-Necesito su ayuda-
Falcón no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando. Primero la impresión de recibir una llamada de su pareja, que parecía evitarlo a toda costa, lo había asombrado y después le pedía ayuda.
-En lo que desees- respondió sonriendo. Sabía que no tendría que esforzarse mucho. Ella llegaría a él por si sola. No tendría que mover ni un solo dedo. Y esa llamada era el inicio de todo -¿Qué quieres que haga por ti?-
-¿Conoce algún hospital donde hagan la prueba de género, de forma segura?-
Falcón se tomó unos segundos en responder. Si le pedía algo como aquello quería decir que estaba dudando de que era una beta. Eso era buena señal.
-El hospital privado al que asisto-
Ella volvió en tardarse en responder, Falcón concluyó que se estaba to
Los miembros del departamento de diseño se miraban entre ellos y tragaban sonoramente. No acababan de decidirse quien le daría los papeles a su jefa. La razón. Simple. Silver fruncía el ceño dolorosamente y su semblante advertía que no quería nadie cerca.-Llévalo tú- una de las chicas palmeó la espalda de uno de los más jóvenes y el chico solo abrió los ojos con los labios temblorosos. Se acercó cautelosamente a su jefa.-Directora- su voz salió inestable- aquí está el último análisis-Silver no lo miró. Extendió la mano cogiendo el documento en el aire para abrirlo y comenzar a revisarlo.-Gracias- respondió fríamente y el chico se alejó lo antes posible hacia su asiento secándose el sudor de la frente.Nadie había visto a Silver molesta, pero era conocido
Cuando Silver recobró el conocimiento estaba más aturdida que despierta. Sentía su cuerpo como si estuviera en una enorme bola de algodón que se movía de un lado a otro débilmente acunándola. Muy cómodo y acogedor. Podría quedarse así por siempre.Y aquel olor. Delicioso y atrayente que inundaba todo su ser y la mantenía en un trance total. Se acercó más a la fuente de aquel sabroso aroma y lo abrazó con la poca fuerza que le quedaba pegando su nariz y aspirando.-Si despiertas así todos los días, creo que me volveré muy adicto a ti por completo-Los ojos de Silver se abrieron al escuchar aquella voz. Se separó con dificultad solo para ser atraída de nuev
Falcon llegó a la cocina y golpeó con sus nudillos el mármol negro de la meseta doliéndole en el proceso.Había sido un estúpido utilizando su voz en aquella mujer que parecía realmente confundida con la situación. Sabía que estaba forzando todo, pero se estaba desesperando y eso solo traía problemas. Encendió el fogón y sacó algunos alimentos del refrigerador. Cocinar siempre ponía su mente en calma y lo relajaba.Para cuando volvió al cuarto con una bandeja encontró a Silver acostada en la cama tapada y dándole la espalda enterrando su cabeza en la almohada.-Te traje algo para que comieras-Ella no se movió
Silver se quedó quieta sintiendo su mejilla palpitar dolorosamente. El único sonido que se oía era la del agua caer y la respiración de ambos.Con la mano temblorosa tocó la piel que ya se volvía roja y seguramente, más tarde, hinchada. El sabor metálico de su propia sangre rozaba sus papilas gustativas como recordatorio de lo que acababa de ocurrir.-Sal- dijo entre dientes sin mirarlo.-Silver, cariño- Hans levantó la mano para tocarla.Ella levantó antes la suya y puso en su cuello el borde de la navaja de afeitar.-Sal- volvió a repetir y no le importó que el filo dejara una leve línea roja.El beta solo cerró los ojos un minuto y se dio media vuelta.-Dejaré que tu mente se calme y después hablamos, tienes mucho que explicarme- salió dando un portazo a la puerta del baño.Silver apagó
-Acércate- le ordenóElla negó con la cabeza y retrocedió-No voy a hacerte nada, acércate-Ella volvió a negar.Falcón no tuvo más remedio que hacerlo él. Se levantó de su asiento y caminó hacia ella.-Presidente, el proyecto- intentó enfocarlo en el trabajo, acaso no era para eso que estaba aquí.-Creo que me debes una explicación, saliste de mi casa y ni siquiera me diste las gracias- su semblante estaba serio.-Otro más que quiere explicación- dijo en voz baja c
Falcon sintió su sien palpitar indignado, pero no cedió al disgusto.-¿Por qué?- repitió utilizando un tono meloso -¿Acaso tu cuerpo no quiere estar conmigo, tu no quieres estar conmigo? Yo puedo hacer que todo el malestar que está cursando tu cuerpo desaparezca-Eso ni el mismo se lo creía, llevaba esperando la llamada de Zacarias hacia días con la confirmación ya sabida de que era una omega y que le dijera que sustancia tenía en la sangre que le causaba estragos. No lo demostraba, pero la seguridad e integridad de su cuerpo como omega le preocupaba.Era bien sabido que tomar supresores u otro medicamento para suprimir el celo durante tanto tiempo podía quizás no ser letal, pero si muy nocivo. Solo esperaba que los resultados fueran positivos, pues nadie se interpondría a que ella diera a luz a sus cachorros.La idea lo hizo temblar de anticipaci
Silver no le prestaba atención al café humeante delante de ella que decía bébeme por todas partes. Su mirada estaba centrada al frente, con los brazos cruzados, en la mujer que con una sonrisa engullía un pedazo de pastel demasiado dulce para su gustoAmbas se encontraban sentadas en la cafetería de la esquina, lejos de cualquier oído resbaladizo que pudiera difamar su conversación.-Tu café se va a enfriar- Dulce se limpió los labios delicadamente con la servilleta y la dejó doblada a un lado.Silver no podía negar que aquella mujer tenía un encanto desgarrador. Con su cabello brilloso peinado en perfectas ondas, un maquillaje perfecto en rasgos bien ubicados, una marcada cintura que no se preocupada de dejar en evidencia y un au
Falcon la vio suspirar y apretar sus ojos. No se había fijado pero parecía más que cansada, preocupada, pero no el tipo de expresión que le había mostrado antes.-¿Qué te tiene angustiada?--Nada- ella movió su cuello rompiendo algún nudo de tensión que se había creado -Estoy bien, solo cuestiones personales levesFalcón no le creyó una sola de sus palabras, se incorporó de la mesa y se puso a su espalda llevando sus dedos a los hombros femeninos y empezando un suave masaje reconfortador.Silver iba a protestar con el primer contacto pero las palabras no salieron de su boca, cuando una oleada relajante la recorrió completa dej&aacu