Querido lector: ¿Qué crees que pase con Egan? ¿Byron será capaz de encontrar a Anna y a Antonella? Espero que disfrutes de la historia. Por favor, no dudes en dejarme tu like y tus comentarios, esto me ayuda mucho y me motiva a seguir adelante. Muchas gracias por leer. ❤️
–Si te soy honesto princesita, no pensé que atraparte fuera a ser algo tan sencillo –dijo el hombre socarronamente antes de dirigirle una fugaz mirada a Antonella –Pero claro, las personas de tu clase son tan fáciles de predecir –dijo riendo mientras se acercaba a Anna –Igual que el pulgoso de antes, ustedes jamás podrían dejar a nadie atrás ––¿Qué le hiciste a Egan? –preguntó Anna, de cuyos ojos, las lágrimas ya habían comenzado a brotarSin decir nada el hombre se puso de cuclillas frente a ella y clavó sus profundos y oscuros ojos negros en los grises de la joven.–Lo mismo que a ti, ¿crees que sobreviva? –le preguntó en un susurro–¿¡Por qué lo hiciste!? ¡Ese tipo de acónito es mortal para ellos! ¡Podrías haber matado a su lobo! –gritó Anna sintiendo como él pánico se apoderaba de ella–Bueno, esa era mi intención, pero el chucho que te acompaña a todos lados estaba demasiado cerca, así que sólo le di una pequeña dosis, claro que, esa dosis está pensada para licántropos, así que…
–Hemos recorrido toda esta zona señor, no hemos encontrado nada –dijo un joven de cabello castaño, el cual, señalaba un punto en un mapa que estaba extendido sobre un escritorio –Entonces extiendan la zona de búsqueda, no importa si tienen que pasar el lago –gruñó un muy fastidiado Alastor –Pero alfa…– –No te preocupes delta Ryder, tienes mi permiso para acceder a mi territorio…– –Entiendo, entonces iré a extender la orden, con permiso –dijo el joven haciendo una pequeña inclinación ante los dos alfas –Acabas de aliarte con el alfa Turner, el cual, se ofreció a ayudarte en una búsqueda personal, deberías ser más sensato – –No puedo Basil, no puedo…–gruñó Alastor golpeando el escritorio con ambas manos –Han pasado cuatro días y no sé nada de mi hija – –La vamos a encontrar Alastor, Gael ha repetido varias veces el conjuro de localización, ella sigue aquí, en Wolfsong –intentó tranquilizarlo Basil –¡Eso no me sirve de nada! –rugió Alastor –¡Mi hija está en manos de un depravado y
Tras observar a los presentes, Gael soltó un suspiro frustrado y asintió.–Que sepas que lo hago por ella y por mi hermana, si por mi fuera, te dejaría sufriendo más durante una semana entera…–gruñó el hechicero–¿Una semana? Dijiste que sólo necesitaría un par de días para mejorar –dijo Egan gruñendo cuando Gael volvió a apretar su herida–¿Dije dos días? Vaya, me equivoqué…––Gael…–dijo Chloe en un tono de advertencia que hizo reír a Dante–Tranquila, me lo merezco…–gruñó un dolorido Egan –¿Qué rayos estás haciendo ahí? ––Nada –se apresuró a decir Gael al tiempo que apartaba sus dedos de la herida del joven –Y me alegro de que seas consciente que eres merecedor de mi furia –Sin decir nada más, Gael presionó sus manos suavemente sobre la herida de Egan, quien frunció el ceño cuando estas se vieron cubiertas por una luz verdusca al mismo tiempo que el hechicero comenzaba a murmurar palabras completamente inentendibles para él.–Muy bien, aquí vamos principito…–susurró Gael antes de
Ante la horrible idea que Egan estaba presentando, Damon soltó un furioso gruñido y negó bruscamente con la cabeza. –“No, no lo he sentido, hasta ahora no la ha lastimado, pero sin duda la está debilitando para que encontrarla, sea más difícil…”– Abruptamente, la charla de los hermanos se vio interrumpida cuando cinco estelas de humo y llamas comenzaron a iluminar el cielo nocturno, provocando, que los cinco lobos apresuraran el paso en dirección a la cabaña, donde, apenas llegaron, Dante volvió a su forma humana y se derrumbó en el suelo soltando alaridos de dolor. –¡Dante! –exclamó Egan apresurándose a acercarse a su hermano –¿Qué está pasando? –preguntó Guido completamente aturdido ante tal repentina escena –Ayúdame a quitarle la parte superior del uniforme –le dijo Alastor a Egan Egan asintió y se apresuró a sujetar a su hermano por los brazos mientras que, con dificultad, Alastor se apresuraba a quitarle la parte superior del uniforme. Para asombro de todos los presentes, c
Mientras que en la cabaña neutra todos comenzaban a reorganizarse, en una pequeña y apenas iluminada gruta, una joven se arrastraba con dificultad hacia su compañera, pues su captor, por fin las había dejado solas después de varios minutos de tortura.–¿Anna…? –la llamó la joven con preocupación –Por favor, Anna, despierta…–insistió la joven al ver que su compañera, no se movíaCon sumo cuidado, la joven Antonella intentó mover a Anna con su cuerpo, sin embargo, desistió cuando la plata de sus ataduras, le hicieron imposible seguir moviéndose.Y es que, ambas, se encontraban ya muy malheridas.Por su parte, Antonella había sufrido de varios intentos de abuso por parte del antiguo rastreador de su manada, quien, por momentos, recuperaba algo de su humanidad y terminaba desistiendo, sin embargo, el forcejeo que se producía en ese momento lastimaba demasiado a la joven y, en su intento desesperado por ayudarla, Anna también era víctima de sus propias ataduras.–Por favor, Anna, despierta
Al escuchar las palabras de Chris, Anna jadeó y Lucien sonrió.–Oh, no te haré nada querida, tranquila, estamos a mano –dijo Lucien poniéndose de pie –¿Alastor volvió al campo de búsqueda? –le preguntó a Chris–Sí, el alfa está en el lago junto al alfa Basil y a Guido –dijo usando un tono de desprecio ante la mención del último–Ah, perfecto, si el hijo pródigo ha regresado tengo que ir a verlo, me he esforzado tanto por evitarlo que me apetece ver la cara de ese pequeño cachorrito –dijo Lucien antes de girarse a Anna –Será mejor que tú y la pulgosa de tu amiga se vayan preparando, esta misma noche nos vamos de aquí, tenemos un largo recorrido que hacer hasta el punto de encuentro con nuestro contacto real –le dijo al tiempo que le apretaba las mejillas con su fría mano –Envía a alguien a vigilarlas, Ella está ocupada –dijo riendo ante el ceño indignado de Anna al mismo tiempo que se dirigía a la salidaDubitativo, Chris le echó una rápida mirada a Antonella quien no tardó en apretar
Mientras que los lobos de cinco manadas se reunían fuera de la cabaña neutral, Pía observaba el nervioso ir y venir de la joven Ella, quien no paraba de murmurar que debían darse prisa. –Ella, ¿quieres ducharte? –le preguntó Pía al tiempo que se dirigía al armario de la habitación de Anna para buscar la mochila que Anna había llevado –No, no podemos perder tiempo, tenemos que darnos prisa…– –Movilizarnos nos tomará algo de tiempo, Byron y Lysander acaban de llamar a los rastreadores y a los guerreros –dijo Pía tras escuchar el segundo aullido de reunión –Les tomará algo de tiempo llegar a todos pues además estamos siendo auxiliados por otras manadas, tienes algo de tiempo –dijo mostrándole el uniforme de Anna, el cual era similar al que ella llevaba, con la única diferencia, que el que le estaba mostrando, llevaba la silueta del emblema de la manada en el brazo izquierdo –Es de una futura alfa…–murmuró Ella tomando el uniforme de las manos de Pía –Sí, el emblema en el brazo izquie
Mientras todos se preparaban para partir a la búsqueda de Anna y Antonella, ambas chicas esperaban en completo silencio cualquier tipo de noticia. En la pequeña cueva, no se escuchaba absolutamente nada, exceptuando, el ocasional goteo de las estalactitas que estaban sobre el lugar donde Ella, había lavado el paño que había utilizado para limpiar las heridas de Anna. –¿Crees que le hayan creído? –preguntó Antonella, quien gruñó de dolor al cambiar de posición –Sí, confío en Dante…–masculló Anna quien tenía los ojos cerrados y la cabeza recargada en la pared rocosa detrás de ella –¿No puedes hablar con Dante otra vez? – –Lo he intentado, pero Amara está muy débil…– –Anna… ¿Ella está bien? Te ha estado inyectando acónito desde que nos trajo aquí…– –Tranquila An… Amara está bien – –¿Cómo lo sabes? – –Si bien no puedo escucharla, puedo sentir que intenta curar mis heridas…– –Los licántropos son increíbles…–masculló Antonella antes de soltar un suspiro –¿Qué hay de Giovanni? ¿No