Con el humor renovado, Alastor volvió a su lugar y tras tomar otro sorbo de agua, intentó seguir relatando su historia, sin embargo, los jóvenes continuaron con sus preguntas, lo cual no le sorprendió en absoluto, ellos eran así por naturaleza, mientras que los adultos, sólo se limitaban a escucharlo.
–Señor, si me permite preguntar, ¿Por qué se refugió en el pueblo de Wolfsong? Quiero decir, esta ciudad, siempre ha estado rodeada por cuatro manadas –preguntó Lysander con curiosidad tras haberse sonado la nariz ruidosamente
–Eso deberías saberlo bien, joven beta –dijo Alastor sonriéndole –Basil siempre ha sido precavido, además, es un hombre que sabe sacar provecho de las oportunidades que se le presentan –dijo riendo –Terminé en Wolfsong porque él estaba en negociaciones con el antiguo alfa Adriano Moretti, así
Tras citar las palabras de David, Alastor sintió como la bilis comenzaba a subir por su garganta, recordaba esa noche a tal grado que aún podía sentir como la ira, el miedo y la impotencia le destrozaban el alma.–Sus palabras me enfurecieron, así que maté a David con mis propias manos apenas y terminó de hablar –dijo Alastor sentándose nuevamente en el sillón –Me sentía un fracaso, y sin duda, terriblemente culpable, la gente que había confiado en mí había muerto, y, si yo no volvía, mucha más gente inocente moriría, la manada estaba en un estado tan terrible que no soportaría otro ataque de los hombres de mi tío, mucho menos, si había logrado convencer a salvajes, pero, cuando estaba a punto de renunciar a todo, el alfa Basil acudió nuevamente a mi rescate –dijo sonriendo ligeramente antes de clavar sus ojos en Dante &n
Extrañado por la pregunta del joven alfa, Alastor lo observó con curiosidad, al parecer, algo había cambiado nuevamente en él, y podía notarlo porque conocía a Dante desde que era cachorro, incluso, en ocasiones, él solía llamarlo tío Siempre había sido un niño muy curioso, risueño y amable con todos los miembros de ambas manadas, pues desde muy pequeño, Basil lo llevaba de aquí para allá como el orgulloso padre que era. Cuando Damon despertó a los dieciséis años, Dante cambió de actitud, se mostraba apático y su actitud curiosa había desaparecido casi por completo. Con el pasar del tiempo, habían descubierto que eso era porque el lobo sólo estaba interesado en dos cosas, en ser un buen alfa y en encontrar a su compañera, de ahí en más, apenas y sentía interés en otras cosas. Sin embargo, ahí estaba nuevamente, mostrándose curioso por algo que no tenía nada que ver con sus objetivos. –Es una historia complicada… –dijo Alastor pasando una de sus manos por su cabello –¿Le importaría
Mientras tanto, en la camioneta Benedetti, la historia de Alastor, seguía rondando por la cabeza de todos y de cada uno de los pasajeros que volvían a su respectivo territorio, sin embargo, tras un largo silencio, Elizabeth habló.–Hermano ¿Tú no tenías idea de nada? –preguntó la joven –Tú solías visitar mucho el territorio del alfa en aquella época, tuviste que haber visto u oído algo ––Era un cachorro Eli, tengo muy vagos recuerdos –dijo Dante quedamente–¿Nunca conociste a la gamma Marcia? –preguntó nuevamente Elizabeth –¡También fue tu consejera! ––Lo sé, pero nunca la vi en el territorio, así que nunca pude relacionarla con la manada del alfa, además, te recuerdo el rumor que se extendía alrededor de la Luna… ––¿Por qué preguntaste por el aroma de Anna? –lo interrumpió Egan, quien, hasta ese momento, había mantenido la mirada fija en la ciudad–Curiosidad… –respondió Dante tensándose–¿Curiosidad? –preguntó Elizabeth sorprendida–Ella tenía un olor diferente esta mañana, cuand
Dando un respingo por la profunda voz, Anna apartó su mirada de los lobos que estaban frente a ellos, y la clavó en un hombre que se estaba acercando por la parte frondosa del bosque. Era muy alto, y al igual que su querida profesora, llevaba el mismo extraño uniforme. Al prestarle más atención, Anna pensó que este, parecía el traje de un buzo, era completamente negro, con excepción de los costados, donde dos franjas de diferentes tonalidades de morado resaltaban su cintura, estas, iban desde su axila hasta su cadera, e incluso, pudo notar una franja más en sus brazos, y esta iba desde sus hombros hasta la parte superior del codo. En esa franja, Anna pudo notar la palabra “delta” escrita con una letra no muy grande y de un color lila. –Eres el delta de papá…–dijo Anna quedamente al tiempo que dirigía su mirada a los ojos del hombre –Así es señorita –dijo el hombre sonriéndole ampliamente –Mi nombre es Wyatt Dagger – –Mucho gusto Wyatt –dijo A
–Así es, ella es tu madre, Iva Moretti –dijo la amable voz de su padre a sus espaldas –Esa fotografía fue tomada el día que naciste – Dando un respingo, Anna se dio media vuelta para ver a su padre, quien se estaba secando el cabello con una toalla. –Perdóname, no quería asustarte – –Está bien…–susurró Anna observando el atuendo de su padre, él ahora llevaba un uniforme similar al de Wyatt, sin embargo, las franjas a sus costados no eran moradas, si no que, una era blanca y la otra era de un gris apenas más oscuro que el blanco –Papá, ¿Qué es eso? –preguntó señalando un dibujo de una flor de loto reposando elegantemente sobre una media luna, siendo esta, otra diferencia entre el uniforme de su padre y el de Wyatt, quien, al igual que Marcia, llevaba el mismo dibujo, aunque este era más pequeño y se situaba en la parte izquierda de su pecho –Es el emblema de nuestra manada –dijo Alastor mostrándoselo –A diferencia de mi equipo, yo no llevo el título de alfa escrito en el brazo, llev
Tras el grito asustado de la joven, la mujer bajó los escalones que le quedaban en un parpadeo, y, sin darle tiempo a nada, la cubrió en un fuerte abrazo dejándola completamente sorprendida. –¿Cuándo llegaste? –gruñó la mujer nuevamente –Yo…–balbuceó Anna –No, no me lo digas –dijo la mujer con la voz quebrada –Estás aquí, por fin estás aquí…– –¿Quién…? – –Mi pequeña, mi dulce niña…–gimoteó la mujer aferrándose más fuerte a Anna –¿Mamá? –preguntó Anna en un susurro Al escucharla llamarla “mamá”, la mujer la soltó y acunó su rostro con ambas manos –Sí…–susurró al tiempo que clavaba sus ojos en los de Anna –Sí…–repitió antes de abrazarla nuevamente Sin pensárselo, Anna le devolvió el abrazo al mismo tiempo que la puerta de la entrada se abría bruscamente, dejando entrar a Alastor y a Neilan. –Mi amor…–susurró el alfa al tiempo que se apresuraba a cubrir a su compañera y a su hija en un fuerte abrazo “Familia…”–escuchó Anna la débil voz de una mujer En completo silencio, Neilan
Ante las palabras de Iva, Anna se congeló y clavó su mirada en el niño, quien, de hecho, también la observaba con lo que a Anna le pareció curiosidad.–¿Cuántos…? –Como si temiera asustarla, Neilan respondió con un tono de voz bajo y suave –El pequeño Ares sólo tiene ocho años ––Ocho…–susurró AnnaAl ver que los ojos de Anna comenzaban a brillar por las lágrimas, Iva dejó el vaso de leche que acababa de servirle a Ares e intentó acercarse a ella, sin embargo, Anna retrocedió –Cariño…–empezó a hablar, pero enmudeció cuando Ares bajó de un salto de su taburete y se acercó a Anna–¿Eres mi hermana? –preguntó con curiosidad –¡Sí! ¡Eres Anna! –gritó antes de salir corriendo de la cocina, como si de un rayo se tratase–Yo iré –dijo Neilan al ver el semblante preocupado de Iva–Anna, mi niña –dijo Iva acercándose a ella con paso presuroso –No es…––Creo que papá olvidó decirme algo muy importante…–dijo Anna en un susurro–Estaba emocionado por tu regreso, por favor, no te enojes…–dijo Iva
Tras haberse despedido de su padre y de Ares, Anna disfrutaba de su sándwich en la privacidad de su habitación, pues su madre, le había dado algo de tiempo para prepararse para ir al hospital. –Me pregunto cuales son los deberes de una Luna –se dijo Anna así misma mientras veía cómo su teléfono volvía a la vida –¿Será cómo en aquellas historias? –se preguntó antes de darle un mordisco a su sándwich –Oh, vaya… –susurró sorprendida al ver la buena cantidad de mensajes que tenía de sus amigos, sobre todo, de Egan. Egan: » Buenas noches Annita, sé que es tarde y que tal vez no leerás esto, pero, quiero que sepas que puedes pedirme cualquier cosa que necesites, no importa la hora o el día, estaré a tu entera disposición « » Aun que no creo que lo necesites, el alfa es buena persona y la Luna lo es aún más, ahora entiendo porque a veces se le veía tan triste, pero, seguramente, tu presencia lo cambiará todo, brillas allá a donde vayas. « » En fin, también quería decirte que mañana iremo