Querido lector: ¿Qué crees que Dante quería pedirle a Anna? Espero que estés disfrutando la lectura, por favor, no olvides dejarme tu like y tu comentario, pues me encantaría saber tu opinión. Muchas gracias por tu apoyo ❤️
Al escucharla llamarla, “su Luna”, Dante sintió un cosquilleo en su estómago.“Aún no sé si deberías llamarla as픓Dante, podré haber estado en mi mundo hace rato, pero escuché todo lo que dijiste, y estoy completamente segura de que es ella, uno no puede equivocarse con eso, confía en Damon”Tras cortar el enlace, Dante se acercó a ella y presionó su hombro con suavidad, por su parte, Alina le dedicó una cálida sonrisa y le hizo un gesto con la cabeza para que se fuera, por lo que, sin perder tiempo, Dante volvió sobre sus pasos para alcanzar a Anna.Sin problemas, el joven detectó el dulce y perfecto aroma a moras que, si bien estaba teñido por el del acónito, para él, el dulce aroma resaltaba y le hacía agua la boca, lo cual, le pareció gracioso, pues él, no soportaba las cosas dulces, sin embargo, por ella, estaba dispuesto a comerse un pastel entero él sólo.Cuando llegó a la sala de descanso, pudo ver que Anna había salido a la terraza y se había sentado en el piso, tenía su es
–Tú también te pondrías histérico si tuvieras una hermana que tiene una obsesión por tomar tus cosas sin pedírtelas primero –gruñó Dante –Que yo recuerde, Ari nunca fue así –agregó sólo para hacer reír a Gino–No sabía que se llevaban tan bien –dijo Anna, quien también rio, al parecer, no era la única que sufría del mal hábito de su amiga–Es normal uvita, como dijo hace un rato, crecimos juntos, es sólo que, frente a otros alfas, hay que mantener las apariencias ––¿La llamaste uvita? –preguntó Dante sonriendo–Ah, me encantaría contarte la historia, créeme –dijo Gino riendo cuando Anna lo empujó –Pero justo ahora llevo algo de prisa, ¿podrían salir por atrás? Voy a cerrar la casa –Tras acceder, Anna y Dante se apresuraron a salir por la sala de descanso, donde Anna se quedó junto a la puerta y Dante bajó de la terraza para dirigirse al bosque.–¿Recuerdas el nombre de mi lobo? –le preguntó Dante–Sí, Damon –respondió Anna tratando de ocultar su emoción–Correcto –dijo él con una son
Al ver que él que estaba detrás de ella, era Giotto y no Gino, Anna frunció el ceño, mientras que el lobo, inclinaba la cabeza de un lado a otro, reflejando su misma confusión. –¿Gino? –lo llamó Anna acercándose a él “¿Acaso nos escuchó?” –gruñó Giotto levantando la cabeza en dirección de Anna “Imposible…”–dijo la queda voz de Gino “Se lo dijiste a través del vínculo, pude sentirlo…” “Bueno, sí, lo intenté, pero ella no debería escucharnos, no todavía, Amara debe renovar sus lazos con la manada para que eso suceda ¿no?” “Técnicamente sí, si ella fuera una loba común” “Buen punto…” –Giotto, acaso…– Anna quería preguntar si Gino podía hablar con ella, sin embargo, los gestos confundidos del lobo le habían hecho entender que tampoco sabía que era lo que había pasado, además, Damon la había seguido y había comenzado a tirar de su suéter con suavidad. –Un segundo Damon, cerraré la puerta y traeré sus cosas –dijo Anna antes de correr de vuelta a la sala de descanso para recoger la
–Sí –murmuró Anna –Aquí está tu teléfono – Al extendérselo, tuvo la oportunidad de observar su ropa más detalladamente, por lo que su mandíbula, casi cae al suelo al notar que ahora llevaban colores similares. “Genial, creerá que le copiamos” –gruñó Amara Dante vestía un pantalón de vestir recto de color beige, mientras que su camisa, era de color negro al igual que sus elegantes zapatos. –Te lo agradezco –dijo Dante metiendo su teléfono en el bolsillo de su pantalón –¿Bajamos? La Luna Iva debe de estar por llegar – Anna asintió y lo guio fuera de su habitación hasta las escaleras, donde, a medio camino, la puerta principal se abrió bruscamente. –¡Mamá! –exclamó Anna apresurándose hacia ella –Oh, mi niña, gracias a la diosa –dijo Iva apretándola fuertemente –¿Estás bien? ¿No te hicieron daño? – –Creo que me estás haciendo más daño tú –dijo Anna jadeando, pues con el fuerte abrazo, Iva había logrado sacarle el aire –Venga Iva, déjala respirar –dijo Basil, quien cerró la puerta
Con un triste suspiro, Gino clavó su mirada en los hermanos Moretti, y al ver como Anna sonreía, él mismo no pudo evitar hacerlo. Si bien la joven intentaba apaciguar el enojo de Ares, ella no podía evitar soltar una risita con cada palabra enfurruñada que el niño decía, pues este, era una mini copia de su padre, por lo que verlo hacer pucheros, resultaba muy gracioso, pues era como ver al alfa haciendo esos gestos. –¿Y qué les dijiste cuándo no te creyeron? –le preguntó Anna a Ares, quien se aferraba al cuello de su hermana, pues esta, lo había cargado en sus brazos –Nada –dijo Ares con un pequeño gruñido, el cual, enterneció a Anna –Byron me dijo que, si papá no había dicho nada aún, yo tampoco debía hacerlo, dijo que seguramente papá estaba planeando algo para tu cumpleaños – –Y así es –le dijo Anna en un susurro –Papá y mamá están planeando mi fiesta de cumpleaños, así que ese día, los sorprenderemos a todos – –¿Enserio? –preguntó Ares con entusiasmo –Sí, se arrepentirán por n
–No tengo ni idea de por dónde empezar, mi día ha sido una locura desde que desperté esta mañana –dijo Anna, quien estaba lavando los platos –Empieza por hablarnos sobre Amara –dijo Egan, quien era el encargado de guardar los platos que su hermana le pasaba –¿No se supone que estaba inactiva? – –Eso se pensaba, o al menos, eso era lo que papá quería que pensaran todos –dijo Anna con un suspiro –Sin embargo, Gino, quien siempre se mantuvo cerca de mí, se dio cuenta de que ella siempre había estado conmigo – –Vale, ahora entiendo porque nunca regresó a Loto de Luna –dijo Elizabeth arrugando el ceño ligeramente –Tiene sentido, quería estar cerca de su alfa –dijo Egan –Está en la naturaleza de los betas querer estar cerca de sus alfas –le explicó a Anna, quien había dejado de lavar los platos para observarlo –Al menos eso me dijo Lysander –agregó encogiéndose de hombros –Y por si te preguntas cómo sabemos lo de Gino, es porque él estuvo viviendo con nosotros junto con la Luna Iva y el
Sin decir nada, Alastor cerró los ojos y continuó girando su silla. Lo que estaba planeando era una locura, sin embargo, ya no podía seguir así, su pasado había comenzado a alcanzar a gente de otras manadas y ahora, también a los humanos que vivían en la ciudad que tanto amaba, si quería protegerlos, tenía que hacer las paces con su pasado, o mejor aún, tenía que enterrarlo definitivamente. –Basil –dijo Alastor finalmente –Tú conoces mi historia mejor que nadie, sabes lo que he vivido y conoces mi pasado mejor que nadie, sin embargo, hay algo que ni tu ni yo sabemos…–dijo al tiempo que se incorporaba para poder verlo a los ojos –El motivo por el que te hicieron todo eso…–dijo Basil con cautela, pues comenzaba a sospechar el rumbo que tomaría la conversación –Vuelves a tener esa idea de querer ir a Arcadia…– –Sí, y ya no es sólo una idea, tengo que volver…–dijo sosteniendo la mirada preocupada del hombre –Creo que ya se ha perdido suficiente, y te puedo asegurar, que no perderé a mi
Con sigilo, Alastor le indicó que se alejara de la puerta para poder cerrarla, al hacerlo, ambos se acercaron a la que era la habitación de Anna. –Pequeña, si hay algo que debes saber de mí, es que yo no confío en nadie –dijo Alastor en voz baja –Obviamente, hay muy claras excepciones –dijo sonriéndole al ver como ella fruncía el ceño ofendida –Pero entenderás que gracias a todo lo que he vivido, no me es fácil confiar en las personas, sobre todo, cuando pretenden acercarse a mi familia – –Entonces, ¿el alfa tenía razón? ¿Aceptaste firmar la alianza sólo porque el señor Basil lo consideró? – –Sí, confío en Basil y en su juicio ciegamente – –Lo entiendo –murmuró Anna, quien ahora tenía un semblante pensativo –¿Estás molesta conmigo? – –¿Por qué lo estaría papá? – –Por alejarte, por debilitar a tu loba, por no traerte cuando era seguro, elige el motivo que más te guste…– Anna, al ver el semblante angustiado de su padre, se apresuró a refugiarse en sus brazos. –No papá, no estoy