"Te he dado una oportunidad". Una voz fría vino desde atrás. Ben Cole, que había sido muy arrogante momentos antes, se estremeció.

Se dio la vuelta, frenéticamente. Por el rabillo del ojo, pudo ver que varios de sus hombres yacían inmóviles en el suelo.

"Sr. Yerno Residente, ¿qué quieres hacer? Si me provocas, la familia Zimmer estará acabada, empezando por ti". Ben estaba aterrorizado. Sin embargo, todavía era un pandillero. Aunque se enfrentaba a una situación inesperadamente dura, todavía se aferraba a su orgullo.

"Dime, ¿quién te pidió que vinieras?", preguntó Harvey con frialdad.

“¡Je! ¡No mereces saberlo!".

Harvey asintió y aumentó la fuerza en su agarre.

Ben sintió como si una cuerda estuviera envuelta alrededor de su cuello, apretándose constantemente, lo que le dificultaba la respiración.

El pánico entró en sus ojos.

Ahora comprendió que este yerno residente era una persona despiadada. Si todavía se atrevía a perder el tiempo, entonces realmente podría morir en el pró