“Mi esposo lo era, pero actualmente me entregó el título, ya que soy Nacida de Sangre…”. No estoy segura si eso fue inteligente, pero ellos claramente están más en sintonía con sus lobos… ¿Sabrían ellos sobre los Nacidos de Sangre?

Un destello de sorpresa cruza por su rostro y me giro hacia un lado, levantándome la camisa y mostrándoles el símbolo en el costado de mi pecho antes de bajarla nuevamente.

"No es de extrañar que seas tan fuerte".

"Yo... ¿podemos hablar?", pregunto.

"¿No es eso lo que estamos haciendo?".

“Me refiero a un lugar adecuado. Hay preguntas que tengo, cosas que necesito aprender y que me gustaría aprender de ustedes. He tenido la impresión de que los salvajes son asesinos malvados y peligrosos, pero no creo que esa narrativa sea correcta…”.

"Lo es. Somos asesinos”.

"Pero no creo que seas malvado", le digo con firmeza.

Él me está analizando, sus ojos mirándome lentamente, pero no de una manera lasciva, sino más bien como si estuviera tratando de evaluarme o