ZAIA

Es el día siguiente.

Después de lo que me enteré de Aran, ayer no pude enfrentarme a Sebastián.

No quería hablar con él y, después de todo, necesitaba un momento para recuperar fuerzas. No quería ir delante de él y derrumbarme.

Así que puse todo de mi parte en preparar su liberación.

No creo en lo que dijo Aran. Me rehúso a creerlo. Simplemente hay algo que no está bien.

Gerard todavía nos quiere separados. Quizás estar juntos ayude a Sebastián.

No puedo renunciar a él.

NO me rendiré con él.

Gerard está en prisión y eso debería darme cierta tranquilidad, pero las palabras de Aran han reforzado esa preocupación aunque no crea en ellas.

Anoche no dormí y por un momento sentí que todo estaba fuera de control.

No me atreví a contarle a nadie lo que Aran me había dicho, porque no podía soportar la semilla de la duda en mi mente.

Ahora estoy en la sala del consejo donde hice un juramento de verdad antes de contarles exactamente lo que pasó con Gerard y con esa declaración, l