“¡Perdimos! ¡Todos hemos perdido!".

"¡Se acabó! ¡Estamos acabados!".

"Qué debemos hacer ahora. ¡¿Cuarto Amo?!".

Muchos de los familiares de los Yates se derrumbaron instantáneamente al ver la escena que tenían ante ellos.

Los que tenían cierto estatus en las calles estaban especialmente aterrorizados y temblaban de miedo mientras veían a sus subordinados ser arrojados al suelo como perros muertos.

Se asustaron aún más cuando vieron a los sargentos del Cuerpo de los Dragones Marinos, que se acercaban gradualmente desde todas las direcciones.

Solo había veinte Guardias Dragón.

El Cuerpo de los Dragones Marinos eran pocos en número, con solo quinientos de ellos.

¡Sin embargo, unos meros quinientos veinte hombres ya habían matado a trece mil de ellos!

¡Qué aterradoras eran estas personas!

A estas alturas, el Cuarto Amo Yates estaba bastante devastado.

Cientos de soldados considerablemente armados aparecieron en el cementerio desde la montaña trasera.

El líder era un hombre de r