En un intento por calmar su inexplicable ira, Anna dirigió su atención al hombre junto a Basil, el cual, revisaba el contenido de una carpeta. Cuando este levantó su cabeza para decirle algo a su alfa, Anna notó que era la viva imagen de Lysander, tenía el mismo cabello plateado y alborotado y sus ojos tenían un bonito y brillante color dorado. –Volviendo a lo que nos contabas, Caden –dijo Alastor tras aclararse la garganta –Nos contabas que tu hermano por fin aceptó el puesto de beta – –Es correcto Alastor –dijo Caden –Cuando fui desterrado por Rinaldi, Desmond renegó de mí, gracias a eso, pudo quedarse en la manada y ganarse la confianza de mucha gente, lo que facilitó las cosas para que me aceptaran como su alfa después de que maté al padre de Lucía –contó con lo que a Anna le pareció tristeza en la voz –No es que lo juzgue alfa Caden –dijo Iva llamando su atención –Hasta cierto punto puedo entender que lo haya hecho, pero ¿realmente era necesario matar al antiguo alfa Rinaldi? –
Tras las palabras de Basil, el lugar se quedó en completo silencio. Iva y Alastor intercambiaron miradas preocupadas antes de que ambos dirigieran su atención hacia Alina, quien dio un respingo cuando Dante colocó su mano sobre su hombro. –Cuéntales lo que pasó ese día…– Alina asintió, sin embargo, antes de que la joven digiera una sola palabra, alguien llamó a la puerta. –Adelante –dijo Alastor con voz queda Tras su permiso, la puerta se abrió y Anna entró con una bandeja en las manos, la cual, se apresuró a dejar frente a Alina, quien levantó la mirada en su dirección. –Me pareció que no te encontrabas bien, espero que esto te ayude…–dijo Anna, quien al notar que Dante había vuelto a sujetar la mano de la chica, se dirigió a su lugar sin esperar ningún tipo de respuesta con Gino detrás de ella Tras observar el contenido de la bandeja, un vaso de agua, dos aspirinas y varios pañuelos, Alina inclinó la cabeza –Muchas gracias, señorita Anna –dijo la joven antes de tomar las aspir
Con un suspiro frustrado, Dante dirigió su mirada hacia Anna, quien en ese momento parecía indignada. –Pero papá, son cuatro manadas muy poderosas ¿cómo es que no han dado con una solución? –preguntó la joven con el ceño ligeramente arrugado –Yo sugerí muchas veces la creación de un pueblo anexo a Luna Azul y Loto de Luna –intervino Dante –Al ser los territorios más grandes, podríamos dirigir un pequeño pueblo con negocios y escuelas en los límites de ambos, eso ayudaría a los renegados que viven en Wolfsong, y a los más jóvenes de nuestras manadas e incluso, a los de Luna Turquesa y Luna Nueva– –Además, el pueblo estaría bajo la protección de ambas manadas, es una gran idea –dijo Anna entusiasmada –¿Algo así podría funcionar papá? – –Hay muchos puntos a considerar, pero, sí, es factible, dado a que se encontraría en los límites de ambos territorios – –Por la diosa, ¿no se sienten obsoletos? –preguntó Enzo –A este paso, sería mejor que salieran de la sala y los dejaran trabajar a
Al escucharla llamarla, “su Luna”, Dante sintió un cosquilleo en su estómago.“Aún no sé si deberías llamarla as픓Dante, podré haber estado en mi mundo hace rato, pero escuché todo lo que dijiste, y estoy completamente segura de que es ella, uno no puede equivocarse con eso, confía en Damon”Tras cortar el enlace, Dante se acercó a ella y presionó su hombro con suavidad, por su parte, Alina le dedicó una cálida sonrisa y le hizo un gesto con la cabeza para que se fuera, por lo que, sin perder tiempo, Dante volvió sobre sus pasos para alcanzar a Anna.Sin problemas, el joven detectó el dulce y perfecto aroma a moras que, si bien estaba teñido por el del acónito, para él, el dulce aroma resaltaba y le hacía agua la boca, lo cual, le pareció gracioso, pues él, no soportaba las cosas dulces, sin embargo, por ella, estaba dispuesto a comerse un pastel entero él sólo.Cuando llegó a la sala de descanso, pudo ver que Anna había salido a la terraza y se había sentado en el piso, tenía su es
–Tú también te pondrías histérico si tuvieras una hermana que tiene una obsesión por tomar tus cosas sin pedírtelas primero –gruñó Dante –Que yo recuerde, Ari nunca fue así –agregó sólo para hacer reír a Gino–No sabía que se llevaban tan bien –dijo Anna, quien también rio, al parecer, no era la única que sufría del mal hábito de su amiga–Es normal uvita, como dijo hace un rato, crecimos juntos, es sólo que, frente a otros alfas, hay que mantener las apariencias ––¿La llamaste uvita? –preguntó Dante sonriendo–Ah, me encantaría contarte la historia, créeme –dijo Gino riendo cuando Anna lo empujó –Pero justo ahora llevo algo de prisa, ¿podrían salir por atrás? Voy a cerrar la casa –Tras acceder, Anna y Dante se apresuraron a salir por la sala de descanso, donde Anna se quedó junto a la puerta y Dante bajó de la terraza para dirigirse al bosque.–¿Recuerdas el nombre de mi lobo? –le preguntó Dante–Sí, Damon –respondió Anna tratando de ocultar su emoción–Correcto –dijo él con una son
Al ver que él que estaba detrás de ella, era Giotto y no Gino, Anna frunció el ceño, mientras que el lobo, inclinaba la cabeza de un lado a otro, reflejando su misma confusión. –¿Gino? –lo llamó Anna acercándose a él “¿Acaso nos escuchó?” –gruñó Giotto levantando la cabeza en dirección de Anna “Imposible…”–dijo la queda voz de Gino “Se lo dijiste a través del vínculo, pude sentirlo…” “Bueno, sí, lo intenté, pero ella no debería escucharnos, no todavía, Amara debe renovar sus lazos con la manada para que eso suceda ¿no?” “Técnicamente sí, si ella fuera una loba común” “Buen punto…” –Giotto, acaso…– Anna quería preguntar si Gino podía hablar con ella, sin embargo, los gestos confundidos del lobo le habían hecho entender que tampoco sabía que era lo que había pasado, además, Damon la había seguido y había comenzado a tirar de su suéter con suavidad. –Un segundo Damon, cerraré la puerta y traeré sus cosas –dijo Anna antes de correr de vuelta a la sala de descanso para recoger la
–Sí –murmuró Anna –Aquí está tu teléfono – Al extendérselo, tuvo la oportunidad de observar su ropa más detalladamente, por lo que su mandíbula, casi cae al suelo al notar que ahora llevaban colores similares. “Genial, creerá que le copiamos” –gruñó Amara Dante vestía un pantalón de vestir recto de color beige, mientras que su camisa, era de color negro al igual que sus elegantes zapatos. –Te lo agradezco –dijo Dante metiendo su teléfono en el bolsillo de su pantalón –¿Bajamos? La Luna Iva debe de estar por llegar – Anna asintió y lo guio fuera de su habitación hasta las escaleras, donde, a medio camino, la puerta principal se abrió bruscamente. –¡Mamá! –exclamó Anna apresurándose hacia ella –Oh, mi niña, gracias a la diosa –dijo Iva apretándola fuertemente –¿Estás bien? ¿No te hicieron daño? – –Creo que me estás haciendo más daño tú –dijo Anna jadeando, pues con el fuerte abrazo, Iva había logrado sacarle el aire –Venga Iva, déjala respirar –dijo Basil, quien cerró la puerta
Con un triste suspiro, Gino clavó su mirada en los hermanos Moretti, y al ver como Anna sonreía, él mismo no pudo evitar hacerlo. Si bien la joven intentaba apaciguar el enojo de Ares, ella no podía evitar soltar una risita con cada palabra enfurruñada que el niño decía, pues este, era una mini copia de su padre, por lo que verlo hacer pucheros, resultaba muy gracioso, pues era como ver al alfa haciendo esos gestos. –¿Y qué les dijiste cuándo no te creyeron? –le preguntó Anna a Ares, quien se aferraba al cuello de su hermana, pues esta, lo había cargado en sus brazos –Nada –dijo Ares con un pequeño gruñido, el cual, enterneció a Anna –Byron me dijo que, si papá no había dicho nada aún, yo tampoco debía hacerlo, dijo que seguramente papá estaba planeando algo para tu cumpleaños – –Y así es –le dijo Anna en un susurro –Papá y mamá están planeando mi fiesta de cumpleaños, así que ese día, los sorprenderemos a todos – –¿Enserio? –preguntó Ares con entusiasmo –Sí, se arrepentirán por n