Un sudor frío goteaba por la cara del Tercer Amo Yates. En ese momento, él no estaba seguro de qué expresión hacer.

Su propia carta de triunfo era una broma delante de este hombre.

Cualquier cosa que dijera, solo lo avergonzaría a sí mismo.

Justo cuando su mayordomo detrás de él escuchó que Harvey era en realidad el Jefe Instructor y el mismo Príncipe York, su mayordomo dejó escapar un grito horrible y se arrodilló en el suelo con un fuerte golpe, e instantáneamente se postró ante él.

¡Él realmente conspiró contra la propia esposa del Jefe Instructor! Este era un pecado del que nunca podría escapar.

“¡Jefe… Jefe Instructor! ¡Estaba ciego ante ese hecho antes! ¡Por favor, deme otra oportunidad, me aseguraré de hacer todo lo que me pida y lo trataré bien!".

El Tercer Amo Yates tenía una expresión horrible en su rostro, pero entendía sus límites. Se rindió en el momento en que supo la identidad de Harvey.

Harvey se rio entre dientes.

“Tercer Amo, eres un profesional que ha vencid