Habían trascurrido exactamente varios minutos de juego, ninguno de los parpadeaba o incluso hablaba, si acaso solo era para tomar una carta y cambiarla por otra.—¿Listo para su derrota, milord?—¿Y tú, estas lista, Teodora? — Se aclaró la garganta — ¿Lista para mostrar tus cartas?Entonces los dos al mismo tiempo mostraron sus cartas, solo para descubrir que habían empatado.—Full — comentó Teodora — Es una lástima, ninguno ganó, milord.Pero él negó, no estaba dispuesto a perder.—Entenderás que si hay un empate. Ambos jugadores deben sacar una carta y la que sea mayor gana. — Explicó —¿O piensas perder, así nada más?Teodora arqueó una ceja, ese hombre la estaba retando en toda regla, pero no estaba dispuesta a dejarlo pasar.—Muy bien — asintió — Comienzo yo primero.Y así, ambos tomaron cada uno una carta.—Esta es la definitiva, Teodora.—Milady, por favor. Después de su derrota no le quedara más remedio que hablarme de manera formal.Los dos contaron al mismo tiempo y al llegar
Disculpe milady — dijo él, haciendo una reverencia — El doctor Johnson ha venido a visitarla.Perfecto — respondió con una sonrisa — Mi visita ha llegado. Hágalo pasar Alfred.En cuanto estuvieron solos de nuevo, Carl no fue capaz de reprimir su maldito impulso y la tomó del brazo.¡¿Vas a salir con él?! — era más una exclamación que pregunta.Si — Anastasia asintió con una sonrisa zafándose de sus brazos — Y le tengo un agradecimiento por haber salvado la vida de mi padre y la mía. Lo cual también deberías sentir, ya que si no fuese por él yo estaría muerta y tu carga de conciencia sería muy pesada.El silencio que se hizo entre ellos fue infernal, la tensión muy fácilmente se podía cortar con una navaja y ese duelo de miradas era una que no pensaban perder uno contra el otro.El doctor Johnson, milady.No habían escuchado los pasos que se acercaban a ellos y fue la voz de Alfred que los hizo parpadear, no sabían cuánto tiempo habían estado así.Milady — Henry Johnson hizo una revere
En cuanto Máximo entró al despacho, Arthur ya lo esperaba al otro extremo opuesto del escritorio. Con dos vasos de whisky. Lo miró fijamente avanzar hacia él, peor antes de que tomara asiento, soltó de golpe su pregunta.¿Cuáles son tus intenciones con respecto a mi hermana, Stone?Él esbozó una sonrisa ante esa pregunta demasiado directa. Tomó asiento y antes de responder, se bebió de golpe el trago que le había ofrecido Arthur.Muy directo Adamas — respondió — Pero seré igual de directo que tú — una media sonrisa se escapó de sus labios — Pienso cortejar a tu hermana y casarme con ella ¿Tienes algún inconveniente?Arthur aclaró la garganta y se sirvió otro trago.No soy un vizconde — prosiguió con su comentario — Pero un título de marqués apropiado ¿No crees?Era la primera vez que escuchaba sobre su título, de hecho lo tenía muy bien guardado. En todo Cornwall era una intriga, hasta ahora.Máximo recargó sus brazos en el escritorio y una determinación en su rostro apareció, mirando
¡Carl!Era inconfundible su voz y con el cejo fruncido la vio correr hacía él y no encendía el porqué. Solo podía ver sus ojos cargados de un matiz de miedo y preocupación.Anastasia corrió todo lo rápido que pudieron dar sus piernas, su único objetivo era llegar hasta él y evitar que ese sujeto disparara en contra de Carl. ¿Podría llegar justo a tiempo antes de que dispararan?Antone se quedó parado en la calle sin lograr comprender absolutamente nada, fue encontrones cuando lo vio. Escondido tras unos arbustos y un carruaje se encontraba un sujeto apuntando en dirección hacia Carl, no le pensó dos veces y sacó su arma. Disparó justo al mismo tiempo que él, que la detonación se escuchó como un solo disparo.—Qu…Carl fue presa del pánico, Anastasia se había abalanzado sobre él, interponiendo su cuerpo y la bala. Ambos yacían en el piso y lo único que podía escuchar era. Estaban tendidos en el suelo, ella sobre de él y sólo podía escuchar su respiración acelerada y sus pequeños quejid
—Eso haremos. Buenas noches doctor Johnson.Ambos contemplaron el trayecto del doctor hasta perderse en las sombras de la noche.—Y pensar que es el mejor en el pueblo — comentó Arlen.—Le salvó la vida a tu padre y a Anastasia la ha asistido dos veces. Juzgarlo tú.—Prácticamente dejo entrever que está interesado en mi hermana…Este comentario a Carl le incómodo mucho y Arlen no dejó pasar la oportunidad.—Además, siendo honesto es gallardo.Cielos, ya parecía a Lady Bernarda y sus métodos casamenteros.¿A dónde quieres llegar con todo esto, Arlen?—Piénsalo por un momento. Si anulas el matrimonio con Anastasia, ese doctor podría intentar cortejar la una vez que ella esté soltera. — dijo con astucia.La idea lo hizo arder de pies a cabeza, el simple hecho que él se le acercara le producían unos celos terribles. Pero ya había tomado una decisión y no existía forma alguna de que pudiera cambiar de parecer. Si, le dolería mucho si ese doctor se le acercara.—Mejor iré ver cómo está tu h
Estaba en un campo, el día era soleado y podía escucharse los pajarillo cantar y a lo lejos el sonido del mar. Era el día perfecto para salir de paseo. Pero el cielo soleado comenzaba a ser remplazado por unas nubes negras que oscurecían a su paso todo. Fue cuando sintió una extraña sensación de ser observada por algo.Algo le decía que miraba hacia atrás y cuando lo hizo, solo fue testigo de cómo una sombra se devoraba todo a su alrededor e iba por ella. Sin nada más que hacer y muerta de miedo fue cuando comenzó a correr. El cielo nublado amenazaba con dejar soltar una torrencial y violenta lluvia y al escuchar el sonido de los truenos fue ahí donde se despertó.Era solo un sueño.¿Dónde estaba?Se sentía mareada y un dolor que le quemo hasta las entrañas se hizo presente en el hombro. Entonces fue capaz de recordar todo, recordaba cómo fue corriendo hacía Carl, para evitar que fuera alcanzado por esa bala y como el impacto había dado en su antebrazo.¿Se encontraba él bien?Sólo po
Se incorporó rápidamente solo para ver como la mujer sacaba la daga del colchón y avanzaba muy lentamente hacia ella, con una media sonrisa en los labios. Ella también lo hizo, hasta topar de espaldas con la mesa de centro que había en la habitación, y ahí permanecía de pie, vigilando cada movimiento de Amara. Debía llegar hacía la salida y pedir ayuda, advertir a Carl de su presencia, pero antes tendría que mover a esa mujer que se interponía en el camino.Amara pareció leer sus pensamientos y negó.—No cariño — chasqueó la lengua entre los dientes — Tú no saldrás viva de esta habitación.—Será mejor que te quites, de lo contrario pienso gritar y todos vendrán en mi búsqueda.Ese comentario hizo arrancar una sonrisa en Amara.—Yo en tu lugar no haría eso — avanzó un paso hacia Anastasia — Veras, él tiene una grata visita haya abajo — comenzó a explicar — Y si alarmas a todos en la casa, bueno…— ella se encogió de hombros — Esa visita tendrá que matar a tu amado esposo. Piensa un poco
—Cuidado con ella.Anastasio no comprendió el significado de esas tres palabras hasta que escuchó un impacto contra la ventana, haciendo que miles de fragmentos de cristales cayeran sobre el suelo.Delante de él se alzaba orgullosa Deisy, el gran danés. Estaba en guardia sin dejar de gruñir y mostrar sus filosos dientes.Anteponía su cuerpo para defender a su amo de aquel invitado no grato.—También me desharé de ti — prometió Anastasio.—Será mejor que no la subestimes — dijo de lo más calmado Carl, sin perder de vista a Anastasio y mucho menos a Anastasia — Deisy es más que lista y sabe la calaña que eres.¿Vas a decirle que me ataque? — Preguntó irónico — No le tengo miedo.Deisy inclinó su largo cuerpo y tal pareciera como si estuviese a punto de abalanzarse sobre él. Dispuesta a atacarlo si intentaba algo en contra de su amo.Carl no sabía por qué ella actuaba así, probablemente era cierto que percibía las malas intenciones de Anastasio. Los animales eran muy intuitivos y a pesar