Harvey siguió avanzando con el rostro inexpresivo mientras saltaba lejos de la lluvia de balas en el momento más crucial. Su habilidad aterrorizaba a Dom.

Dom se retiró hacia atrás, mientras apretaba frenéticamente el gatillo sin tener en cuenta la técnica o la puntería. De repente, un fuerte ruido sonó en sus oídos y se dio cuenta de que el arma de fuego estaba completamente atascada.

El rostro de Dom perdió todo color. Sabía que había perdido la mejor oportunidad de matar a Harvey.

Harvey aprovechó este momento para lanzar su puñetazo a la cara de Dom.

Cuando el golpe de Harvey se acercó a Dom, Dom pudo sentir una feroz intención asesina dirigida hacia él.

Era como si el golpe fuera lo único que existiera en este mundo, evitando que el asesino número uno de Nanyang lo evadiera.

Solo podía levantar instintivamente su arma de fuego para detener el ataque de Harvey.

¡Bam!

Harvey no disminuyó la velocidad de su golpe, que aterrizó justo en el arma de fuego.

El cuerpo de Dom tembló por el