ZAIA

Llego a casa, me cambio y me transformo en forma humana antes de entrar y correr escaleras arriba hacia el dormitorio que Sebastián y yo íbamos a tomar. Abro mi maleta y rebusco en su interior.

Han pasado tantas cosas y sin personal aquí, ni siquiera algo está desempacado porque no he tenido tiempo. Me pongo una bata antes de levantar el teléfono, selecciono el nombre de Atticus y presiono el botón de llamada.

Por favor, contesta…

Suena varias veces antes de que él conteste.

"¿Hola?", pregunta él. Su voz es espesa por el sueño y sé que lo he molestado.

"Lo siento, estabas durmiendo y llamé tan tarde...", digo en voz baja.

"No, está bien. Puedes llamarme en cualquier momento y esa oferta seguirá vigente si has cambiado de opinión acerca de Sebastián”.

Pongo los ojos en blanco. “¿En serio, Atticus?”.

Él deja escapar una risita gutural. "Vale la pena intentarlo, entonces, ¿qué está pasando? ¿Está todo bien?", pregunta, y escucho un crujido cuando aparentemente se levanta de