Ante la ingeniosa idea de Dante, Anna soltó una carcajada.Y es que, la idea incluso le pareció original, pues, en primer lugar, había escondido la llave de su habitación en un libro que su hermana jamás leería por voluntad propia, y, en segundo lugar, se las ingenió para que fuera en un libro cuyo autor, llevaba el mismo nombre que él.Dante:» Tienes razón.Aunque, de hecho, no guardo gran cosa en la cabaña, mucho menos en esa habitación.Sin embargo, no dejan de ser mis cosas. «Anna:» Pobre de tu compañera. «Durante un segundo, Anna dudó en enviar su mensaje, sin embargo, pronto presionó “enviar”.Desde hacía ya unas semanas, ella se había rendido en intentar sacarle si eran compañeros o no, por lo que había optado por seguir su juego y fingir ignorancia.Tenía que admitir que eso le gustaba, pues no sentía ningún tipo de presión.Dante:» ¿Por qué lo dices? «Anna:» Me da la sensación de que no dejarás que nadie se le acerque.¿Acaso la tendrás bajo llave? «Dante:» Por favor
–¿Algún motivo en particular para que la Luna esté tan nerviosa? –preguntó PíaAntes de responder, Anna caviló un momento, pero, más allá del tema del vampiro, no había ningún motivo en particular para la ansiedad de su madre.–No lo sé, pero ha estado así desde que papá se fue, ¿acaso alfa Turner es peligroso? –le preguntó Anna Byron, quien negó con la cabeza–Pese a la vida que ha llevado, hasta donde sé, es un joven amable ––Entonces… ¿Hay algo que no sepa? –preguntó Anna rebuscando en una de las bolsas de sus compras–Todo ha estado tranquilo cachorra, desde el último ataque, no ha habido nada fuera de lo normal ni en el territorio ni en la ciudad ––Tal vez la Luna lo sienta como la calma antes de la tormenta –dijo Pía pensativamente –Si a eso le sumamos la ausencia del alfa, bueno, los nervios de la Luna deben estar a flor de piel –agregó antes de tomar la bolsa de patatas que Anna le tendía–¿Cuál quieres Byron? –le preguntó Anna mostrándole una bolsa de patatas con sabor a qu
–Vale, no tardo –dijo Anna apresurando se a entrarNada más cerrar la puerta, la joven se quedó maravillada con la hermosura del lugar, por lo que, presurosa, se acercó a su cama y dejó su mochila a sus pies.Boquiabierta, Anna observó a su alrededor, la hermosa combinación entre moderno y acogedor simplemente le parecía perfecta.Al lado izquierdo de su cama, había un enorme ventanal que mostraba el bosque en toda su magnificencia y justo a su lado, había un pequeño rincón dedicado a una de sus actividades favoritas.Había un bonito y mullido sillón reclinable junto a una bonita estantería repleta de libros, al acercarse pudo notar que muchos de ellos ya los había leído.–Sin duda mamá y papá Rizzo les hicieron un buen resumen de mis gustos –dijo Anna sonriendo antes de sentarse en el diván que estaba al pie de su cama.Justo frente a ella, había una hermosa chimenea eléctrica, la cual, prometía no dejarla pasar frio durante las frías noches que caracterizaban a ese bosque. Encima de
Sintiendo como su corazón se aceleraba, Anna retrocedió un par de pasos. –Amara… ¿Estás segura? – “¿Qué te dice tu instinto?”–preguntó la loba –Si no es un lobo ¿Qué es? –preguntó Anna en voz baja “No lo sé, no estoy segura, creo que deberíamos advertir a Bingen…” –Vale…–masculló Anna cediendo ante la inquietud de su loba Presurosa, la joven prácticamente corrió en dirección a Don y Byron, quienes parecían tener problemas con una parrilla. –Hola Anna –la saludó Don alegremente –¿Cómo has estado? – Ignorando la indignación de las chicas tras ella, Anna se acercó más a ellos. –Estoy bien, Don, no te había visto desde mi fiesta sorpresa en el café Moore –dijo frunciendo el ceño al escuchar como una joven mascullaba indignada “¿Él también?” –He estado ocupado, he querido acompañar al señor Basil y al joven Egan a visitar la propiedad del señor Moretti, pero, desgraciadamente, siempre me termino ocupando con mis deberes –dijo el joven con algo de dramatismo Ante su tono y a su in
La primera en recuperarse de la impresión fue Elizabeth, por lo que, rápidamente, se acercó a su hermano y lo sacudió bruscamente para sacarlo de su estupor.–¡Tenemos que hacer algo! ––S-Sí –masculló Egan–Voy a buscar a Byron –dijo Arthur al mismo tiempo que se levantaba de su taburete, sin embargo, se congeló en su lugar cuando varios aullidos rompieron el silencio que se había apoderado de la cocina–Salvajes…–dijeron Anna y Egan al unísonoComo si se hubieran puesto de acuerdo, ambos salieron por la puerta mosquitera y tras una breve carrera, ambos se transformaron para apresurarse por el camino que había seguido aquel hombre.–Egan…–susurró Elizabeth –¿Qué haces ahí? ¡Ve por Byron! –exclamó al ver que Arthur se había quedado congelado en su lugar–S-Sí –masculló el joven antes de salir corriendo de la cocina–¿En qué están pensando? –preguntó Adeline con voz temblorosa–No están pensando –gruñó Elizabeth, quien se había acercado a la puerta –No…–susurró con un hilo de voz–¿Qué
Cuando se hubo asegurado que todo el contenido del dardo se vaciara, el hombre lo soltó y espero a que el joven volviera a su forma humana. Sonrió con malicia al ver como el lobo perdía su transformación y frente a él, sólo quedaba un joven que se retorcía y gritaba de dolor. –Lo lamento, este estaba pensado para ella, de verdad lamento la confusión –dijo burlonamente disfrutando del dolor del joven mientras volvía a guardarse la caja con los dardos en el bolsillo de su abrigo –Reza por que no puedan salvarme maldito bastardo –dijo un muy dolorido Egan, quien, pese al insoportable dolor, intentaba enfocar su vista para poder ver al hombre frente a él –Buena suerte, pulgoso –dijo el hombre riendo con sorna antes de alejarse de Egan para emitir otro fuerte silbido, obteniendo como respuesta varios aullidos –Adiós –dijo riendo antes de marcharse Sintiendo como el dolor como comenzaba a ser demasiado par él, Egan inspiró profundamente y luchó para mantenerse consiente para ver en qué
–Si te soy honesto princesita, no pensé que atraparte fuera a ser algo tan sencillo –dijo el hombre socarronamente antes de dirigirle una fugaz mirada a Antonella –Pero claro, las personas de tu clase son tan fáciles de predecir –dijo riendo mientras se acercaba a Anna –Igual que el pulgoso de antes, ustedes jamás podrían dejar a nadie atrás ––¿Qué le hiciste a Egan? –preguntó Anna, de cuyos ojos, las lágrimas ya habían comenzado a brotarSin decir nada el hombre se puso de cuclillas frente a ella y clavó sus profundos y oscuros ojos negros en los grises de la joven.–Lo mismo que a ti, ¿crees que sobreviva? –le preguntó en un susurro–¿¡Por qué lo hiciste!? ¡Ese tipo de acónito es mortal para ellos! ¡Podrías haber matado a su lobo! –gritó Anna sintiendo como él pánico se apoderaba de ella–Bueno, esa era mi intención, pero el chucho que te acompaña a todos lados estaba demasiado cerca, así que sólo le di una pequeña dosis, claro que, esa dosis está pensada para licántropos, así que…
–Hemos recorrido toda esta zona señor, no hemos encontrado nada –dijo un joven de cabello castaño, el cual, señalaba un punto en un mapa que estaba extendido sobre un escritorio –Entonces extiendan la zona de búsqueda, no importa si tienen que pasar el lago –gruñó un muy fastidiado Alastor –Pero alfa…– –No te preocupes delta Ryder, tienes mi permiso para acceder a mi territorio…– –Entiendo, entonces iré a extender la orden, con permiso –dijo el joven haciendo una pequeña inclinación ante los dos alfas –Acabas de aliarte con el alfa Turner, el cual, se ofreció a ayudarte en una búsqueda personal, deberías ser más sensato – –No puedo Basil, no puedo…–gruñó Alastor golpeando el escritorio con ambas manos –Han pasado cuatro días y no sé nada de mi hija – –La vamos a encontrar Alastor, Gael ha repetido varias veces el conjuro de localización, ella sigue aquí, en Wolfsong –intentó tranquilizarlo Basil –¡Eso no me sirve de nada! –rugió Alastor –¡Mi hija está en manos de un depravado y