Harvey entró en el salón. Dentro había muchas damas llenas de joyas y hombres vestidos con costosos trajes de cuero hechos a medida. Todos se comportaban como ricos.

Simon y Xynthia estaban escondidos en la esquina de una habitación, se veían muy agotados.

Lucie y su hijo, por otro lado, estaban en una interminable pelea de gritos con los furiosos dueños de los coches.

"¡Paguen! ¡Denos el dinero ahora mismo!”.

“¡¿Y qué si vives en una villa de la Colina Fragante?! ¡¿Creen que pueden conducir hasta el lugar de estacionamiento de la villa real y chocar contra nuestros coches?!”.

"¡Será mejor que paguen ahora mismo!".

“¡No me importa quiénes sean! ¡Si no pagan ahora mismo, llamaré a la policía!”.

Después de escuchar el caos por un rato, Harvey llegó a entender la situación actual. Era un hecho conocido que todas las villas de la Colina Fragante tenían garajes independientes. Como Nicolas no había estado aquí antes, no lo sabía.

Entonces, terminó estacionando el Toyota Alphard en