POV OliviaAbro mis ojos lentamente y me doy cuenta de que estoy en un hospital. Cuando intento levantarme, un mareo repentino me obliga a recostarme de nuevo. La puerta se abre y aparece Greg, quien corre hacia mí y me abraza.- Dios, Olivia, qué bueno que despertaste. Nos asustaste.- ¿Qué me pasó?- Tuviste una anemia aguda, pero con la transfusión de sangre estás mejorando. Hoy tienes más color al menos.- ¿Mi madre donó sangre? - Su expresión cambia.- No, Olivia, tu madre no quiso venir. - Siento como si una daga se clava en mi corazón. Debería estar acostumbrada, pero aún me duele.- Ya me lo esperaba. Entonces, ¿quién donó la sangre?- Federico. - Mi corazón comienza a latir con fuerza de emoción. Federico me salvó la vida.- ¿Dónde está?- Ya viene, se estaba dando una ducha. No se ha movido de aquí, al igual que yo.- Gracias, en serio. - Tomo su mano y la aprieto.- Sabes que haría cualquier cosa por ti.- Lo sé. - La puerta se abre de nuevo, revelando a un Federico recién b
Entramos al apartamento de Federico mientras nos besamos con desesperación. Con manos temblorosas, retiro su saco y luego comienzo a desabotonar su camisa. Él sube mi camisa y me la quita, dejando a la vista mis pechos que ya no tienen sostén.- Eres preciosa - posa sus manos en mis senos y comienza a hacer masajes y ejercer presión, haciendo que suelte leves gemidos de placer. Acaricio su torso con mis manos y lentamente comienzo a bajarlas hasta llegar a su bulto y acariciarlo por encima del pantalón. Federico suelta unos gruñidos mientras toma mi trasero y lo aprieta con fuerza.- Te deseo, Olivia, no sabes cuánto - quita mi pantalón dejándome solo en bragas y él hace lo mismo con los suyos. Al verlo casi desnudo, me excito más, así que lo tumbé en la cama y me subí encima de él, comenzando a moverme sobre su miembro, que está bastante duro. Federico mete las manos dentro de mi tanga de encaje y comienza a apretarme el trasero, ayudándome a ir más rápido.- Por favor, Olivia, ya qui
Despierto con un terrible dolor en todo mi cuerpo. Cuando me fijo bien, me doy cuenta de que estoy en la habitación de Federico.- ¿Qué hago aquí? - Intento pararme, pero un dolor en mi espalda me hace soltar un gemido de dolor. - Dios, ¿qué me...? - En ese momento, llega a mi mente la imagen de Greg y Federico peleando, y luego una silla impactando en mi cuerpo.- Ya sé por qué me duele el cuerpo. - Escucho unos gritos y reconozco de inmediato esas voces: son Greg y Fede.- ¡Aléjate de ella!- Solo si ella me lo pide. Deja de comportarte como un padre celoso. - Greg piensa que esos celos son porque Fede es un padre sobreprotector.- ¿Crees que lo hago por ser un padre celoso? Pues déjame decirte que lo último que quiero ser de Olivia es un padre.- ¿De qué hablas, Federico? Tú estás con su madre.- Estaba. Rompí el compromiso porque estoy locamente enamorado de Olivia, y sé que ella siente lo mismo. - ¡Oh por Dios, se lo dijo! ¿Cómo pudo decirle eso a Greg?- ¡Mientes! Ella me ama a m
Estoy sentada en mi escritorio algo molesta por lo que dijo Luciana, pero lo que no logro entender es cómo Federico le regaló acciones sabiendo que ya no tenían compromiso. ¿Qué pasa por la cabeza de ese hombre?—A la m****a, este me va a explicar qué fue lo que pasó —me levanto de mi silla y me dirijo a la oficina de Federico. Toco la puerta y escucho un "adelante".—Hola —cuando él alza la mirada, me dedica una sonrisa.—Sabe que hoy te ves preciosa —no te sonrojes, Olivia.—Gracias. Vine porque debo preguntarte algo.—Soy todo oídos —me siento en la silla y me cruzo de piernas, logrando que él baje la mirada a mis piernas.—Te escucho.—¿Por qué le diste acciones a Luciana? No se supone que ustedes ya no están juntos.—Olivia, esas acciones se las regalé hace unas semanas. No sé por qué lo hice, pero el daño ya está hecho.—Eres un idiota, ¿sabías eso? Ahora Luciana va a estar encima de nosotros todo el tiempo.—Lo sé, pero no puedo hacer nada. Le ofrecí comprar las acciones, pero e
Federico conduce sin rumbo mientras aprieta el volante con fuerza. Sé que está enojado, pero me importa una m****a. Yo también merezco divertirme. Además, él estaba bastante contento y acompañado, así que no tiene por qué reclamarme. Veo que llegamos a su casa y él rodea el carro, abriendo mi puerta.- Baja - ordena.- Quiero irme a mi casa - él toma una profunda respiración.- Te lo diré solo una vez, Olivia. ¡Baja ahora mismo! - Bueno, sí que está enojado.- Está bien, pero no me grites - me bajo del auto y caminamos hacia su casa, pero empiezo a pensar qué debo hacer para que no me grite como loco.- Ahora sí vamos a hablar, señorita - me volteo y, sabiendo qué hacer, me quito el saco dejando a la vista el sexy conjunto. Veo cómo su mirada recorre todo mi cuerpo y, con un rápido movimiento, me acorrala contra la pared.- ¿Me quieres volver loco, Olivia? ¿Sabes lo que sentí cuando te vi ahí arriba?- ¿Qué sentiste, Federico?- Me sentí excitado y a la vez enojado porque todos esos ho
Estoy instalada en el apartamento con la ayuda de Fede.- Sabes, el lugar es lindo pero algo pequeño para mi gusto.- Lo importante es que me guste a mí, tonto.- No te pongas enojón - toma mi cintura y me atrae hacia su cuerpo -, ¿qué te parece si estrenamos este apartamento? - veo cómo me mira con cara de lujuria y cuando me besa caigo completamente en sus encantos.- Vamos, linda, levántate, demos una vuelta.- No me quiero parar, me dejaste cansada - él se ríe y me levanta.- Vamos, linda, date una ducha y salimos - entro de mala gana a la ducha y luego me pongo algo más relajado.- Sabías que estás preciosa - besa mis labios y me sonríe.- Gracias, hermoso - nos montamos en su auto y él maneja hasta un parque muy colorido y lleno de gente.- Me gusta este lugar - escuchamos cómo unas personas están tocando jazz y otras están bailando.- Vamos a bailar, Fede - él me mira como si estuviera loca.- ¿Aquí?- Sí, Fede, mira que todos bailan - arrastro a Fede y él me ve algo desconfiado
Veo a Federico y este está hecho una furia. Este sale disparado a la puerta, pero yo corro y lo detengo.\- Por favor, no cometas una locura.\- ¡Le partiré la cara a ese imbécil! - Greg sigue gritando y pateando la puerta, haciendo que la rabia de Federico crezca, así que este abre la puerta dejando ver a un Greg colérico. Pero este no espera a que Federico diga algo, simplemente le estampa un puñetazo en la cara, haciendo que caiga al suelo.\- Por Dios - digo horrorizada.\- ¡Te dije que te partiría la cara! - Ayudo a Fede a levantarse y Greg me mira con ganas de asesinarme.\- Greg, vete, no causes problemas.\- ¡Tú, cállate! ¿Te divertiste siendo una perra? - ¡Joder, eso sí que dolió!\- ¡No le hables así! - Federico lo estampa contra la pared y le da un puño en la cara.\- ¡De tantas mujeres que hay, justo te tenías que fijar en ella!\- Primero fui yo antes que tú. Ella es mía y siempre lo fue - Greg se suelta y aprovecha ese momento para tirarse encima de Federico.\- ¡Basta ya
Despierto con un tremendo dolor de cabeza, pero al abrir mis ojos me doy cuenta de que estoy en un cuarto oscuro.\- ¿Dónde estoy? - Estoy asustada, no, yo diría horrorizada. Lo último que recuerdo es a Luciana con un hombre. La puerta se abre dejando ver a un hombre calvo y muy alto.\- Párate, el jefe quiere verte.\- ¿Dónde estoy? - Este se voltea y me sonríe.\- Pronto lo sabrás, ahora párate. - Me levanto y él agarra mi brazo con fuerza mientras soy arrastrada por unos pasillos hasta llegar a una oficina.\- Aquí la tiene, jefe. - Cuando la silla se gira, veo a un hombre gordo de unos 60 años. Este se levanta y mira mi cuerpo de una manera lujuriosa.\- Quítale la ropa.\- ¿Qué?\- No, no. - El hombre que me trajo me rompe la blusa de golpe, pero yo me niego a que me quiten los pantalones. Otro hombre viene y me sostiene.\- ¡No, déjenme! - Quedo solo en ropa interior y el hombre panzón se acerca y acaricia mi cuerpo, lo que me hace dar unas arcadas fuertes.\- Definitivamente, tu