Ante la desesperación de su hermana Ares soltó una risita.―Tranquila Anna, todo está bien, Owen dijo que las cosas con los guerreros comienzan a calmarse ――Ah, gracias a la diosa ―dijo Anna soltando un suspiro ―Entonces, ¿a dónde vas? ――Lysander prometió entrenarme hoy ―dijo Ares siguiendo a su hermana rumbo a las escaleras― ¿Entrenar? Ah… Aún no puedes creer que Mona te haya ganado ¿eh? ―preguntó Anna recordando cómo a su hermano lo habían derrotado en las prácticas de combate en su escuela―Soy el hijo del alfa… No debí haber perdido así ―gruñó el lobato evidentemente molesto―Está bien, está bien, ve a entrenar para que puedas derrotar a esa niña buscapleitos ―dijo Anna recordando cómo la semana anterior, ante la derrota de su hermano, Asher y Jared habían tenido que sujetarla para impedirle bajar de las gradas para ir a atacar a Mona, pues la lobata, se había estado burlando de Ares por haberle ganado―Ya lo verás hermana, esto no se quedará así ―dijo Ares gruñendo antes de ap
Desesperada por alcanzar a Dante, Anna se estiró sobre el escritorio, sin embargo, el cuerpo comenzó a dolerle de una manera infernal, lo que provocó que la joven se desplomara pesadamente.El dolor era tal, que Anna comenzó a perder la noción de lo que sucedía a su alrededor.―Sáquenla de aquí ―escuchó decir a Dante, cuya voz parecía sumamente lejanaDespués de eso, todo se volvió oscuridad y silencio.― ¡Esa tina debe de estar llena! ―escuchó gritar a Gabrielle ― ¡Tea! ¡Tráeme más hielo! ―Confundida por los gritos, Anna intentó abrir los ojos, sin embargo, los sentía sumamente pesados, por lo que le resultó una tarea imposible.No estaba segura de que era lo que estaba pasando, simplemente sabía que alguien la sujetaba firmemente de la cintura mientras que un chorro de agua helada caía sobre ella.―Ya no hay Gabrielle, Pía envió a Lysander y a Jared a traer más bolsas ―explicó Tea mientras vaciaba una enorme bolsa de hielos a la tina del baño― ¿Qué hay de Chloe? ¿Aún no llega? ―pr
Ceres Milani, la secretaria de Alastor, era una chica muy dulce y bastante tímida.Los primeros días trabajando con ella habían sido sumamente complicados, pues la loba, le hablaba en voz baja y no se atrevía a mirarlo a los ojos, por lo que Neilan, tuvo que estar presente cada vez que la loba debía informarle algo.Alrededor de la segunda semana de trabajar juntos, la loba comenzó a tomar confianza, por lo que Dante pudo entender el por qué Anna la admiraba y el por qué Alastor confiaba tan ciegamente en ella.Ceres era eficiente y se entregaba completamente a sus obligaciones, era la primera que llegaba y la última que se marchaba de la oficina, y de alguna forma, se las ingeniaba para aclarar sus dudas mucho antes de que él preguntara.Que ella actuara así, hizo pensar a Dante que ambos podrían llegar a congeniar y trabajar de manera eficiente ante la ausencia de Alastor, sin embargo, desde hacía ya un par de semanas, la loba había cambiado bastante.Al principio, solo fue su forma
Ante las palabras de su amiga, Anna soltó una risita, una que le costó un fuerte dolor.―No seas así Gaby, siento que me estoy muriendo ―dijo Anna con dificultad― ¿Gabrielle? Tengo el hielo ―dijo Tea tras llamar a la puerta―Gracias Tea, déjalo afuera, yo me encargo de vaciarlo, puedes volver a tu puesto ――Vale, pero, Gaby, ¿la señorita Anna está bien? ―preguntó Tea con evidente preocupación―Claro, ya está despierta, por lo que los balbuceos sucios hacia su compañero se han detenido ―dijo Gabrielle reprimiendo una carcajada― ¡Gabrielle! ―exclamó una muy avergonzada Anna tras escuchar la suave risa de Tea―Veo que ya está bien ―dijo Tea aún riendo ―Llámame si necesitan algo más ――Claro, gracias Tea ―dijo Gabrielle poniéndose de pie ― ¿Qué dices Annita? ¿Estás cómoda? ――Sí, pero el agua se siente caliente ―dijo revolviéndose ligeramente, lo que provocó que los hielos en la tina se reacomodaran―Vale, entonces deja que tu gamma se ocupe de ti ―dijo Gabrielle antes de volver a abrir
Deteniéndose a medio camino, Chloe suspiró y pensó en sus hermanos para armarse de valor.Ella no era Laisha, por lo que no era buena con los conjuros, tampoco podía controlar los elementos como su hermano, y en cuanto a nivel de magia, no se acercaba ni a los talones de Emmet, quien dominaba un amplio abanico de habilidades mágicas. Sin embargo, era la única que podía ser algo por su manada.Si alguien estaba intentando usar magia contra Loto de Luna, era su deber y su responsabilidad como la única hechicera del lugar protegerlos a todos.―No me dejes sola ―susurró Chloe apretando ligeramente el collar que Egan le había regaladoCon un poco más de confianza, la loba se dirigió directamente al auto de Ceres y se escondió en la parte trasera de este para intentar sentir cualquier indicio de magia.“Sin duda es una maldición” ―gruñó Coral“Sí, Ceres debe estar bajo una maldición” ―dijo Chloe posando sus manos sobre el auto“¿Cómo es posible? ¿Cómo engañaron a los talismanes de Laisha?”
― ¡Dante! ―exclamó Anna de repente a la vez que se incorporaba bruscamente en la cama― ¿Anna? ¿Qué sucede? ―preguntó Gabrielle apresurándose a acercarse a ella―Gabrielle… ―susurró Anna dirigiendo su mirada hacia su amiga ― ¿Qué…? ¿Qué hora es? ――Son las once ―dijo Gabrielle ― Anna, ¿qué sucede? ―preguntó al ver que su amiga jadeaba y se apretaba el pecho con una mano―N-No lo sé, Gabrielle… A-Algo está mal… Me duele el pecho ―dijo Anna con lágrimas en los ojosAlgo inquieta, Gabrielle dirigió su mirada hacia la ventana. La noche estaba bastante oscura, por lo que, en la casa de la manada, todo estaba en penumbra, todo excepto el despacho del alfa.Hasta donde había averiguado, Chloe y Ariana estaban en la casa de los hermanos Bennet, pues según lo que se le había informado, Chloe estaba algo desanimada y Ariana la había acompañado a su cabaña, por lo que sabía que, en casa, solo había dos personas.―Por favor, Gabrielle, llévame con Dante… Si-Siento que me está llamando ―dijo Anna
Al verse ignorada, la joven loba cerró los ojos, no podía seguir viendo como el rostro de su compañero se mantenía oculto entre los pechos de Ceres, quien al notar lo que ella veía, con una de sus manos, empujó la cabeza de Dante contra sus pechos con más fuerza, algo que a ella le arrancó un sonoro gemido.― ¡Dante! ―exclamó Catherine horrorizada al ver la escena, pues justo en ese momento, Ceres comenzaba a hacer movimientos circulares con sus caderasRehusándose a seguir escuchando los gemidos de Ceres un minuto más, Anna se dio la media vuelta y se apresuró a dejar la oficina.Dante ni si quiera se había dignado a mirarla a ella o a Catherine, ni si quiera parecía importarle, pues el hombre, seguía sentado cómodamente permitiendo que Ceres siguiera montándolo.Dejando escapar un sollozo, Anna se precipitó fuera de la casa de la manada con el corazón hecho pedazos.― ¡No, Anna! ―gritó Gabrielle saliendo detrás de ella― ¿Qué carajos haces Dante? ―preguntó una muy furiosa Catherine
Ante la petición de Chloe, Dante no necesitó escuchar nada más para aumentar la velocidad.Con cada paso que daba, el lobo intentaba recordar que era lo que había pasado, sin embargo, nada venía a su mente.¿Qué era lo que había hecho?Chloe no le había dicho absolutamente nada, sin embargo, si que le había mostrado una píldora, lastimosamente, no la recordaba bien, no la había podido ver claramente, pues en ese momento, su visión estaba borrosa.A decir verdad, aún no veía bien, y para empeorarlo todo, el cuerpo le dolía y le gritaba que se detuviera, sin embargo, luchó contra aquella sensación, pues su prioridad, era el bienestar de su compañera.Con dicho pensamiento en mente, Damon pronto se adentró en la zona residencial para poder rastrear a su compañera, la cual, había cambiado abruptamente de dirección y ahora se dirigía hacia el bosque.“Lysander, ¿quién está de guardia en los límites de la zona residencial?”“El grupo de Owen y Asher, incluso yo mismo estoy dando un rondín”