—Enzo con cuidado.

Al escuchar la voz suave de Diana con dolor y sentir su cuerpo tembloroso, Enzo de repente siente una punzada de dolor en el corazón.

Si pudiera soportar el dolor por ella, le gustaría aceptar incluso diez veces más fuerte.

Pero la herida está en ella.

Ella está indefensa y él no puede hacer nada.

Enzo aprieta los dientes y dice con suavidad—Te dolera un poco pero trataré de hacerlo rápido.

Incluso si él dice eso...

Cuando él la ayuda a lidiar con la herida, ella se siente mucho más liviana, e incluso sopla suavemente en sus pies para aliviar su dolor.

Gotas de sudor se destacan en la frente de Diana cuando termina de desinfectar, vestir y vendar, Enzo está más tranquilo.

Después de vendar su herida, Enzo la levanta con una manta y la lleva a la cama.

—Descansa ahora.

Enzo pronto entra al baño, mientras toma una ducha fría en el baño, es bastante deprimente.

Casi se ha convertido en monje desde que ella quedó embarazada.

La mujer que ama está ante él con un cuerpo d