Me deje llevar con Lili y Elías a su casa, sentía que toda mi paz colapsaba, estaba preocupada por mi hermana, Kindi, los chicos, incluso de Lili quien decía que si yo iba ella iba; ya había perdido a muchas personas, jamás le podría decir a Lili que la consideraba más que una amiga, sabía que eso sería ponerla en peligro, perdí a grandes amigas y a mi mejor amiga quien era mi madre.
Me sentía en la oscuridad a un punto que yo misma me decía: lo mataré, pero me lo llevaré conmigo al infierno, me llevaré a cuantos pueda conmigo.
Me alce y me di un largo baño, mientras calmaba mi cuerpo analizaba con cabeza fría, desde cada punto estratégico, desde donde podía estar Kindi hasta si Esteban estaba con el, sabía que Esteban jugaba sucio, pero algunas veces accedía en ir a dicho edificio y ver el espectáculo.
Mientras tomaba el baño meditaba y calmaba mi cuerpo como si aún estuviera en depresión, y no a punt
Me preocupaba ver a Andrea tan recaída, siempre era enérgica y optimista y al apenas verla así muchas dudas vinieron a mi mente, aunque no extrañaba ese juego por parte de el, lo había hecho en el pasado con alguien importante para mi y verla a ella así me hervía la sangre, me calme mentalmente y entre Liliana y yo la vigilamos, Liliana le dejó ropa limpia y yo quise ayudar en la cocina y hacer un rico caldo para calmarnos los 3, aunque no se notará Liliana estaba que se derrumbaba. Le di ánimos a Liliana y le dije que si ella estaba tranquila Andrea lograría reaccionar, la vi sonreír y asentir con la cabeza, si Andrea veía a Liliana triste eso sería caer en una oscuridad insuperable, mientras la veía venir y sentarse en la mesa intuía que algo no andaba bien, fingí no darme cuenta de nada y hacer de vista gorda entre comillas, note sus ojos más oscuros y mostrar una sonrisa muy distinta a la usual. Al verla irse a la recáma
Verlo determinado y sin dar su brazo a torcer me dio más ánimos y en parte pude calmar mis demonios, el trato era ir los 2 y avisarles a los chicos, eso me incomodaba pero accedí, no podía negar que necesitaba que alguien nos cuidara las espaldas. La mansión Fertuchini era nuestro punto de encuentro, lógicamente llegar allí y ver que eran a más custodiado que el castillo de la bella durmiente era asombroso, la oscuridad de las nubes tapando la luna era algo increíble, sentía que hasta un poder misterioso me ayudaba con cumplir mi venganza. Al apenas bajar el muro con sumo cuidado empecé mi cacería, los que no conocía los desmayaria y las caras familiares los mataba con una técnica prohibida, claramente mi descuido fue evidente y cuando abrí el gran portón fue que caí en cuenta, los mejores hombres estaban en espiral y en todo el centro como una ave enjaulados estaba Kindi, atado de pies y manos, no necesite forzar la vista para
Accedo en ser una Reina fuera de clase y de lo común, mi mejor amigo había recuperado la conciencia y gritaba porque nos fuéramos, Elías estaba hecho un león por querer protegerme y ver un plan de como atacar, pero no negaré que al ver la cara de Héctor frente a mi me hacía hervir la sangre, mi gesto era más que serio, me alce y me coloque al lado de Elías y en tono serio dije Andrea: no te parece que tenemos mucho público sólo para una batalla de tres, porque no mandas estos trastes a casa y peleamos tu y yo como es debido. Mi efecto de incomodarlos iba funcionando, los guardias se enojaron e intentaron atacarme, me apoye en Elías y de algunas patadas mande a volar a algunos, de algo de momento había salido genial, además que Elías conocía mi peso y como sabía que el siempre entrenaba me fue más fácil confiar en el, creyendo que aún estaba a mi lado Elías se abalanzó contra Héctor, quise detenerlo al no sentirlo a mi lado p
Acorde con Andrea en ir juntos porque sabía que iría si o si, le deje una nota a Liliana para que cuando saliera supiera que volveríamos y estuviera con el teléfono pendiente, luego de preparar todo active el GPS mío y le envié la dirección a al mansión donde estaría Kindi capturado, Enrique quedó en estar atento y que tuviera cuidado. Al ver la ropa de Andrea con un rosa pálido me hizo admirar la, sabía que era ropa de Liliana pero aún así le quedaba genial, yo vestí todo deportivo negro, no me gustaba usar ropa que me incomodara, prefería moverme libremente y creo que a ella le pasaba igual, al apenas llegar mire la zona con cuidado, aproveché la luz de la luna para memorizar todo y apenas se ocultaba supe que era mi señal. La luna se volvió nuestro cómplice y con dicho golpe desmaye a más de uno, confiado seguí unos pasos hasta encontrarme 2 hombres, uno no lo conocía de nada y el otro al detallarlo mejor supe que era Jos
Ver todo lo que había hecho junto a mi por Kindi y dicho abrazo me había hecho sonrojar pero no podía dejarme llevar, no quería lastimar a más nadie, Héctor me había lastimado hace años de muchas maneras, ninguna fue física pero aprendió muy rápido en como herirme con cosas que podían doler. Lo malo de dar tu confianza más allá del 100% es mostrarle tus punto más vulnerables, le había mostrado mi talón de Aquiles, caí en una depresión muy grande e inclusive me sentí en un agujero son fondo, seguí consejos positivos y me fui a un grupo de ayuda, dicha terapia me ayudó, eso había pensado por mas de 8 años hasta que lo volví a ver frente a mi. Heridas que creí sanadas aún estaban abiertas y votaban sangre, me paralice al verlo, sentía un enorme enojo dentro de mi y estaba en un gran conflicto, llame a mi profesor más por apoyo que por más clases, no necesitaba verme para intuir que algo ocurría, me tomé una ducha caliente, nece
Ya habían pasado varias semanas desde el incidente, después de las palabras que me dijo y dicho beso me dejó muy en las nubes, admito que tenía interés en el, pero a su vez tenía miedo del que pasaría si llegáramos a tener una relación, Esteban y Héctor nos vigilaban y sabía que dar un paso a mi felicidad sería un paso a hacerlo sufrir. Supe lo que Héctor le hizo aún sin ser nada más allá que amigos, pero Marcela tenía razón en que no podía seguir así para siempre, Elías tampoco era un niño y sabía lo mismo que yo sabía o un poco más, mi profesor había llegado a los días y vio lo que enseñe a Lili, le asombró que no le enseñará las leyes de las técnicas prohibidas y que ella misma al vernos entrenar a Elías y a mi saca su propio estilo y una técnica algo peligrosa. Mi profesor era de una mezcla hermosa de China con Japonés, su nombre era Touya Li, no negaré que me encantaba su apellido, pero si le decía el porque tal vez se enojar
El profesor Touya accedió en quedarse unos días y enseñar a la banda a varios tipos de pelea, Lili tubo que pedir a sus hombres de que nos echaran una mano con las calles, siguieron mis consejos y los de Kindi para no aparentar de ser personas de dinero, de igual manera los chicos vendrían en grupo, así les enseñarían a ellos, sentí que le pedía de más pero entendía que ella lo hacía porque quería. Yo aún estaba centrada en mi mundo interno sobre Elías y yo, lo que había dicho el profesor me había dejado comiendo la cabeza, entrenaba con el por unas cuantas razones, primera Lili estaría ratos ausente paseando por mi calle y visitando los chicos, segundo, Kindi estaría centrado con el profesor por 2 ejercicios, uno con su pierna y otro de defensa y tres porque quería probar la teoría de Touya. Cuando hay una conexión más allá de atracción física está la espiritual, en esta es más allá de mariposas en el estómago o verlo todo
Luego de lo ocurrido con aquel abrazo y beso, además de contarle la verdad pude entender que no solo me creía y comprendía, no me quiso contar muchas cosas Andrea y preferí tampoco urgar pues se que aún habían heridas. El profesor Touya solo me pedía tiempo y me explico que Andrea no sé perdonaba a sí misma por haber sido débil en esa época, no podía negar que me incomodaba que Hector hubiera tenido algo con ella, pero admito que tenía unos celos enormes, preferí ir al gimnasio antes que decir algo loco. Verla a ella ya con su lindo color de piel blanco bronceado y esos labios rosados, me calmaba porque sabía que ya estaba mejor, cuando me dijo que quería hacer bailoterapia me extrañe un poco y alce una ceja, pero oírle decir Andrea: venga, confía en mí. Sonreí por ello y accedí, primero fue música algo suave, luego subía el ritmo, verla improvisar como si estuviéramos peleando y ver mis