“Donde menos se piensa, salta la liebre” Refrán.
Adrián esperaba cerca de la entrada a Noah y lo vio llegar con su mamá y Valkiria le dijo a su hijo:
—Te portas bien—le dio un beso.
—Mamá… Por favor…
—Buenos días, señora Marshall.
—Buenos días, Adrián, pórtense bien—entonces le dijo—Debo de hablar con tu profesor de idiomas.
La vio irse y Adrián le preguntó:
—¿La tienes?
—Sí…
Caminaron hacia el curso y se toparon con Estévez y sus dos amigotes.
—Vinieron gallinas.
—No somos gallinas—dijo Adrián—no te tengo miedo.
—Es cierto, somos valientes y te vamos a dar lo tuyo y a esos dos—secundó Noah.
—¿Me están desafiando ratas?
—Rata será tu madre—dijo Adrián.
—Ahora verán…—se le fue encima.
El auto de Zeink se detuvo en la entrada del Saint Germain y miró el lugar, muy elegante y le dijo a Memet.
—Bien llegamos.
Vio salir una bella mujer, su cabello negro ondulado y su caminar seguro, usaba lentes oscuros y vestía muy elegante, abrió la puerta inmediatamente y salió al reconocer a esa belleza.
Valkiria se detuvo en seco cuando lo vio frente a ella y rodeado de guardaespaldas, su corazón se heló al verlo.
—¡Zeink!
Él sonrió al verla tan elegante y segura de sí misma:
—¡Jamal almar´a! (belleza de mujer)
Tragó grueso, cuando él decía piropos podía sacar de onda y el verlo allí era demasiado impactante.
—Zeink, ¿qué haces aquí?
—Vine a… Hacer una donación a esta escuela.
—Ah… No lo imaginé.
—En cambio, yo no imaginé volver a verte aquí—miró alrededor—¿qué haces aquí?
No podía decirle y entonces solo se le ocurrió:
—Vine… A prestar el baño.
Zeink enarcó una ceja, la verdad es que ella era muy rara:
—¿Vienes a prestar el baño a una escuela?
Ella se puso incómoda, siempre era tan observador y solamente dijo:
—Me apuró el asunto.
Zeink se le rio guaso y le dijo:
—Siempre la misma, tenemos que hablar.
Ella miró su reloj y le dijo:
—Tengo que trabajar y no tengo tiempo.
—Tenemos que hablar.
Dijo ignorando sus palabras y ella se pasó una mano por el cabello y le dijo:
—Ahora no puedo…
—Entonces… Memet, una tarjeta para la señorita.
De paso creía que seguía señorita, era tan irritante. Él tal Memet sacó una tarjeta inteligente y la puso en el idioma inglés y la extendió.
—Ese es mi número privado, estoy en el Marriott, habitación de lujo.
—Voy a ver si puedo ir...
—Tenemos que cenar.
Ese tenemos, siempre asumiendo que se daría tal como él decía.
—Tengo una vida, ¿sabes?
—Te felicito…—se le rio.
Era tan irritante y entonces ella guardó la tarjeta en el bolsillo de su chaqueta y le dijo:
—Fue un placer verte de nuevo.
—Lo mismo digo ´amirat jamila.
(Hermosa princesa).
Intentó obviar el detalle de sus palabras y caminó con entereza al auto, sintiendo que su mirada la acompañó todo ese tiempo, ya fuera de su rango apretó el volante con fuerza y dio marcha al vehículo, necesitaba huir de allí.
Conociendo a Adrián
Memet le abrió la puerta y él entró con su séquito de guardaespaldas y de repente dos chicos se le fueron encima corriendo, uno de ellos al estrellarse contra él lo roció con una pistola de tinta azul.
Memet gritó entonces:
—¡Biallad aishaytan alawlad! (por Dios, muchachos del demonio).
Los niños se quedaron helados y escucharon un pito detrás de ellos:
—¡Alto allí!
La mirada de Zeink era severa hacia esos dos pequeños que lo miraban horrorizados, el que tenía la pistola con tinta azul estaba pálido y se atrevió a hablarle:
—Lo siento señor…
Adrián lo reconoció en ese momento y dijo:
—¿Papá? ¿Eres tu papá?
Los ojos del niño brillaron anhelantes y cuando Zeink lo notó, era él, el que decían que era su hijo:
—¡No puedo creerlo! ¡Eres tú papá!
El shock en Zeink fue tal que no supo qué decir.
La impresión de volverlo a ver
Valkiria manejaba nerviosa hacia su trabajo, llegado al estacionamiento prorrumpió en llanto, no podía creer que lo volviera a ver después de tanto tiempo y que actuara como si solo hubieran dejado una conversación a medias y ya… Maldito Zeink, siempre suponía que se las sabía todas. Bajó del auto sintiéndose la mujer más tonta del mundo y de repente recordó… ¡Noah! ¡Rayos! Iba a meterse en el auto de nuevo y de repente:
—Espera allí…
Era su jefe Stamos que se acercaba:
—¿A dónde piensas que vas a ir?
—Tengo una emergencia.
—Tenemos una junta dentro de poco y te necesito allí, eres como mi amuleto de la buena suerte.
Ella se metió las manos al bolsillo y jugaba con la tarjeta:
—No puedo asistir…
—Así se te pierda el mundo debes estar presente.
Ella sacó las manos de la chaqueta y la tarjeta cayó al piso, su jefe la recogió y analizó:
—¿Zeink Fadel? ¿El multimillonario petrolero?—la miró sorprendido—¿Conoces a Zeink Fadel?
Tenía que decir algo y solo se le ocurrió:
—No, cómo crees…
—Es su tarjeta y su número personal—blandía la elegante tarjeta—¿cómo la conseguiste?
Valkiria piensa… piensa…
—Descubrí que llegó a la ciudad y… Sería una importante oportunidad para acercarnos a él…
Stamos vio el número y dijo:
—Este es su número privado, nadie obtiene su número privado y tú lo tienes en tus manos, ¿quién es tu hada madrina?
Se pasó una mano por su cabello negro y dijo para salir del paso:
—Fadel tiene un hijo en la escuela donde estudia Noah…
Su jefe tenía la boca abierta y miraba con asombro a la joven:
—¿Lo viste?
—De pasada…
—Eres la mujer más sorprendente del mundo—dijo estallando en carcajadas—si consigues que este sujeto desee hacer negocios con nosotros, te amaré por siempre.
Valkiria entonces le dijo:
—No es seguro que me atienda…
—Si te dio su número privado, te atenderá niña hermosa—la abrazaba—eres un ángel para mí.
Ahora el chicle se embarraba más y más…
El niño en mención
Zeink intentaba digerir todo el asunto, estaba junto a Adrián que lo veía con asombro y emoción y su traje seguía manchado de tinta, el pequeño rizado de ojos azules estaba junto a ellos y parecía asustado, el director de la escuela decía con voz severa:
—Llamaré a sus madres… No podemos permitir violencia de ningún tipo y menos ataques con pistolas de tinta, me sorprende de ti Noah.
Noah, bajó la cabeza apenado y Zeink le dijo:
—No pienso levantar cargos, parecían que huían de algo…
—De todas formas debo informarle a la madre de Adrián que usted está aquí.
Tomaba el teléfono y Zeink le dijo:
—Eso me distraerá del objetivo inicial…—captó su atención—vine a donar una muy buena cantidad de dinero a su escuela.
El director depositó el auricular en su sitio y puso cara de contento y cambio a modo sumiso:
—Señor Fadel, será un placer atenderlo.
Pero, por supuesto, se dijo Zeink, miró a Adrián contento y le dijo:
—Me podría mostrar la institución.
—Con todo gusto…
Adrián se apegó a él y le dijo:
—Papá, cuánto he deseado verte.
—Ahora ya estoy aquí—lo acarició.
Vio al otro niño y le preguntó:
—No te preocupes por el traje, no levantaré cargos—entonces le dijo a su secretario—Memet, consígueme otro traje.
—Sí, señor—se retiró inmediatamente.
Noah se apresuró a decirle al señor que tenía enfrente:
—Mi madre puede pagar la tintorería, aunque dice que es tinta china y que no sale…
—¿Y tu padre?
El niño se alzó de hombros y él comprendió que no lo conocía, entonces pasó una mano por su cabello alborotado y le dijo:
—Tranquilo, todo bien.
El niño sonrió aliviado y lo vio salir junto a Adrián, al menos su amigo había encontrado a su padre, ahora faltaba él y tenía la esperanza de que pronto podría conocerlo y estar con él para siempre.
Informada
Apenas llegó a su oficina llamarón de la escuela y la noticia la abrumó: Noah había peleado y estaba en detención, deseaban que ella se presentara de inmediato.
Eso era una señal, su mundo se estaba cayendo a pedazos y era por el regreso de Zeink Fadel, normalmente Noah era un niño dócil y cariñoso, algo andaba mal, lo había visto el día anterior, algo alterado y no ahondó en ese asunto. ¿Qué clase de madre era que no se dio cuenta de que algo andaba mal?
Salió con su cartera y fue a la oficina de su jefe:
—¿Qué se supone que vas a hacer?—preguntó al verla con cartera.
—Hubo problemas en la escuela de Noah y me piden ir.
—Rayos… Valkiria, dijiste que tu rol de madre no intervendría con la empresa.
—Es una eventualidad, algo malo pasó…
—Te perdono si me consigues un contrato con Fadel.
Ella lo miró sorprendida por su osadía:
—Es lo menos que puedes hacer…
Salió molesta con la altanería del tipo, negociaba su rol de madre y eso no lo perdonaba, nadie se metería entre su hijo y ella.
«Cualquiera que te diga que la paternidad es la cosa más grandiosa que te puede pasar, lo entiende perfectamente.» Cuando llegó a la escuela ni miró a los lados y no se dio cuenta de que el auto de Zeink seguía allí, se apersonó en la dirección y vio a Noah esperando en la recepción: —Noah… ¿Qué pasó hijo mío? Estaba en problemas… —Es que yo… La secretaria le dijo entonces: —El director está en un recorrido y vendrá a hablar con usted. La tensión estaba a flor de piel en ella, su hijo tenía la mirada baja y de repente… La puerta se abrió y entró el director: —Señora Marshall, es bueno verla. Entonces detrás de él venía Zeink que al verla se sorprendió mucho: —¡Valkiria! —¡Zeink! No se esperó verlo todavía allí, Zeink sonrió y preguntó: —¿Pero qué haces aquí? Noah entonces le dijo: —Ella es mi mamá… Los ojos de Zeink se abrieron enormes y casi pudo ver el terror en sus ojos al verla a ella y luego al niño. ¡Valkiria era madre! Eso nunca se lo esperó. Zeink trataba de
“Para tu amor, lo tengo todo Desde mi sangre hasta la esencia de mi ser Y para tu amor, que es mi tesoro Tengo mi vida toda entera a tus pies” Canción de Juanes, Para tu amor Valkiria estaba tensa, insultaba en otro idioma y miraba los papeles que tenía de la oficina y que debía completar y no tenía cabeza, en ese momento miró la hora iban a ser las siete y media de la noche y su pierna no dejaba de moverse frenética de los nervios. Tenía el vestido listo para la cena con Zeink, no era muy vistoso, era un tono beige elegante, no muy escotado ¡por Dios! Ahora era madre de familia y debía de ser discreta, tampoco podía salir al paso de ese compromiso, pues Zeink sospecharía y no quería nada de eso en su vida y en la de Noah. Se vistió y miró frente al gran espejo, se la veía bastante bien, su cabello lo recogió en cola de caballo y eso le dio un toque juvenil, se colocó una pulsera de brillos discreta, nada del otro mundo, nada llamativo, era como si desease no azuzar el nido de
“El tiempo no lo cura todo, pero sí desplaza lo incurable del centro de atención”.Marcuse LudwigEsa mañana Valkiria preparaba el desayuno de Noah y lo apuraba:—Noah, vas a llegar tarde, hijo.Noah apareció en la entrada de la cocina algo desconcertado:—¿Anoche el papá de Adrián estuvo en casa?—Sí, es mi cliente…—Ese señor me agrada…—Toma tu jugo, vas a llegar retrasado.Cuando salieron la prensa esperaba fuera y la atacaron con preguntas:—¿Usted tiene una relación con el multimillonario Fadel?—¿Él también es su hijo?Noah miraba fascinado todo ese despliegue de reporteros y de repente preguntó:—¿El papá de Adrián es mi papá?¡Rayos! ¡Qué estaba pasando!Minerva miraba detenidamente la pantalla del móvil intentando asimilar que Fadel anduviera con otra mujer. Country le dijo:—Es la primera vez que tengo un caso en el que el padre anda dando shows mediáticos.—¿Hoy se toma la muestra del ADN?—preguntó ella.—Sí…—¿Crees que desee desviar el asunto de lo de nuestro hijo?—Pued
“Un gato azul como el hada azul, suele ser un sueño” Saíd veía los enunciados de la prensa, entonces molesto preguntó a su secretario: —¿Hay llamada de Zeink? —No señor. —Zeink—se irritó—¿qué tratas de hacer? Entonces ordenó a su secretario: —Prepara vuelo para los Estados Unidos. —¿Señor? —Quiero ver a Zeink y conocer a mi nieto. Aisha se le acercó: —Si usted va, yo también iré, es mi novio después de todo. Él asintió y se preparó todo para el viaje. Esperar por los resultados fue bastante tedioso, Zeink se entrevistó con sus abogados y tomó una decisión sobre el tema: —Deseo comprar una casa, algo grande, y deseo la custodia de Adrián, en su totalidad. Eso sorprendió a todos y él dijo: —Es mi hijo, si lo es lo deseo conmigo. —Entonces tendremos que darle una buena cantidad de dinero a la señora Logan. —Hay que darle lo que ella pida, sé que pedirá mucho, pero si Adrián es mi hijo, lo vale todo. Ellos asintieron y después de la reunión, llamó a Valkiria a su móvil.
“La calidad de un padre se puede ver en las metas, sueños y aspiraciones que establece no solo para sí mismo sino para su familia”. Reed Markham. Adrián era vestido prolijamente por su madre en esos momentos: —¿A dónde iremos? —A conocer a tu abuelo—miró a su hijo—al que tiene dinero por supuesto y debes de comportarte y ser un buen niño. —Soy un buen niño. —¿Crees que no me contó Country que te habías dado de golpe de nuevo? Y todo por causa de ese niño horroroso. —Noah no es horroroso, solo defendíamos a su madre. —Que la defienda solo, por eso te pagué clases de karate para que nadie te tocara y eso debes contarle a tu abuelito, que eres un niño fuerte y sano. Lo admiró con su camisa celeste y sus pantalones finos. —Colonia. Sacó un frasco y lo comenzó a rociar con él: —Mamá, para, para… —Debes oler rico para tu abuelo. Agatha entró en esos momentos y percibió el aroma delicioso del perfume: —Hueles divino. —Conocerá a su abuelo—dijo emocionada Minerva. —Vamos bien
“La valentía de una madre es el mejor motor que impulsa a un hijo cada mañana” No se creía nada de eso de que quería saber sobre ellos y le dijo: —Dime la verdad Zeink. Entonces se la dijo: —Dice que se parece a mi hermano fallecido. Valkiria miró a su hijo que miraba todo con curiosidad y entonces le dijo a Zeink: —Zeink no quiero problemas. —Calma, no hay problema, porque Noah no es nada mío, ¿verdad? Valkiria lo miró sorprendida, no podía creer que la llevara para eso, miró a su hijo y le dijo: —Espero que no haya problemas, ni confusiones, Noah es lo más importante que tengo en mi vida. Saíd se acercó en ese momento y vio al niño y fue a él y se acercó a mirarlo detenidamente, esos ojos… Esa sonrisa diáfana, ese era su nieto, su corazón se lo gritaba en ese momento: —Dam dami. Noah le preguntó entonces: —¿Qué significa eso? —Sangre de mi sangre. Noah sonrió y le preguntó: —¿Y eso qué quiere decir? —Que me perteneces…—sonrió el anciano. Valkiria entonces se puso de
“En las estrellas tus ojos ver Cuando tus fotos me siento a ver Cada vez que te busco te vas Y cada vez que te llamo no estas” Fotografía, Juanes Justo cuando disponía de todo para ir a buscar a Valkiria, le llama su abogado: —Tenemos los resultados de la prueba de ADN, nos esperan para la lectura. ¡Rayos! Tuvo que cambiar de planes y le dijo a su abogado: —¿Tienes el documento redactado? —Todo listo… Le indicó a Memet que debían ir a otro lado, Minerva los esperaba en la sede Fadel y estaba con Adrián que miraba la elegancia del lugar, imperaba el tono plateado y en los muebles tonos fuertes: —Este lugar es bonito. —Este sitio será tuyo un día—dijo ella. Una hermosa secretaria le indicó que fueran hacia una oficina tan amplia y con una vista espectacular. —¡Wow! Esto es alucinante. —Como te dije, esto será tuyo muy pronto. —¿Por qué dices eso? —Eres el heredero del dueño de todo esto. —Yo solo quiero tener papá… —Y tu padre es rico. En ese momento entraron Saíd y s
“Mis planes son amarte Y los tuyos son a la Luna Qué importa, nena, si el destino está jugado” Mis planes son amarte, Juanes —¿Esa es tu brillante idea de formar una familia?—dijo dolida. —Es la que encontré, es más, solo vine por Adrián a comprobar que es hijo mío y encontrarte en el camino fue… Revelador, lo supe enseguida. Valkiria lo miró molesta y le dijo: —¿Supiste que yo era la mujer de tu vida? —Supe que te seguía amando y que si la vida te ponía en mi camino era para algo grande. —Zeink pasaron 8 años, OCHO años y la mujer que decías de tu vida estuvo sola criando a tu hijo. —Debiste decirme… —Claro, es mi culpa… Zeink entonces le dijo: —Tawaqaf ean ´iinkaraa. (Deja de negarte a mí) Valkiria le dijo dolida: —´ant taeish tawaqif fi alwaqt almunasib. (Tú vives detenido en el tiempo) —Donde me dejaste. Zeink se acercó a ella y la abrazó por detrás y le dijo: —Nunca te pude olvidar mi diosa del desierto, irme me costó dolor y soledad. —El agua corrió. Él olía