Antes de que el líder de los Monjes Demoníacos pudiera volver a sus sentidos, Harvey York corrió hacia adelante y movió su palma hacia adelante.

El Monje Demoníaco gritó furiosamente, pero no tuvo ninguna posibilidad de esquivar el ataque de Harvey. Ni siquiera tuvo tiempo de levantar su bastón en ese momento. Todo lo que pudo hacer fue lanzar su puño derecho frente a él.

¡Bam!

Los dos ataques emitieron chispas después de chocar, como si dos martillos hubieran chocado entre sí. En ese momento, se escuchó un sonido profundo y nítido.

¡Crack!

Junto con los sonidos de los huesos rompiéndose, la expresión del Monje Demoníaco cambió frenéticamente. Inmediatamente arrojó el bastón a un lado y comenzó a atacar con ambas manos, tratando de bloquear el poder de las bofetadas de Harvey.

¡Paf, paf, paf!

Se escuchó una serie de golpes, pero no fueron efectivos en absoluto. Las bofetadas de Harvey eran interminables, como si ya se hubiera fijado en la cara del Monje Demoníaco tan pronto como