¡Hola! Sí te está gustando la historia, no olvides añadirla a tú biblioteca y dejarme tu reseña, te lo agradeceré mucho ♥ ¿Quién será la mujer con la que se encontró Anna?
Tras el grito asustado de la joven, la mujer bajó los escalones que le quedaban en un parpadeo, y, sin darle tiempo a nada, la cubrió en un fuerte abrazo dejándola completamente sorprendida. –¿Cuándo llegaste? –gruñó la mujer nuevamente –Yo…–balbuceó Anna –No, no me lo digas –dijo la mujer con la voz quebrada –Estás aquí, por fin estás aquí…– –¿Quién…? – –Mi pequeña, mi dulce niña…–gimoteó la mujer aferrándose más fuerte a Anna –¿Mamá? –preguntó Anna en un susurro Al escucharla llamarla “mamá”, la mujer la soltó y acunó su rostro con ambas manos –Sí…–susurró al tiempo que clavaba sus ojos en los de Anna –Sí…–repitió antes de abrazarla nuevamente Sin pensárselo, Anna le devolvió el abrazo al mismo tiempo que la puerta de la entrada se abría bruscamente, dejando entrar a Alastor y a Neilan. –Mi amor…–susurró el alfa al tiempo que se apresuraba a cubrir a su compañera y a su hija en un fuerte abrazo “Familia…”–escuchó Anna la débil voz de una mujer En completo silencio, Neilan
Ante las palabras de Iva, Anna se congeló y clavó su mirada en el niño, quien, de hecho, también la observaba con lo que a Anna le pareció curiosidad.–¿Cuántos…? –Como si temiera asustarla, Neilan respondió con un tono de voz bajo y suave –El pequeño Ares sólo tiene ocho años ––Ocho…–susurró AnnaAl ver que los ojos de Anna comenzaban a brillar por las lágrimas, Iva dejó el vaso de leche que acababa de servirle a Ares e intentó acercarse a ella, sin embargo, Anna retrocedió –Cariño…–empezó a hablar, pero enmudeció cuando Ares bajó de un salto de su taburete y se acercó a Anna–¿Eres mi hermana? –preguntó con curiosidad –¡Sí! ¡Eres Anna! –gritó antes de salir corriendo de la cocina, como si de un rayo se tratase–Yo iré –dijo Neilan al ver el semblante preocupado de Iva–Anna, mi niña –dijo Iva acercándose a ella con paso presuroso –No es…––Creo que papá olvidó decirme algo muy importante…–dijo Anna en un susurro–Estaba emocionado por tu regreso, por favor, no te enojes…–dijo Iva
Tras haberse despedido de su padre y de Ares, Anna disfrutaba de su sándwich en la privacidad de su habitación, pues su madre, le había dado algo de tiempo para prepararse para ir al hospital. –Me pregunto cuales son los deberes de una Luna –se dijo Anna así misma mientras veía cómo su teléfono volvía a la vida –¿Será cómo en aquellas historias? –se preguntó antes de darle un mordisco a su sándwich –Oh, vaya… –susurró sorprendida al ver la buena cantidad de mensajes que tenía de sus amigos, sobre todo, de Egan. Egan: » Buenas noches Annita, sé que es tarde y que tal vez no leerás esto, pero, quiero que sepas que puedes pedirme cualquier cosa que necesites, no importa la hora o el día, estaré a tu entera disposición « » Aun que no creo que lo necesites, el alfa es buena persona y la Luna lo es aún más, ahora entiendo porque a veces se le veía tan triste, pero, seguramente, tu presencia lo cambiará todo, brillas allá a donde vayas. « » En fin, también quería decirte que mañana iremo
Esa misma mañana, en la pequeña ciudad de Wolfsong, un hombre esperaba pacientemente la apertura de su cafetería favorita, la cual, estaba situada cerca del instituto Montanari, donde podía disfrutar la vista que ambos lugares le ofrecían. –Buenos días, hermosas señoritas –le dijo a un par de jovencitas que pasaron justo frente a él Al notar la atractiva presencia del hombre, las dos se sonrojaron, le devolvieron el saludo y se alejaron compartiendo risitas nerviosas, lo cual, lo hizo sonreír con satisfacción. –Luciel, buenos días –lo saludó la dulce voz de una mujer –Buenos días, Aura –dijo el hombre mostrándole la mejor de sus sonrisas –¿Cuándo volviste? –le preguntó la joven mientras sacaba unas llaves de su bolso –Esta mañana, ¿Acaso me extrañaste? –le preguntó con voz coqueta –A decir verdad, no –dijo ella abriendo la puerta del local –Pensé que ya no volverías – –Tus duras palabras me hieren el alma mi querida Aura –dijo el hombre llevándose una de sus manos al pecho al m
–¡Son mis brownies! –gritó Anna al mismo tiempo que se incorporaba bruscamente estirando un brazo hacia adelante, lo que provocó que la persona frente a ella diera un respingo. –Por la diosa Selene, ya supéralo…–dijo Gino en voz baja rodeando la cama para poder colocarse a su lado –Sólo eran dos, y mi tía te envió una charola completa al día siguiente…– Confundida, Anna clavó sus ojos en Gino antes de comenzar a inspeccionar el lugar. Era una habitación pequeña y blanquecina, detrás del joven, había una puerta entreabierta donde ella pudo distinguir un lavabo y parte de un inodoro, justo al frente, había una pequeña cómoda de dos cajones, sobre esta, se encontraba una pequeña televisión. –¿Dónde…? –comenzó a preguntar Anna mientras seguía recorriendo el lugar con la mirada –Estamos en la clínica anexa al hospital –dijo Gino sentándose en un espacio junto a ella –¿Cómo te sientes? –preguntó con evidente preocupación –Me duele la cabeza…–susurró ella en voz baja antes de volver a a
Ante las palabras de Iva, Anna frunció el ceño y Gino soltó un jadeo. –La cachorra…–susurró el joven antes de abrir la carpeta nuevamente –¿Cómo puedes saber que es poderoso? –preguntó Anna sin entender –Que sólo los varones sean híbridos nos indica eso –dijo Iva abriendo la puerta frente a ellos –Tu padre dice que sólo los vampiros de alto rango pasan sus genes a sus congéneres – –Pasa lo mismo con nosotros –dijo Gino entrando detrás de ambas –Que la pequeña tenga un porcentaje de genes de hombre lobo tan altos, nos indica que su madre también tiene un rango alto, o por lo menos, que su sangre de loba es poderosa…– –Una gamma de alguna manada o bien, la alfa o la beta de algún clan de guerreras – –¿Clan de guerreras? –preguntó Anna –¿Qué es eso? – –Son mujeres, por lo general guerreras, que, en algún punto de su vida, se convirtieron en renegadas o salvajes, son extremadamente fuertes y al igual que una manada, cuentan con la misma jerarquía, la única diferencia, es que son gru
Tras escuchar las palabras de Gino, Iva clavó sus ojos en los de su hija y soltó un largo suspiro. Sí lo que el joven beta decía era verdad, lo cual, así parecía, la loba de Anna estaba completamente despierta, sin embargo, algo parecía bloquearla, ya que, sin importar la situación, los lobos jamás se ocultaban ante su parte humana, y como si eso no fuera suficiente, el cumpleaños de Anna estaba a la vuelta de la esquina, lo que la dejaba con una escasa semana para hacer un vínculo con su loba antes de su transformación. –Muy bien, iremos con Gael –dijo Iva acercándose a Anna para acariciar su mejilla –Él sabrá decirnos que pasa con tu loba…– –¿De verdad creen que está despierta? Tal vez sólo empezó a manifestarse más fuerte ahora que mi cumpleaños está cerca, papá dijo que él no había sentido su presencia… –dijo Anna recordando las palabras de su padre y el hecho de que los licántropos como él, podían sentir la energía de otros lobos –Ciertamente no puedo sentir su presencia –dijo
–Pensé que habías tenido una visión –dijo Gino burlonamente –Oh y la tuve gafitas, pero fue tan pequeñita que apenas y pude descifrar cuando sería el día en el que por fin vería con mis propios ojos a esta cosita hermosa – –Háblale con respeto…–gruñó Gino, sin embargo, guardó silencio al instante al notar como Anna parecía fascinada por el lugar, algo que Gael también notó –¿Te gusta? –le preguntó Gael quedamente –Es muy acogedora –dijo Anna clavando su mirada en la enorme barra que se encontraba en el centro de la cocina –Aunque obviamente, no es una cocina común –dijo riendo al notar que, en ella, había diferentes instrumentos químicos, pese a eso, la cocina olía a diversas hierbas –Me alegra que te guste –dijo Gael encantado antes de guiarla a la sala de estar Cuando Anna se acercó lo suficiente, pudo notar que sólo había un enorme sillón en forma de medio cuadro, y, frente a este, había una larga mesa de café de madera, en la cual, reposaba una charola con tres tazas y una te