Falcon se recostó en el marco de la puerta de la Oficina de Diseño, mirando a su supuesta pareja destinada inmersa en su trabajo, sin prestarle atención a su alrededor. La presencia del alfa era tan intimidante que casi todos se dieron cuenta que estaba ahí.
-Presidente- uno de los demás empleados exclamó y el resto de ellos dejaron de hacer sus tareas y se levantaron de sus asientos nerviosos. Ella solamente alzó la mirada de la pantalla y frunció el ceño.
El alfa aprovechó que le prestaba atención y la llamó moviendo el dedo índice, acción que la hizo cerrar sus ojos y suspirar. Silver se levantó de la mesa apretando los puños y ganando toda la paciencia posible, no quería estar al lado de ese hombre, no ahora.
-Sigan trabajando- ordenó antes de salir de la oficina detrás de él.
Falcon se detuvo a pocos metros del elevador y se giró con su porte que le sacaba varios centímetros.
-Me parece que el Presidente en este lugar soy yo- la vio alzar una ceja- No me gusta que no me obedezcan cuando doy una orden-
-Y yo le mandé una respuesta, usted nos dio un tiempo límite para la realización del proyecto, proyecto que cambió en su mayoría-
Al igual que él, mantenía una postura firme y no alzaba la voz, parecía tranquila y acostumbrada a lidiar con jefes exigentes como él, ella era dura de doblegar. Tal vez un poco de presión solucionaría eso. Pensaba Falcon mientras apreciaba los labios maquillados con un tono rosado pastel moverse al hablar. Estarían mejor en otro lugar moviéndose a su disposición.
-Por menos que eso puedo botarte o degradarte de tu rango, una falta de respeto a tu superior se paga alto- el color de sus ojos se hizo más oscuro.
Ella no pareció inmutarse con sus palabras, pestañeó lentamente y tomó aire para mostrar una expresión que ocultaba toda la rabia que podía contener con la amenaza.
-Puede hacerlo- eso lo sorprendió- Pero la persona que más sabe de este proyecto y de cómo llevarlo hasta el final con éxito soy yo, si quiere puede confirmarlo. Pero si quiere despedirme puede haccerlo-
Falcon entrecerró los ojos. Su actitud, de seguro, la había llevado hasta donde estaba, una mujer inteligente y segura de sí misma. Quedaban pocas, no parecía una omega, tal vez en su físico sí. Era más menuda que otras mujeres de la empresa, cosa que ocultaba con los tacones altos de color negro, y lo delicado de su apariencia. Mentira aquel que quisiera pasarla por sumisa, de eso no parecía tener ni un pelo.
-Señorita Miller- un empleado joven del área de editorial se acercó a ella corriendo.
Ambos lo miraron detenerse delante de ellos sin darse cuenta de su conversación.
-Me alegra haberla encontrado, necesitamos los insumos para la segunda parte de los panfletos-
-Se los enviaré en un momento-
-Oh, gracias- el chico sonrió y literalmente se la comió con los ojos, algo que no pasó desapercibido por Falcon que empezó a expulsar feromonas inconscientemente para repelarlo, molesto por las atribuciones del beta y no haberlo saludado como correspondía, que solo sintió la atmósfera densa alrededor de su jefe.
-Si me disculpan- dijo al ver que no era más bienvenido en la conversación y se retiró con la misma velocidad.
Falcon se sintió mejor al saber que había expulsado la amenaza
-Podría dejar de hacer eso- la voz de Silver salió temblorosa.
Falcon se giró hacia ella y la imagen frente a él no le gustó. La mujer tenía una mano sobre su rostro tapándose la nariz y su rostro arrugado.
-¿Estás bien?- intentó tocarla pero ella solo retrocedió poniendo más distancia.
-Tus feromonas, duele cuando las siento- articuló con dificultad -Aléjese por favor-
Ese hecho volvió a parecerle sospechoso al alfa.
-¿Cómo puedes sentir mis feromonas si eres una beta?- esa era una cualidad de solo otros alfas y omegas, las feromonas no afectaban a los betas a menos que fueran muy intensas, pero no de la forma que ella las parecía percibir.
-He sido muy sensible desde niña, a pesar de ser beta, puedo percibirlas levemente, pero las tuyas son más intensas- Falcon intentó acercarse otra vez pero Silver aumentó la distancia –No te acerques-
-Está bien- se incorporó viendo el rechazo por parte de la mujer que se sostuvo de la pared tras su cuerpo –Hay algo que me ocultas Silver Miller y lo voy a descubrir-
La mujer sacudió la cabeza intentando que el malestar se disipara logrando resultados.
-¿Cuál es su interés en mí?- parecía obstinada de su insistencia- Apenas si nos conocemos, no le debo nada, solo quiero trabajar y estar tranquila-
-Ya te lo mencioné, eres mi omega, mi pareja destinada-
Otra vez con lo mismo. Suspiró y se incorporó logrando mantenerse estable.
-Lo dejaré bien claro, Presidente, no me interesa su dinero, gano suficiente para ser feliz y estoy conforme con eso. Además estoy comprometida y no creo que rompa el compromiso por palabras que no tienen ningún fundamento. No reacciono a usted porque no soy omega, no caigo en celo porque no soy omega, no lo acepto como mi compañero porque no soy omega- se detuvo para respirar- ¿Queda claro? Ahora si me disculpa he perdido varios minutos que tendré que quitarme de mi hora de descanso, sino desea hablarme de temas de trabajo por favor limítese a mantener la distancia, no quiero más problemas de los que tengo-
Silver no lo dejó responder, se giró de vuelta a la oficina dejándolo con la palabra en la boca, y sin saber que decir.
-Señor- Leo a su espalda lo llamó. Se había mantenido a distancia cuando notó la densa atmósfera
-¿Viste como me habló esa mujer?- parecía más indignado que molesto.
Su secretario solo guardó silencio ocultando la risa que contenía al ver alguien que ponía en su lugar a Falcon, además de sus padres.
-Señor, creo que lo que encontré le parecerá interesante, es respecto a lo que me mandó a investigar-
-Espero que así sea- tomó los papeles y volvió a su oficina aun recordando las palabras de aquella beta-omega, ya no sabía que era.
***
Silver se despidió del custodio estirando los brazos al sentir la brisa nocturna en su rostro. Otro día más saliendo tarde del trabajo, para no variar, solo con la diferencia que su novio la esperaba en la entrada con su auto. Al parecer se estaba oliendo algo que no le gustaba y de paso, no existía. Ya se había enterado de su nuevo jefe.
-Hans- lo llamó mientras caminaba hacia él.
-Preciosa, hoy te vine a buscar- típico de alguien celoso pero no discutiría con él, ya que estaba allí aprovecharía el aventón.
Desde la ventana Falcon miraba la escena y arañaba el cristal con sus pulcras uñas. A pesar de que se había dicho miles de veces que no insistiría con ella, era imposible obviar que ella estaba destinada a ser suya y que estuviera al lado de otro hombre activaba todos sus sentidos posesivos de alfa.
-No te preocupes Silver Miller, ahora si te puedo asegurar que dentro de poco serás mía- sus ojos se volvieron de un intenso verde- Mi omega-
Silver se reflejó en el espejo e hizo una mueca al ver el estado de su cabello. El estrés era fatal y le pasaba factura a todo, en ella, su fibra capilar era la que más sufría. El brillo había mermado y las puntas parecían resecas. Tanto esfuerzo intentando mantener una melena de lujo y en unos días todo el trabajo se había ido por la borda. En los últimos tres días su presidente se había mantenido a ¿raya?, después de la conversación algo subida de tono. Pero mantenerse en guardia todo el tiempo e intentar esquivarlo, había puesto sus cronómetros de estrés al máximo. Buscó en la gaveta de su cómoda una tijera. Cuando no había solución era mejor cortar. Movía la tijera de aquí para allá quitando todo aquello que parecía maltratado hasta que estuvo conforme. Su melena que anteriormente acariciaba sus hombros, la había llevado a algo parecido a un corte bob más largo adelante que atrás dejando al descubierto su cuello. Para los que eran om
Silver paró de comerse su hasta ahora cuidada uña, cuando sintió el líquido viscoso de sabor metálico en su boca. Lo que le faltaba. Suspiró y apenas una pizca de preocupación que tenía salió de ella. -¿Ocurre algo señorita?- el conductor del taxi que había tomado al salir de la empresa parecía preocupado por su ataque de ansiedad. Ella asintió suavemente -Estoy bien gracias, solo un poco estresada- aquel hombre debía ser un beta, e
-Necesito su ayuda-Falcón no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando. Primero la impresión de recibir una llamada de su pareja, que parecía evitarlo a toda costa, lo había asombrado y después le pedía ayuda.-En lo que desees- respondió sonriendo. Sabía que no tendría que esforzarse mucho. Ella llegaría a él por si sola. No tendría que mover ni un solo dedo. Y esa llamada era el inicio de todo -¿Qué quieres que haga por ti?--¿Conoce algún hospital donde hagan la prueba de género, de forma segura?-Falcón se tomó unos segundos en responder. Si le pedía algo como aquello quería decir que estaba dudando de que era una beta. Eso era buena señal.-El hospital privado al que asisto-Ella volvió en tardarse en responder, Falcón concluyó que se estaba to
Los miembros del departamento de diseño se miraban entre ellos y tragaban sonoramente. No acababan de decidirse quien le daría los papeles a su jefa. La razón. Simple. Silver fruncía el ceño dolorosamente y su semblante advertía que no quería nadie cerca.-Llévalo tú- una de las chicas palmeó la espalda de uno de los más jóvenes y el chico solo abrió los ojos con los labios temblorosos. Se acercó cautelosamente a su jefa.-Directora- su voz salió inestable- aquí está el último análisis-Silver no lo miró. Extendió la mano cogiendo el documento en el aire para abrirlo y comenzar a revisarlo.-Gracias- respondió fríamente y el chico se alejó lo antes posible hacia su asiento secándose el sudor de la frente.Nadie había visto a Silver molesta, pero era conocido
Cuando Silver recobró el conocimiento estaba más aturdida que despierta. Sentía su cuerpo como si estuviera en una enorme bola de algodón que se movía de un lado a otro débilmente acunándola. Muy cómodo y acogedor. Podría quedarse así por siempre.Y aquel olor. Delicioso y atrayente que inundaba todo su ser y la mantenía en un trance total. Se acercó más a la fuente de aquel sabroso aroma y lo abrazó con la poca fuerza que le quedaba pegando su nariz y aspirando.-Si despiertas así todos los días, creo que me volveré muy adicto a ti por completo-Los ojos de Silver se abrieron al escuchar aquella voz. Se separó con dificultad solo para ser atraída de nuev
Falcon llegó a la cocina y golpeó con sus nudillos el mármol negro de la meseta doliéndole en el proceso.Había sido un estúpido utilizando su voz en aquella mujer que parecía realmente confundida con la situación. Sabía que estaba forzando todo, pero se estaba desesperando y eso solo traía problemas. Encendió el fogón y sacó algunos alimentos del refrigerador. Cocinar siempre ponía su mente en calma y lo relajaba.Para cuando volvió al cuarto con una bandeja encontró a Silver acostada en la cama tapada y dándole la espalda enterrando su cabeza en la almohada.-Te traje algo para que comieras-Ella no se movió
Silver se quedó quieta sintiendo su mejilla palpitar dolorosamente. El único sonido que se oía era la del agua caer y la respiración de ambos.Con la mano temblorosa tocó la piel que ya se volvía roja y seguramente, más tarde, hinchada. El sabor metálico de su propia sangre rozaba sus papilas gustativas como recordatorio de lo que acababa de ocurrir.-Sal- dijo entre dientes sin mirarlo.-Silver, cariño- Hans levantó la mano para tocarla.Ella levantó antes la suya y puso en su cuello el borde de la navaja de afeitar.-Sal- volvió a repetir y no le importó que el filo dejara una leve línea roja.El beta solo cerró los ojos un minuto y se dio media vuelta.-Dejaré que tu mente se calme y después hablamos, tienes mucho que explicarme- salió dando un portazo a la puerta del baño.Silver apagó
-Acércate- le ordenóElla negó con la cabeza y retrocedió-No voy a hacerte nada, acércate-Ella volvió a negar.Falcón no tuvo más remedio que hacerlo él. Se levantó de su asiento y caminó hacia ella.-Presidente, el proyecto- intentó enfocarlo en el trabajo, acaso no era para eso que estaba aquí.-Creo que me debes una explicación, saliste de mi casa y ni siquiera me diste las gracias- su semblante estaba serio.-Otro más que quiere explicación- dijo en voz baja c