Silver se quedó quieta sintiendo su mejilla palpitar dolorosamente. El único sonido que se oía era la del agua caer y la respiración de ambos.
Con la mano temblorosa tocó la piel que ya se volvía roja y seguramente, más tarde, hinchada. El sabor metálico de su propia sangre rozaba sus papilas gustativas como recordatorio de lo que acababa de ocurrir.
-Sal- dijo entre dientes sin mirarlo.
-Silver, cariño- Hans levantó la mano para tocarla.
Ella levantó antes la suya y puso en su cuello el borde de la navaja de afeitar.
-Sal- volvió a repetir y no le importó que el filo dejara una leve línea roja.
El beta solo cerró los ojos un minuto y se dio media vuelta.
-Dejaré que tu mente se calme y después hablamos, tienes mucho que explicarme- salió dando un portazo a la puerta del baño.
Silver apagó
-Acércate- le ordenóElla negó con la cabeza y retrocedió-No voy a hacerte nada, acércate-Ella volvió a negar.Falcón no tuvo más remedio que hacerlo él. Se levantó de su asiento y caminó hacia ella.-Presidente, el proyecto- intentó enfocarlo en el trabajo, acaso no era para eso que estaba aquí.-Creo que me debes una explicación, saliste de mi casa y ni siquiera me diste las gracias- su semblante estaba serio.-Otro más que quiere explicación- dijo en voz baja c
Falcon sintió su sien palpitar indignado, pero no cedió al disgusto.-¿Por qué?- repitió utilizando un tono meloso -¿Acaso tu cuerpo no quiere estar conmigo, tu no quieres estar conmigo? Yo puedo hacer que todo el malestar que está cursando tu cuerpo desaparezca-Eso ni el mismo se lo creía, llevaba esperando la llamada de Zacarias hacia días con la confirmación ya sabida de que era una omega y que le dijera que sustancia tenía en la sangre que le causaba estragos. No lo demostraba, pero la seguridad e integridad de su cuerpo como omega le preocupaba.Era bien sabido que tomar supresores u otro medicamento para suprimir el celo durante tanto tiempo podía quizás no ser letal, pero si muy nocivo. Solo esperaba que los resultados fueran positivos, pues nadie se interpondría a que ella diera a luz a sus cachorros.La idea lo hizo temblar de anticipaci
Silver no le prestaba atención al café humeante delante de ella que decía bébeme por todas partes. Su mirada estaba centrada al frente, con los brazos cruzados, en la mujer que con una sonrisa engullía un pedazo de pastel demasiado dulce para su gustoAmbas se encontraban sentadas en la cafetería de la esquina, lejos de cualquier oído resbaladizo que pudiera difamar su conversación.-Tu café se va a enfriar- Dulce se limpió los labios delicadamente con la servilleta y la dejó doblada a un lado.Silver no podía negar que aquella mujer tenía un encanto desgarrador. Con su cabello brilloso peinado en perfectas ondas, un maquillaje perfecto en rasgos bien ubicados, una marcada cintura que no se preocupada de dejar en evidencia y un au
Falcon la vio suspirar y apretar sus ojos. No se había fijado pero parecía más que cansada, preocupada, pero no el tipo de expresión que le había mostrado antes.-¿Qué te tiene angustiada?--Nada- ella movió su cuello rompiendo algún nudo de tensión que se había creado -Estoy bien, solo cuestiones personales levesFalcón no le creyó una sola de sus palabras, se incorporó de la mesa y se puso a su espalda llevando sus dedos a los hombros femeninos y empezando un suave masaje reconfortador.Silver iba a protestar con el primer contacto pero las palabras no salieron de su boca, cuando una oleada relajante la recorrió completa dej&aacu
Falcon apretaba sus puños mientras miraba el celular sobre la mesa de descanso delante del sofá de su sala. El reloj marcaba cerca de las 2:00 de la mañana y aun no recibía la llamada o el mensaje que tanto estaba esperando.Solo se había quitado la chaqueta y corbata, pero aun así se sentía sofocado. Sus esperanzas de que ella se comunicara con él estaban desapareciendo. Se culpó a si mismo por ilusionarse tanto y de paso ser tan terco. Se había enganchado tanto de aquella mujer que sin darse cuenta la quería a su lado en todo momento.Podía ser debido al lazo de parejas destinadas, pero conocía uno que otro caso donde esto no resultaba así, y ambas personas convivían solo porque el lazo los hacía rechazar a los demás, no porque se quisieran.Pero la personalidad fuerte y decidida de ella, la forma de responder a él, el olor de su
Falcon escuchó el sonido de su puerta principal abrirse y supo quién era al momento. Solo había una persona que podía pasearse por su casa, además de leo y su familia sin que él se molestara.Pero esta vez era diferentes porque en vez de ir directo a su habitación, lo oyó caminar hacia sonde estaba descansando su pareja destinada.Se incorporó rápido en su cama y se puso unos pantalones de seda gruñendo, su gusto por solo dormir en ropa interior le estaba jugando una mala pasada.Sus ojos se abrieron impactado cuando la escuchó gritar y abrió la puerta de su cuarto.-Zacarias, no la asustes- gritó usando su Voz sin mediar consecuencias
Muerta, muerta, la palabra resonaba una y otra vez en su cabeza. No podía creer lo que estaba oyendo. Acaso ellos habían sido capaz de…Su cuerpo comenzó a temblar y una fina capa de sudor apareció haciendo que el cabello de su frente se pegara a la piel. Llevó las manos a su regazo y las apretó fuertemente.Primero la habían engañado ocultándole la verdad sobre su verdadero estado, era una omega, no una beta. Después el tema de un noviazgo y un compromiso casi impuesto del que no podía sacar prácticamente nada positivo y por último las pastillas. Las llevaba tomando años, por Dios. ¿Y si no hubiera conocido a Falcon qué hubiera pasado? ¿Ellos pretendían dejarla morir así de simple?Las uñas se le enterraron en la piel sin percatarse. Estaba tan centrada en sus pensamientos que no se había dado cuenta de su exter
Silver recogía las cosas necesarias para el viaje en una bolsa que Falcón le había dado. Lo hacía lentamente con su mente en otro lado. Unas manos masculinas se unieron con las suyas ayudándola a doblar el último conjunto de ropas.-Si quieres puedes quedarte- Falcon le dijo a su lado.-Está bien, es necesario que vaya y un cambio de ambiente me hará sentir mejor- ella asintió dejando que el terminara el trabajo que ella podía hacer en menos de quince minutos pero llevaba más de dos horas.Falcon se incorporó y acarició su mejilla enredando sus dedos con las hebras negras de su cabello. Después la rodeó en un abrazo, pero no uno simple. Dejó que sus feromonas se mezclaran con el cuerpo de ella como Zacarias había recomendado. Había esperado que se hubiera relajado para aquello y se hacía camino con calma viendo la reacción d