienes tu, estoy muy esperanzada» dice. Me alegro solo de saber que la veré. Así que la cito en una cafetería y me esmero por llegar puntual a la hora acordada. Tal vez podamos hablar un poco , aunque solo sea para recordarme que no tengo ni una pizca de esperanza con ella. No importa, solo de verla, oír su voz y saber que de algún modo le doy esperanzas en cuanto a la investigación me alegra y me conforta. « Ok, nos vemos a esa hora, hasta la tarde»digo y cuelgo. Mientras conduzco me sorprendo alucinando con posibles reconciliaciones. Pudo haberme preguntado por teléfono , creo que quería verme tanto como yo a ella. Entonces mi corazón se apretó y empecé a sudar con un calor que me envolvió pues cuando llegué a la cafetería donde habíamos acordado encontrarnos, la vi sen
otro día abrí los ojos y recordé mi encuentro con Julián en la cafetería. Me sentí mal por él al haber llevado a Evans pues se notó a leguas que fue un momento muy incómodo. Al decir verdad para los tres. Pero Evans me pidió que lo acompañara a hacer sus terapias y se ofreció a ir conmigo para luego irnos directo a la clínica. Al principio fue un poco raro y estuve a punto de negarme pero ahora que estamos juntos quiero ser lo más transparente posible con él y finalmente accedí. Pero las palabras de Julián pesaron sobre mi corazón pues pude ver qué muy ciertamente estaba bastante afectado. Suspiro distraída con mis pensamientos y finalmente me levanto. Voy al baño y tras cepillar mis dientes me doy una ducha fría. Ayer Evans me pidió que nos casemos en un mes. Me invitó a cenar y me sorprendió con un anillo. Algunos curiosos tomaron fotos y creemos que no hubieron reporteros. Desde el juicio y mi divorcio no dejan de sorprenderme de vez en cuando y hacerme preguntas incómodas. Es muy
Finalmente llega el día de la boda. Estoy tan nerviosa. Dayanna se decidió ahora sí a venir y me ayuda a vestirme. Finalmente observo mi figura vestida de blanco frente al espejo. Sonrío fingido mientras mi corazón está muy acelerado y las ganas de llorar amenazan con arruinar el maquillaje. —Luces muy hermosa. Pero no luces feliz. ¿ Estás segura de querer hacer esto, Laura?—pregunta y entonces lo que temía pasa. Rompo en llanto. Ella corre a buscar toallitas de papel y seca mis lágrimas. —Lo sabía, no es lo que quieres. No seas tonta, no tienes que hacer esto. Estoy segura de que Evans lo va a entender. — No digas esas cosas Dayanna. Claro que deseo hacerlo. Evans ha sido un hombre maravilloso, me ama y a los niños. Lloro porque todas estoy muy sensible, por todo lo que me ha pasado últimamente Pero no voy a plantar a Evans. No podría vivir con eso— digo. Ella suspira y asiente. …Papá me entrega en el altar a mi prometido. Entonces él me mira con ojos apasionados. Está tan co